Reflexión breve sobre
consultoría artesana
La Consultoría Artesana
nació como trabajo en red, en algún lugar del país Vasco, bajo la pluma de
Julen Iturbe. Se trataba de realizar trabajos colaborativos en red, utilizando
las nuevas tecnologías y las formas de trabajar juntos, que ya no eran solamente
presenciales. Poco a poco se fueron
integrando más artesanos, hasta llegar a cientos entre España y el resto del
mundo hispano.
Tienen (tenemos, desde lejos)
5 años reuniéndose en distintas ciudades
ya en el mundo real, solo para transferir, aprender, mejorar y trabajar
juntos. Ser artesano está en sintonía con los principios de pensamiento
colectivo, trabajo colaborativo, comunidades de práctica, e inteligencia
distribuida.
¿Qué diferencia la
consultoría artesana de la consultoría industrial?
En principio y bajo uno de
sus preceptos, los artesanos trabajan desde la realidad de la empresa, con el
conocimiento de ambos, y mediante el trabajo con su propia gente y
posibilidades, tal cual haría un artesano con el barro y el fuego, hasta lograr
una bella pieza utilitaria. La Consultoría industrial, se ha estructurado para
implantar métodos, metodologías, procesos o sistemas. El consultor llega, hace
su trabajo y se va. Pero ninguna de las dos consultorías es mejor o peor que la
otra; solo dependiendo del caso, una es más oportuna que otra. Las dos hacen
falta.
La diferencia más importante
se desprende de la reflexión anterior. Un artesano llega a una organización a
aprender de ella, a involucrarse, hasta el punto de saber cuál será la forma más
idónea de realizar cambios e implantarlos, (son cambios específicos que la
consultoría industrial no puede atender, ya sea por la dedicación o por el
tiempo que se requiere). Se asocia, se involucra; la diferencia es justo esa.
El consultor que llega a trabajar a una empresa, será diferente al que termina.
Cambia, evoluciona, se adapta a ella. El Consultor industrial no puede hacerlo.
Debe implantar un sistema preestablecido, en un tiempo acordado. No puede
variar el producto.
Esa es la maravillosa
diferencia. Nada es estático, todo cambia, se transforma, siempre para ser mejor
persona y un mejor consultor.
Sería bueno contar con una
Red de Consultores Artesanos en Venezuela, aquellos que son distintos, que
moldean el barro y que trabajan desde la realidad de la gente. Se llamaría
RedCA-Ve