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domingo, agosto 28, 2016

Los 10 ingredientes para una receta exitosa de un Plan Estratégico

Durante los últimos veinte años al menos, he estado tratando de ayudar a otros a que estructuren su Plan Estratégico, eso, que además de ser un requisito que exigen los bancos para darte un crédito, sea además, una suerte de parámetros, ideas y sueños que tienen los accionistas en función del futuro de su empresa o de su emprendimiento.

Y ya esta última observación, nos indica una notable diferencia al momento de hacer un plan estratégico, y es si la empresa es nueva o ya tiene tiempo operando, y no había desarrollado sus planes estratégicos. En la primera se diseña la empresa que soñamos; en la segunda hay que indagar y descubrir los valores internos que los socios han sabido comunicar a los empleados, así como los objetivos, metas, compromisos, actitudes y comportamientos. Todos medibles, por cierto.

En estos días, me encontré a una gran persona con la que trabajé ocasionalmente y estuvimos conversando del devenir de la vida y en lo que nos gusta trabajar en nuestra edad dorada. Llegamos por supuesto, al tema de los planes estratégicos, operativos, maestros o planes de negocio. Es quizá, en la mirada de ambos, la gestión, que mejor  tenga un profesional para su retiro.

“-Te acuerdas que yo te enseñé a hacer los planes estratégicos?”, me preguntó.

“-Si claro, y me han servido mucho los conceptos iniciales de plantear el desarrollo de un plan, pero mucha agua ha pasado por ese río. Ya no veo las cosas como las veía antes, uno cambia y así cambian las acciones. Las nuevas acciones hacen que cambien nuevamente y así en un ciclo sin fin, para hacer las cosas con una nueva mirada. Somos, como vamos siendo”, le dije.

-“¿Qué?, no te he entendido”, me dijo

-“Que uno va cambiando y le va agregando cosas y ya no hago las cosas como me las enseñaste, hay cambios. Ya no soy la misma persona”. (Y me recordé de Heráclito de Efeso, que decía que el hombre que entra al rio no es el mismo que el que sale de él, y el rio tampoco)

-“¿Y cómo lo haces ahora?, me preguntó.

Tras pensar un breve tiempo y mirarle a los ojos, me di cuenta que no tenía herramientas ni pensamientos para contestar esa pregunta de inmediato. 

“-Solo sé que lo hago distinto, parecido, pero distinto”. 

Lo único que se me ocurrió decirle que leyera mi blog esta semana que iba a contestarle su pregunta con un artículo. Espero no se ofenda por la narrativa. Es así que luego de pensar, pueda ahora contestar y estructurar la mejor manera de hacer un Plan Estratégico para una empresa, basada en la realidad del otro y en la realidad de uno mismo. Si uno es co autor, quiere decir que uno va a dejar trazas en el desarrollo del plan, al igual que se van a recoger las trazas del otro,y entonces te verás impactado también,  al igual que el hombre que entra al rio, y ya no serás más, la misma persona que empezó.

Me encanta ayudar a hacer planes. Cada vez, desde la humildad del aprendiz, he realizado planes a constructoras, ingenieros, artistas, diseñadores gráficos, supermercados, cervecerías, refrescos, procesadora de alimentos, productoras de artículos del hogar, alcaldías, agencias, Cámaras Binacionales, universidades, Metros, empresas de inspección, y muchas otras. Bajo este espectro es fácil imaginar que se requiera  menos, a la hora de acompañar a otros. Pero no es cierto. Los tiempos cambian, las personas cambian, sus profesiones, intereses y tiempo de crecimiento. Ahora conversamos no solo entre los que nacimos en la postguerra, (Babyboomers), sino ahora con sus hijos y nietos, los llamados “milenians” que trabajan con dispositivos móviles, en cualquier lugar y en redes. Solo por eso, hay que aprender y con humildad, tratar de acompañar.

Desde la mirada de mis amigos de la “Consultoría Artesana”, a la cual me adscribo, se plantea que en un trabajo, ambas parte, la empresa y el consultor, entregan sus saberes y posesiones, así como materiales y conocimientos, y juntos,  construyan los sueños. No se trata como en la consultoría tradicional, de aplicar un modelo pre hecho, sino hacer un traje a la medida con su propia tela y con los instrumentos que ambos aporten a tal efecto. Es sin dudas, una creación, un acto de “generación de nuevas realidades”, donde el consultor también aprende del sistema que se ha generado. El Consultor Artesano al comenzar un trabajo, se prepara a aprender, a escuchar, y a dejarse llevar por las sendas del nuevo conocimiento que recibe, y trata de plasmar en un documento estratégico. Es magia pura, por así decirlo.

