Cuando se trabaja en operaciones y proyectos, es probable que tengamos que ver con herramientas de aseguramiento de la calidad. Sirven para que los procesos se mantengan en control y se puedan cumplir con las especificaciones del producto y de lo solicitado por el cliente. El aseguramiento de la calidad abarca a toda la "cadena de valor", es decir, a todos aquellos procesos involucrados en la transformación de la materia prima en producto terminado. La suma de estas herramientas y lo que se obtiene, lo hemos llamado como BPM, las buenas prácticas de manufactura.
Una de las primeras herramientas que aprendemos es el FIFO, cuyo acrónimo en lengua inglesa sea, "First In, First Out", o la práctica de usar lo que tiene mas vieja data para evitar que se venza o se dañe. En español es "Lo primero que entra, lo último que sale". Así se organizan los estantes en los almacenes, con el cuidado de despachar primero lo que queda con data mas vieja y lejos aun de vencerse. A veces los anaqueles tienen entrada por un pasillo y salida por otro paralelo. En algunos supermercados vemos que las neveras son el frente de un gran pasillo refrigerado donde los operadores colocan desde atrás los nuevos productos; el usuario retira los de adelante y así van rotando.
Todos los aprendizajes pueden ser usados en todos los aspectos de la vida. Lo vemos en la cocina, donde debemos colocar atrás en la nevera lo mas nuevo, para garantizar la rotación correcta, o en la sustitución de las especias, o inclusive en el uso de botellones de agua para uso doméstico. Si no hacemos FIFO corremos el riesgo de usar algún producto ya vencido o contaminado.
En el mundo de la inteligencia emocional también aplica. Si bien es cierto que debemos gestionar todas las emociones, también es cierto que son los elementos mas frecuentes en la vida cotidiana. El tema es que a veces, dejamos algunas emociones sin resolver y se van a espacios donde no las recordamos. Están guardadas, pero los juicios que originan pudieran seguir acompañándonos. En las sesiones de coaching tratamos de buscar emociones que nos conecten con juicios mayores atrapados en el tiempo, a veces funciona. Sin embargo no siempre ocurre así. He notado que las imágenes guardadas en la experiencia, de repente al ser revividas, acompañen a un sin número de emociones que debemos resolver. No importa cuanto tiempo haya pasado, siempre ante la imagen que revive la evidencia, se acompaña la emoción que se vivió. Y lo volvemos a sentir casi con la misma intensidad, en el conocimiento del paso de los años, de las ausencias, de los cambios. Es bueno observarse, reviviendo y resintiendo.
El FIFO emocional consiste en no dejar que las emociones no resueltas se conviertan en parte de los olvidos. La propuesta es tratar de una vez las emociones que se van viviendo ya que puede pasar que emociones recurrentes se puedan convertir en estados de ánimo mas difíciles de curar. En la adquisición de destrezas maestras para la gestión emocional, vamos aprendiendo a solucionar emocionalmente las situaciones que nos tocan; así no hay riesgo de olvidos, ni acumulaciones. Una vez que tomamos la decisión de gestionarlas, solo nos resta ver hacia atrás, y hurgar en los pasados para ir resolviendo aquellas que recordamos a través del cuerpo o simplemente esperar, a que de forma súbita, se presenten ante nuestros ojos y nos hagan estremecer como un guijarro en un lago tranquilo.
Nota: La foto es el cerro Avila de Caracas y el Hotel Humboldt encima. La vista es desde Uriji Jami, la sede de una conocida starup venezolana, la nueva red social del mundo.
Promotor de la idea de que un Facility Manager es un profesional integral, que va mas allá del medio inmobiliario, para facilitar procesos en la gerencia general y en el mundo industrial, manufacturero y de producción. Me adhiero tambien a la definición de Consultor Artesano, que trabaja desde los parámetros y herramientas del cliente, y construye cambios o mejoras, a partir de los materiales que dispone la empresa.
