Ya hemos conversado en anteriores entradas acerca de las
fortalezas de carácter desarrolladas desde la Psicología Positiva
por el Dr Martin Seligman
en su cuestionario VIA. Los
autores han explicado que luego de observar en todas las culturas, universalmente,
encontraron que existían varias virtudes comunes para todas y así se pudieron
declarar las 24 fortalezas de carácter de las personas.
Si bien no se ha llegado a explicar cómo se estructura
internamente la herramienta VIA, es cierto que tras haberse aplicado a miles de
personas y comprobar su exactitud es que hemos llegado a comprender y utilizar
la declaración de las fortalezas como unas competencias mas, que se agregan
junto a las habilidades, a las actitudes
y aptitudes, al conocimiento y por último a los valores éticos, que declaren
las personas, tener. Las fortalezas, según Seligman, nos permiten alcanzar
metas, percibir emociones, estar con las personas, fluir en lo que se hace,
retarse en el trabajo; todo ello necesario para alcanzar la felicidad; o al
menos un bienestar duradero o permanente.
Las seis virtudes universales de Seligman, a veces
comparadas con las aristotélicas de la Fortaleza, la Justicia, y la Templanza son, la sabiduría, que tienen
la creatividad y el interés como fortalezas, entre otras, el Valor y el Coraje,
con fortalezas como el valor, la perseverancia; el Amor y la Humanidad, con
fortalezas como la generosidad y la capacidad de amar; la Justicia, con el trabajo
en equipo y el liderazgo; la Templanza con el perdón y la misericordia y por último
la Trascendencia, con el sentido del humor, la gratitud y la esperanza, entre
otras.
Las organizaciones hasta los momentos han estructurado sus
planes rectores a través de la Visión empresarial, la Misión y los Valores.
Estos últimos, asociados a la ética y al comportamiento social de una empresa
con el entorno, sus proveedores, clientes y sus trabajadores. Ha sido costumbre
así mismo, declarar cuales serán las competencias genéricas que deben contar
para trabajar en esa empresa. Nuestra propuesta del pasado post (entrada), fue
que además de pedirle al trabajador y medirlo con respecto a lo que no ha
desarrollado, que lo hagamos a través de sus fortalezas de carácter que son
como diría lo aristotélico, los medios por los cuales buscará ser feliz. Indica
Wikipedia al respecto:
“Existen dos clases de virtudes: virtudes éticas y virtudes dianoéticas. Ambas expresan la excelencia del hombre y su consecución produce la felicidad, ya que ésta última es "la actividad del hombre conforme a la virtud".Las virtudes éticas son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres. Las virtudes éticas más importantes son: la fortaleza, la templanza, la justicia.Las virtudes dianoéticas se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis). Su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Las principales virtudes dianoéticas son la inteligencia (sabiduría) y la prudencia.La templanza es el Punto medio entre el libertinaje y la insensibilidad. Consiste en la virtud de la moderación frente a los placeres y las penalidades.La valentía es el punto medio entre el miedo y la temeridad.La generosidad es el punto medio entre el uso y posesión de los bienes. La prodigalidad es su exceso y la avaricia su defecto.” Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Arist%C3%B3teles
Del texto anterior, que no contradice el contexto de las
virtudes de la Psicología Positiva, podemos resaltar entonces que las virtudes
se fortalecen de los hábitos, de su conocimiento y práctica por lo que podemos
desarrollarlas y estructurarlas según “vayamos siendo”. (Palabras de nuestro
escritor Arturo
Uslar Pietri, donde puede leer más). La otra, es más interesante aún y se
deriva del hecho de que las virtudes son un punto medio teniendo a dos extremos
de los cuales, las personas y las empresas pudiesen moverse para atender
situaciones, cambios, emergencias o necesidades.
Los valores empresariales generalmente se redactan en
función de competencias, de factores resaltantes que desearíamos tener aunque a
veces, algunas empresas llegan a incluir a la alegría como un valor
corporativo. Hay que tener relativo cuidado al redactar valores, pues a veces
lo hacemos en función de acciones o competencias y no estrictamente de valores.