Cumpliendo con la pregunta de amiga, estas a continuación, desde mi nueva mirada, la de hoy, son las 10 premisas de conocimiento para desarrollar un plan estratégico moderno, útil, de acuerdo a los socios y a la nueva realidad del siglo XXI: (Los escribo en el mismo orden que los fui pensando. El orden no responde a la importancia, ni a ninguna secuencia)

1.    Indagación Apreciativa. Se basa en los principios de Cooperrider en su libro “Indagación Apreciativa” que escribiera junto a Miriam Subirana. Se trata entre muchas cosas, de descubrir nuestro mundo positivo, lo que hemos hecho bien en el pasado, y lo podamos traer a tiempo presente para resolver asuntos que nos limitan. Se trata de enunciar las fortalezas individuales y grupales que los han conducido al éxito. Se trata de denotar el “Núcleo positivo de la organización”, una suerte de código genético empresarial positivo; es decir todas aquellas variables que le dieron vida y éxito a la empresa en sus mejores momentos. Esta metodología, nos ancla a lo positivo y se funda en la escucha, en la indagación en la apreciación de lo positivo.  Se usan preguntas generativas que ya dijimos antes, generan “ser “ al pronunciarlas y nos permiten seguir cambiando.

2.    Escucha activa centrada y sin egos. El consultor podría tender a tratar de imponer su criterio. Desde la declaración de ser aprendiz, el consultor puede desarrollar la escucha activa, bajando el volumen a sus propias conversaciones internas y desarrollar las ideas del cliente. El estar centrado es una necesidad en el desarrollo de planes de otros.

3.    La ontología del lenguaje. Genera ser. Se trata de conocer el poder generativo de la palabra. Desde allí dicen que “cada quien dice lo que dice y el otro escucha lo que escucha”. Entonces, reconocemos que vivimos en mundos interpretativos y es una necesidad del consultor cerrar las brechas entre el que habla y el que escucha. El consultor SIEMPRE debe validar la escucha…”entiendo por lo que dices, que nos estas explicando acerca de cómo se deben hacer las cosas bajo…” Siempre se trata de validar. Al final, el consultor también sea una suerte de intérprete que tuvo primero que aprender el idioma que usaban. Se trata primero de usar las distinciones y quizá denotar cada cosa por un nombre entendido por todos, en una suerte de glosario. La ontología del lenguaje logra distinguir entre afirmaciones, declaraciones, juicios, ofertas, peticiones y promesas, todo lo que se usa en las organizaciones. Los planes sin dudas, son un conjunto de promesas y declaraciones fundadas en afirmaciones, y es así como son generadores de mundos.

4.    Consultoría Artesana. Lo dijimos antes. El consultor no llega a imponer ni a desarrollar un producto. Coloca todas las herramientas y materiales disponibles entre todos, y desde allí, diseña y construye.

5.    El consultor debe ser un promotor de bienestar. Se trata de conocer los principios de la psicología positiva muy en sintonía con la indagación apreciativa del primer punto. Sin embargo el Dr. Seligman propone los cinco pilares del bienestar, mediante el acrónimo PERMA que quiere decir sobre las emociones positivas que todos debemos sentir, las relaciones con otros ya sea pareja, amigos, compañeros de trabajo, socios; la trascendencia o hacer algo que nos supere, también los logros y la vida de hacer lo que nos guste, y nos haga “fluir”. Todos estos elementos se cruzan transversalmente con la definición de fortalezas de carácter. (VIA, values in action).

6.    Gerencia de conocimiento. El conocer y saber capturar el conocimiento es una competencia necesaria para el consultor. Esta ola de gestión ha disminuido considerablemente y ya no ejerce una influencia global. Sin embargo “Knowledge management” te permite cerrar el ciclo del conocimiento mientas que buscas, descubres, adquieres, actualizas, aplicas y guardas el conocimiento. También el consultor debe saber diferenciar en el conocimiento tácito que habita en las mentes de las personas y el explícito que es la forma escrita de la experiencia. Eso es lo que hace un consultor artesano que facilita procesos de planes estratégicos: transfiere todo el conocimiento tácito a conocimiento explícito.