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lunes, julio 29, 2019
jueves, junio 27, 2019
El coaching es una mujer
Los hombres y las
mujeres somos diferentes. Como dicen las
leyes laborales , en lo bio-psico-social-espiritual y cultural, aunque lo mas observable es lo biológico y cognitivo.. La biología lo marca con una hipófisis más grande
en la mujer, tienen el lóbulo pre frontal de las emociones distinto y así, sus
redes neuronales. La mujer está preparada para cuidar el bebe durante toda la
gestación, lo que hace que deba tener un ejercito hormonal diferenciado y
adecuado a la maternidad, lo que la hace ver, sentir y percibir otras cosas que los hombres no vemos.
Siempre se dice
que la mujer tiene la capacidad de realizar más de una actividad a la vez, lo
que desarrolla sin duda en la lactancia, haciendo varias cosas simultáneamente.
La mujer tiene una capacidad de observación más desarrollada, se da cuenta de los detalles y logra hacer
asociaciones cognitivas sin mayor
esfuerzo. Tiene una mejor memoria que el hombre, quizá por la diferencia
mostrada en la neurociencias, lo que hace que el hombre siempre tenga temor de
olvidar algún detalle que la mujer no deja pasar por alto. Sin embargo, la
misma diferenciación hormonal que en la mayoría de los casos que la favorecen, también
la limitan, en los periodos de cambios mensuales que dicen los investigadores,
se asocia con los cambios de estados de ánimo.
En lo simbólico
de los elementos, se asocia a la mujer con el agua y la tierra; de allí que la
llamen la “madre tierra” y al hombre con el aire y el fuego. Si bien es cierto
que todos conocemos los cuatro elementos, la naturaleza femenina se acerca al
amor y la fluidez del agua, y a lo centrado y enraizado de la tierra. El hombre
es mas libre en el aire, y mas arriesgado y divertido en si mismo, desde el
fuego.
El coaching es
una nueva disciplina de acompañamiento de otras personas en nuevos
desplazamientos. Se fundamenta en los postulados de la ontología del lenguaje y
en el poder generador que tiene, donde uno actúa tal y como se es, pero se es
tal y como actuamos. De este cambio, podemos decir que el principal objetivo
del coaching sea, el cambio del ser o del observador que vamos siendo, y desde
allí, hacer nuevas acciones que nos conducen a nuevos resultados. De su
aprendizaje se deriva el nuevo ser en lo que llamamos el devenir, o aquello que
nos va pasando mientras vivimos, buscamos, aprendemos y cambiamos.
Las competencias
del coach en esencia son la impecabilidad, la confianza, el conocimiento y la
competencia. La confianza entre ellas, se destaca por la relación que se forma
entre quien escucha y quién quiere desplazarse. Para ello debe aprender a
escuchar, a estar en armonía con el presente, en controlar su voz interior, en
el respeto al otro, en la compasión y en el manejo de las distinciones verbales,
corporales y emocionales. Conoce que las personas se comunican simultáneamente
en esos tres aspectos y el coach puede observar la coherencia entre ellos e indagar en lo que observa. La indagación
apreciativa entonces, deviene también como una competencia que el coach utiliza
para valorar al que habla.
Desde acá, me he
realizado la pregunta, si el coaching tuviera género,
¿cuál sería?.
Yo pienso
que sería una mujer. Una coach puede simultáneamente, entender la estructura de
coherencia y construir preguntas a la par que observa el contenido del
discurso, puede asociar esa coherencia entre los distintos ámbitos de su
vida. Puede recordar toda la historia y correlacionarla con la estructura de
coherencia y construir puntos de quiebre, emociones manifiestas, juicios o prejuicios
, declaraciones o afirmaciones que sustentan a los juicios. Como puede hacer varias
cosas a la vez se le facilita el manejo temporal de la historia en las
distintas áreas de desempeño con las personas afiliadas a la historia. Al
final, es capaz de estructurar una interpretación de la incompetencia y construir
desde allí, acciones que le permitan, mejorar su desempeño, darse cuenta de lo
que lo limita, encontrar nuevas oportunidades y poder realizar o definir planes
de acción.
La buena noticia
de esta interpretación, es que el hombre puede aprender desde lo que es. Al
final, todos tenemos más o menos las mismas cosas pero en diferentes
proporciones. Desde lo que nos iguala, el hombre estaría en la capacidad de
desarrollar actitudes y aptitudes que no le son del todo propias, y llegar a
tener las mismas competencias de una mujer. Lo que quiero decir, es que tanto
el hombre como la mujer pueden llegar a ser los mejores coaches; pero el hombre
debe trabajar más.