Todo lo que las empresas declaren debería ser desarrollada y hasta en algunos
casos, poder ser medida mediante comportamientos observables. Las virtudes de
la Psicología Positiva, ayudarán ahora a las empresas a redactar mediante el
reconocimiento de las virtudes que tengan o aquellas que quisieran desarrollar.
Si la virtud tiene que ver con los hábitos, entonces no será una falacia que
aquellas que lo propongan, lo puedan conseguir.
Las empresas cuando realizan planes estratégicos, suelen, al
llegar a la descripción de sus valores, ver “que están declarando los demás”, y
es por eso que todas se parecen, y no porque hayan nacido de una reflexión
auténtica, genuina e introspectiva. Si las empresas escogen además de las
virtudes, las fortalezas representativas, acabará por sesgar la realidad que se
deriva de la heterogeneidad de las personas, sus creencias y su género, por lo
que es más fácil declarar solo las seis virtudes e incluir en ellas a todas las
fortalezas que las componen. Será un acto de reconocimiento, apego, respeto a
la diversidad y comprensión por fin, de qué vamos a trabajar ahora
artesanalmente desde las realidades y herramientas de cada quién y no a través
de palabras que pueden resultar huecas de cuando en vez, y quizá mediante
competencias que no han desarrollado. (Recomiendo leer a Laura Rosillo en el
post de Artesanos del siglo XXI)
Las virtudes de una empresa serán:
SABIDURIA
1.
Creatividad y originalidad
2.
Curiosidad e interés
3. Juicio y
pensamiento crítico
4. Deseo de
Aprender
5.
Perspectiva, sabiduría
VALOR/ CORAJE
6. Valentía
y valor
7. Tenacidad
y perseverancia
8.
Honestidad
9. Ilusión,
entusiasmo y Energía
AMOR-HUMANIDAD
10.
Capacidad de Amar
11.
Amabilidad y generosidad
12.
Inteligencia social
JUSTICIA
13. Ciudadanía,
trabajo en equipo
14. Ecuanimidad,
equidad y justicia
15.
Liderazgo
TEMPLANZA
16. Perdón y
misericordia
17. Modestia
y Humildad
18. Cuidado,
Prudencia y Discreción
19.
Autocontrol
TRASCENDENCIA
20. Aprecio
de la belleza
21. Gratitud
22.
Esperanza, optimismo
23. Sentido
del Humor
24.
Espiritualidad y fe
Para cerrar,
si bien es cierto que valores y virtudes no son sinónimos, es difícil no pensar
que algunos valores empresariales que declaramos, no se deriven o estén ya
incluidos en el desarrollo de nuestras fortalezas de carácter y así en las Virtudes de Seligman. Un ejemplo de
ellos son, la sinceridad, puntualidad, solidaridad, decencia, compasión,
responsabilidad, sencillez, empatía, o el patriotismo.
Nota.
La diferencia entre virtudes y valores: (Tomado de Wikipedia según la fuente citada)
"Virtud: Una virtud es una cualidad que
permite a quien la posee, ayudarlo en las situaciones más difíciles para
cambiarlas a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo
llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su
lado y los lleva a alcanzar un objetivo diferente. El virtuoso es el que «sabe
remar contra la corriente».
También, una persona virtuosa es aquella que sabe sacar adelante
cualquier problema que se avecina. Es una persona que tiene muchas cualidades y
las pone en práctica a diario.
Las virtudes se consideran cualidades positivas, y se oponen a los vicios. Las virtudes son
las cualidades buenas y sensitivas del ser humano."
"Valor:
El valor ético de algo denota su
grado de importancia, con el objetivo de determinar que acción o vida es mejor
realizar o vivir (Deontología),
o por lo menos un intento de describir el valor de distintas acciones (Axiología).
Puede ser descrito como tratando a las acciones mismas como objetos abstractos,
asignándoles valor a ellas. Trata sobre la conducta correcta y la vida buena,
en el sentido que una acción que posee mucho valor o un valor relativamente
elevado puede ser considerada "buena" desde un punto de vista ético
(en el sentido de un adjetivo),
y una acción que posee un valor bajo o por lo menos bajo en sentido relativo
puede ser considerada "mala".
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