7.    Formación de equipos de alto desempeño, EAD. Se trata de conocer que en todo proceso de trabajar por proyectos, los integrantes pasen por fases o etapas de trabajo o de reconocimiento hasta llegar al desempeño. El Dr. Truckman los ha llamado en ingles: “forming-storming-norming-performing”. Cuando el ciclo se cierra trabajan juntos, con objetivos comunes, centrados y divertidos.  .

8.    Gerencia de proyectos. Sin dudas, la elaboración de un plan estratégico es un proyecto aunque se aplique en uno o dos años. Su ejecución tiene inicio y fin; por lo tanto es un proyecto. De este conocimiento usamos sin dudas, las 10 variables y sus procesos internos. Se reconocen, los alcances, los costos, el tiempo, la integración de variables, la gente, las compras, los riesgos. La comunicación, la calidad y los involucrados. Por ser un proyecto el consultor del plan debe aplicar estor principios para el manejo y resultado exitoso.

9.    El Coaching. El consultor en algunos casos, deberá ser un coach y buscar individualmente o grupal, las raíces de los aspectos que los limitan y no los dejan avanzar, o trabajar juntos. El coaching sin dudas agrupa muchas de las herramientas mencionadas, como la indagación, la escucha, la interpretación, y la intervención. El coach entonces, también se involucra en lo que le pasa a cada quien. 

10.  Ser humilde. Sin dudas el más importante. La construcción y reconocimiento de las 9 anteriores conducen al consultor a ser humilde. Desde la humildad, escucha y aprende. Investiga, estudia y aprende. Todo se trata de un proceso de aprendizaje sistémico u holístico entre el artesano y la empresa.
Luego de escribir esto me pregunto, ¿cómo puede un consultor desarrollar un plan maestro estratégico para otros, sin aplicar o conocer esas herramientas? Quizá entre unos y otros, haga una diferencia.

Al menos, es seguro para el consultor, que sigue aprendiendo…



Bibliografía estudiada y sugerida:


domingo, junio 01, 2014

El optimismo organizacional

El sábado asistí a un taller que ya venía de dos días anteriores. Como eran talleres individuales podía incorporarme al final; sin embargo no todo era por partes pues ya los asistentes habían tenido dos sesiones para conocerse y compartir; sobre todo si son talleres de coaching, inteligencia emocional y psicología positiva. El hecho es que el sábado y casi como contagio, ya podía sentir las buenas sensaciones y la alegría. Ya por transferencia de varias personas que como quien pasa y te deja una información, había podido construir ideas, conocimientos y hasta emociones de los ponentes, aunque no los hubiera escuchado. Y es que según la Dra. Elsa Punset, tal y como podemos ver en este vídeo, la alegría o la risa,es contagiosa. Las emociones positivas acumuladas en una jornada positiva también, y según la propuesta, las neuronas espejo, copian y hacen que nos podamos sentir bien y en sintonía con el entorno.

Las empresas a veces se empeñan en querer implantar proyectos que generen bienestar, pero no basta con declararlo, se requiere al igual que la historia anterior, que además de parecerlo, que realmente sea. Si una empresa declara que el optimismo debe ser una fortaleza empresarial, debe comenzar por toda la directiva, para que en espejos y como quién deja caer agua por una cascada, ocurra la transformación de arriba hacia abajo, por contacto y por convicción. En situaciones difíciles y de crisis, las empresas pueden pensar en incentivar el optimismo en sus trabajadores. Dice Wikipedia que el optimismo “, al igual que la esperanza, es la doctrina y la disposición del espíritu que aguarda lo mejor y lo más positivo de todo en psicología, ética y filosofía”. Esperar lo mejor conlleva entonces una disposición a entregar lo mejor que se pueda, en pro de un bienestar global y en la creencia, basado en la esperanza, de que vendrán mejores tiempos, más productivos, innovadores y de crecimiento personal, conllevando el bienestar general.

El optimismo es una disposición del espíritu que aguarda lo mejor; y eso según la psicología positiva, se puede hacer en forma deliberada y constante, pero quizá requiera de otras fortalezas, en este caso grupales, para poder ser difundida y asentada como una fortaleza de la empresa. Para ser optimista consciente actuando de forma deliberada y constante en pro de crear condiciones que favorezcan a las emociones positivas y bienestar se requiere que exista un medio ambiente de humor, donde además se incentive la creatividad y donde seguramente sus integrantes hayan logrado concientizar el autocontrol. (Un poco de inteligencia emocional).  Pareciera también que debería existir también la gratitud y la confianza. Esta última promovida por la organización para que la autoestima individual, se conforme en una autoestima grupal y positiva. El trato adecuado, el reconocimiento del otro, la aceptación de las diferencias, el dialogo y la comunicación, solo son pequeñas partes del proceso que debemos  emprender.