Cuando le hice
esta pregunta a mis amigos queridos coaches de España, me contestaron que no
sería una mujer. Su respuesta se orientó a que sería “andrógino” que según la
RAE son los organismos que reúnen ambos sexos. Dice que el percebe es un molusco
andrógino. Pues bien, el coaching sería andrógino.
Nota:
percebe
nombre masculino
- 1.Crustáceo marino de cuerpo cilíndrico y alargado protegido en su extremo por un caparazón reforzado por placas calizas; es hermafrodita, vive en las costas atlánticas, adherido a las rocas mediante un pedúnculo carnoso, y se cría formando grupos; el pedúnculo es comestible y muy apreciado. wikipedia. Foto tomada de wikipedia
martes, abril 16, 2019
La búsqueda interna
He caminado por años en tu búsqueda, y no he podido alcanzarte.
Pareces que caminas más rápido que yo mismo y cuando siento que te alcanzo, das dos pasos adelante y te me vas.
Sin embargo, salir en tu búsqueda me ha hecho tener un sentido en la vida; he conocido lugares interesantes y por sobre todo, he conocido gente maravillosa. He descubierto que en el conocer a otros, me parezca que cambies y te alejes más rápido, por lo que tengo que hacerme cargo de mi viaje y salir en tu búsqueda otra vez. (Conocer y amar definitivamente te cambia)
Hoy ya sé que andar tras de ti es lo que me mueve en la vida, en conocer que el camino es maravilloso y lleno de grandes experiencias. Veo tus huellas en la arena; y a veces veo que no caminas solo. No logro identificar quién te acompaña, pero lo puedo intuir, inclusive cuando solo veo una huella que no son las tuyas. Ahí me conmuevo y empiezo a llorar.
¿Y si corro? Ya lo he hecho pero tú también sabes correr. Hay algo en mi condición que te hacer ser distinto, al igual que yo lo hago; pero tú eres más rápido. A final, ¿de qué me serviría saber quién eres y como eres?, si en realidad no se qué haría con eso. A veces siento temor de poder alcanzarte. Buscarte si tiene sentido, encontrarte no. La vida tiene sentido cuando salgo en tu búsqueda; ahora sé que solo necesito saber en qué caminos anduviste, a quiénes conociste, que lugares maravillosos visitaste. En el camino que anduviste, sobre tus huellas, puedo reconocer paisajes, rutas, senderos, atajos, viajes, barcos, montañas, personas, magia. Sé que estuviste allí y entonces te reconozco. Eres como la luz de las estrellas que observamos solo tiempo después. La luz de las estrellas me motiva, me alumbra, me guía. Por eso es que los marineros han navegado por años, usando las estrellas para seguir en la ruta.
¿De qué me serviría alcanzarte si aun no tengo las fortalezas ni la experiencia para vivir tu vida? Para eso son las búsquedas y los caminos; para irnos preparando en la medida que caminamos tras tus huellas de navegante, de innovador, de creador de realidades. Gracias tú, por caminar y enseñarme el camino. La vida es eso; la búsqueda de un camino, unas huellas, y una esperanza.
(Ya lo dijo Arturo Uslar Pietri, “sigo los pasos del hombre que voy siendo”)
Alberto
Fuente de la imagen: pngimage.net
Tomado del blog de escribidores, donde también colaboro
miércoles, octubre 31, 2018
La no “inocencia” del coaching de competencias
Existen actualmente muchos tipos
de coaching. De hecho, somos practicantes de una nueva corriente que se forma,
al tener conocimientos en psicología positiva y en coaching ontológico. También
encontramos coaching PNL basado en la programación neurolingüística, el
coaching ejecutivo, el organizacional y el de competencias, entre otros. Este
último está supuesto al acompañamiento de otras personas, con el objetivo de
ayudar a que se den cuenta de sus limitaciones en su forma de actuar, para que puedan
hacer las cosas de una forma diferente. En todos los tipos de coaching, que es
el acompañamiento a otras personas a que superen los obstáculos que los
limitan, se consiguen fundamentos de la ontología del lenguaje de Rafael
Echeverría.