¿Qué hacer?
Implantar herramientas, o sistemas de medición u otra herramienta digital, suele ser más sencillo que trabajar con la gente y sus emociones. El interés de las empresas en estos temas, ya por si solo representa un gran paso hacia el desarrollo del bienestar. No se trata en este caso de medir una conducta asociada al desempeño, se trata de una transformación deliberada y mantenida de una parte de las condiciones de la cultura. El tránsito de la nueva visión esperanzadora y comprometida pasa principalmente por mantener una conversación sincera y constante, trabajada siempre desde la verdad y la confianza. El desarrollo del compromiso organizacional ha de ser una meta y esta pasa por conocer completamente las necesidades y aspiraciones de la gente, en un ambiente positivo, de reconocimiento y premiación al trabajo creativo y productivo. Al final, todo se trata de saber escuchar.

Lecturas y bibliografía:
El optimismo, al igual que la esperanza, es la doctrina y la disposición de espíritu que aguarda lo mejor y lo más positivo de todo en psicología, ética y filosofía. Se considera en estos ámbitos como corriente opuesta al pesimismo. http://es.wikipedia.org/wiki/Optimismo  

“Generalmente se asocia el optimismo con el buen humor, sin embargo existen otras variables ligadas a él como el foco de control, también conocido como locus de control, término que se usa para determinar cómo el individuo atribuye lo que le ocurre en la vida. En ese sentido, una característica particular de los optimistas está responsabilizarse de lo que le sucede y buscar causas internas a la situación, más que culpar a otros de su realidad, lo que significa poseer un foco de control interno”. http://ventaninterior.blogspot.com/2009/03/la-psicologia-positiva-y-el-optimismo.html

jueves, agosto 29, 2013

Una breve mirada a la gestión por competencias

Hace unos pocos días el gerente regional de ventas de la empresa me conversaba acerca del  conocimiento que tenía de las fortalezas de carácter, adquiridas por el estudio de la psicología positiva. Y es que para Seligman,(2013), el promotor de esta nueva visión del bienestar y la salud, son cinco las virtudes universalmente aceptadas por todas las culturas, y 24 las fortalezas de carácter que se desprenden de ellas. En la página web del Dr Seligman, “la auténtica felicidad” (2013), se encuentra la encuesta VIA (Values In Action),  donde podemos conocer el orden de nuestras fortalezas y cuáles son las cinco primeras, por medio de las cuales nos desempeñamos,  alcanzamos metas y logros. La gratitud, la capacidad de amar, la honestidad, la creatividad, la justicia, son algunas de esas 24.

 
“-Yo antes le pedía a mi gente que hiciera las cosas según mis indicaciones para lograr las metas de ventas”, me decía en la conversación. “-Yo era el líder y todos me seguían. Ahora que conozco lo de las fortalezas, he hecho que todos hagamos la prueba”. Y sacando un papel de su bolsillo, me enseño las escalas de toda su fuerza de ventas.

 
“-Ahora no les digo que van a hacer, sino a través de qué, lo van a lograr. Hemos aprendido a usar nuestras fortalezas de carácter para potenciar el logro de las metas”

 
Y me pareció entonces, que era la primera vez que escuchaba tal cosa, y del poder inmenso que podía llegar a tener, no solo para ayudar a las empresas a lograr metas de rentabilidad, sino lo mejor, ayudar a la gente a crecer, a ser mejor o “lograr la mejor versión de sí mismos”.
La gestión por competencias quizá sea la mejor manera conocida de trabajar con gente o personas. Se trata de desarrollar o reconocer las habilidades que poseen las personas, y junto a los conocimientos adquiridos y sus valores éticos, puedan llegar a formarse un modelo que le permita alcanzar resultados, no cualquier resultados, si o aquellos a los que llegamos a través del compromiso (engagement).