El libro de Echeverría, nos muestra
los distintos tipos de actos lingüísticos y su correcto uso, que al final nos
hace ser mejores escuchadores, observadores y poder tener mejores
conversaciones. También nos muestra tres postulados de la ontología del
lenguaje y tres principios, que son,
·
Los seres humanos somos los únicos animales lingüísticos
·
El lenguaje es generativo (del ser)
·
Los seres humanos se crean a sí mismos en el
lenguaje y a través de él.
Del segundo postulado que indica
que el lenguaje es generativo encontramos los siguientes principios;
·
No solo actuamos de acuerdo a como somos, sino
que somos de acuerdo a como actuamos
·
Las acción genera ser y uno deviene de acuerdo a
lo que hace
Siendo así, nuestras escuelas nos
han mostrado según el modelo del propio Echeverría, (Modelo OSAR), que tenemos
dos tipos de aprendizajes; uno de competencias o de 1er orden y uno de 2do
orden o transformacional. El segundo está supuesto a ocurrir cuando en una
sesión de coaching, el asistido se dé cuenta de algo profundo que lo limita y
pase de tener una “incompetencia inconsciente” sobre algún tema, a ser “incompetente
consciente”. Que se haya dado cuenta de lo que le pasa no garantiza que hayan
cambios profundos, ya que debe “hacerse cargo”. Y el hacerse cargo de lo que le
pasa no es más que hacer acciones nuevas que generen ser, parecidos a las del
1er orden.
El modelo OSAR de Echeverría, nos
habla de un observador en un sistema, que actúa, obtiene resultados y así,
aprendizajes. Como dijimos, los aprendizajes pueden modificar nuestra forma de
actuar, o más profundo, en la manera en que solemos ser con respecto a un
aspecto de la vida. Quizá sea por eso que ahora las sesiones de coaching sean mucho
mas de una; se requiere el compromiso de quién cambia, el hacerse cargo y ser
una mejor versión de sí mismo, como enuncia la Psicología Positiva.
Cuando dijimos al principio que el
coaching de competencias no es inocente, es porque el asistido en su “hacerse
cargo” de forma continua, voluntaria y consciente, realiza acciones que le
permitan obtener mejores o distintos resultados. Pero el postulado de la
ontología del lenguaje y sus principios,
indican que la acción genera ser. No es inocente; quizá más lento, pero un
coaching de competencias no deja de ser poderoso con respecto a la
transformación directa del ser, ya que es continua y voluntaria, y en el mismo
devenir de lo que somos en las nuevas acciones, entremos en un ciclo positivo,
expansivo y generativo, que contribuye en la creación consciente de la mejor
versión de cada quién. Mucho más profundo y permanente que pretender cambiar a
las personas, solo a través del “darse cuenta de lo que le pasa o limita”,
aunque en el cierre de la sesión se le pregunte a que se compromete hacer. En
la ausencia del seguimiento apropiado, las personas pueden decidir
voluntariamente no querer cambiar.
En el maravilloso mundo que se
genera en la sinergia entre la psicología positiva y la ontología del lenguaje
a través del coaching de fortalezas, es que se pueden diseñar acciones que
generen ser, tal y como lo plantea el segundo postulado de Echeverría. El ser
deviene de la acción o más aun, como diría Gladwell, cuando explica cómo se
alcanza la maestría, en 10.000 horas de acciones deliberadas, conscientes y
permanentes. El coaching de fortalezas visto como una competencia nueva que
podemos hacernos a nosotros mismos, viene a constituir un maravilloso camino de
cambios programados que pueden ser medidos en cualquier momento a través de los
test de la psicología positiva y en relación a las circunstancias en que
vivamos, el tipo de trabajo y aún más con quién nos toque realizarlo. El auto
coaching de fortalezas nos muestra el poder que tiene el lenguaje y las
distintas formas de generar acciones positivas en nuestras vidas, que generen
seres más luminosos y dueños de su propio destino.