 
"las competencias son repertorios de comportamientos que algunas personas dominan mejor que otras, lo que las hace eficaces en una situación determinada, poniendo en práctica, de forma integrada, las aptitudes, los rasgos de personalidad y los conocimientos adquiridos". (Levy-Leboyer, 2003)

 
Las competencias se oponen en cierta forma a los roles. Estos están determinados por los cargos y su descripción, y a veces se desprende de las mismas actividades que alguien desempeña, no de la forma como hacerlo. De hecho, Wikipedia aclara que” rol” es el papel de un actor. Por lo tanto la gestión de roles se inclina más a indicar qué y cómo va a realizar alguna tarea para alcanzar una meta, como un guión. Las competencias son comportamientos, como ya dijimos que ponen a trabajar en forma coordinada lo que somos, lo que sabemos hacer y nuestra personalidad junto a las creencias-valores. Los roles por consiguiente, son más una estrategia conductista mientras que las competencias son más constructivista, que reconoce que el ente objeto de la actividad, cuenta con criterios y valores propios para retarse, aprender y lograrlo.

 
Por lo tanto, la gestión por competencias “considera que los resultados positivos obtenidos por una persona en la ejecución de un Cargo /roles se debe a las características subyacentes de esa persona.” (Valera, A,2013), y las características subyacentes como ya dijimos son, las habilidades, los conocimientos y los valores. 

 

 
El modelo anexo que presento es una aproximación a la gestión de la gente a través del desarrollo de sus competencias. Para ello me apoyo en el modelo de competencias que desarrolló Jacques Delors en 1996, a propósito que la Unesco le solicitara un modelo de educación que rigiera en el siglo XXI; es así como aparece el texto, “La Educación encierra un tesoro”. Las competencias para Delors son cuatro, aprender a ser, (donde debe estar el manejo de la inteligencia emocional, la maestría personal, el crecimiento interno, las fortalezas, la promoción interna de salud y bienestar),  aprender a hacer,(que es las competencias para el trabajo o el “saber hacer” que es uno de los activos de conocimiento más importantes de cualquier empresa),  aprender a conocer, (son los estudios, diplomados, postgrados), y aprender a convivir, (que reúne a los principios de la responsabilidad social, el trabajo en equipo, por procesos en vez de roles, el respeto a las diferencias, la solidaridad)
El eje transversal sin dudas son las fortalezas de carácter que no han sido incluidas aun en modelos de gestión. Como dijimos al inicio son una fuente inmensa de conocimiento y motivación; nos puede hacer sentir bien casi sin importar la actividad que se desempeñe, inclusive se crece en ella. “Fortaleza es una capacidad pre existente para comportarse, pensar o sentir de una forma específica que sea auténtica y que llene de energía al poseedor, permitiendo un rendimiento, desarrollo y funcionamiento óptimos” (Valera,2013)

 
El uso y conocimiento de las fortalezas personales aparecen desde el reclutamiento y la selección; mucho más en la gestión por competencias donde su uso se hace poderoso y por supuesto útil. Las fortalezas además de ser transversales al proceso, se encuentran en cada una de las competencias de Delors. La ventaja de utilizar competencias en vez de roles, es que dejamos que las personas se reten, usen las fortalezas y alcances las metas, generando un compromiso con su trabajo y la empresa  cada vez mayor.

 
En muy probable que en un futuro cercano, la gestión de gente además de llamarse, “Departamento de Bienestar y Salud”, se encuentre centrado en el desarrollo de fortalezas de carácter, (como dijera el gerente de ventas al inicio),  y se llegue a una nueva visión de la gestión de personas: la gestión de desempeño por fortalezas de carácter. Las fortalezas son la fuerza interior que nos mueve
 
Referencias Bibliográficas:
Delors, Jackes. (1996) La educación encierra un tesoro. UNESCO. http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF 
Levy-Leboyer, Claude. (2003). La Gestión por Competencias. Editorial Gestión 2000.
Lindner,A. (2013). Modelo de gestión por competencias. Material no editado:Caracas.
Seligman, M(2013). La auténtica felicidad, Test VIA. Recuperado el 28 de agosto de 2013. Disponible en http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/seligman.aspx
Valera, Aura. (2013) Material de apoyo de la asignatura Psicología Orgaizacional Positiva, Caracas: Universidad Metropolitana.
Wikipedia. (2013) Roles. Recuperado en 28 de agosto de 2013.
Wikipedia. Martín Seligman. Recuperado el 28 de agosto del 2013. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Martin_Seligman

Rol. Función, papel de un actor -significados de la palabra francesa rôle y de la inglesa role, cuyo uso extendido al castellano ha sido admitido por el DRAE.  (Wikipedia,2013)