Alberto Lindner
Literatura:
·
Echeverría, Rafael. (2004). La Ontología del
Lenguaje. Chile: Saez Editor
·
Gladwell,
Malcom, (2009). Fuera de serie (Outliers). Editorial L,B & co
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psicología positiva
lunes, agosto 13, 2018
El tipo de observador que soy (o que voy siendo)
Decir, que “interpretamos
el mundo desde el observador que soy” es una expresión muy común en los que nos
educamos en coaching ontológico. Se basa en un modelo desarrollado por Rafael
Echeverría quien desde la ontología del leguaje, estructuró el modelo OSAR,
cuyas siglas son el acrónimo de Observador, Sistema, Acción y Resultado. Todo observador desde donde es, acciona de
una manera determinada y así, es su resultado. De allí se deriva que si uno
hace siempre lo mismo, obtiene siempre los mismos resultados.
Entonces,
¿cómo se puede cambiar eso?
Pues el mismo
modelo contempla dos re alimentaciones; una que va de resultados a la acción,
con lo que tenemos aprendizajes de desempeño y otra cuando la re alimentación va
al “observador”, llamándolo aprendizaje transformacional, pues se supone que
cambia nuestra mirada de las cosas, por lo que pudiéramos decir que cambia el “ser”.
Ser,
entonces, deriva en acción, pero también las acciones derivan en ser, por lo que
se dice que el lenguaje tenga un poder transformacional. Eso es un postulado
poderoso de la ontología del lenguaje. No solo basta “darse cuenta” de lo que nos
pasa, pues el cerebro cuenta con mecanismos especiales que nos mantienen en
nuestra zona de confort, sino se trata de hacer un cambio profundo y
definitivo. Por eso es que solo las sesiones de coaching no sean suficientes
para cambiar; hacen falta acciones deliberadas y permanentes hasta que logremos
el hábito y podamos comenzar desde un nuevo ser, o lo que hemos llamado como “estar
siendo”, que es lo que somos en un momento determinado, y como diría Ortega y
Gasset, en unas circunstancias especiales.
Darse cuenta,
como hemos dicho, no llega a ser suficiente. Hace falta comprometerse a cambios
profundos. Es posible que el coach logre que vea lo que lo limita, y al
compromiso del asistido, pero el plan debe nacer de las necesidades propias del
cambio, desde el propio conocimiento de sí mismo que tenga quien desea cambiar.
Que se nos caiga la venda de los ojos de la cara no quiere decir que
comprendamos lo nuevo que estamos observando. Quizá sea un mundo nuevo, algo
desconocido. Necesitamos interactuar, visualizar a dónde queremos ir; los
caminos irán apareciendo en el camino mismo. La ontología del lenguaje desde mi
mirada, quizá sea la mejor manera de explorar, indagar y descubrir el proceso de transformación, pero no
suficiente. Desde la psicología positiva de Seligman podemos tener herramientas
que nos permitan contar con herramientas, valores, fortalezas, y conocimientos,
para que de forma deliberada y permanente, vayamos haciendo caminos. Las
fortalezas de carácter de la psicología positiva nos permite conocer cuáles son
las más utilizadas en el devenir del día a día de quienes somos; no necesariamente para el que queremos ser.
Lo que sucede entre el coaching ontológico lo hemos llamado sinergia, pues
trabajan juntas.
Como ya
dijimos, la acción deliberada y permanente construye ser y desde allí, poder realizar
nuevas acciones desconocidas que nos permite llegar a ser, nuevamente. De este
ciclo maravilloso, creador y expansivo, es que la psicología positiva ha llamado
“el alcanzar la mejor versión de sí mismo”, versión que no es aquella que está
oculta y la destapamos, sino que la construimos en cada acción de bienestar con
la que nos conectamos. Seligman utiliza el acrónimo PERMA para indicar los 5
elementos de una vida plena y de bienestar. Nace de la observación y la
investigación profunda en las correlaciones entre causa y efecto. Se trata de
disfrutar la vida a través del uso de las emociones placenteras y
positivas, y la comprensión de las
displacenteras, se trata de vivir una vida en sintonía con nuestros retos y
además conectarnos en el bienestar cuando lo hacemos, se trata de una vida
social, de ayuda, de familia y redes de apoyo y por último, se trata de una
vida de propósito con la vida.
Cuando
pensamos en la mejor versión de nosotros mismos, pensamos en el tipo de persona
que deseamos alcanzar; se trata de tomas acciones, de hacerse cargo del cambio
y de escoger el tipo de acciones que debemos emprender. Si para ser resiliente
en el trabajo que se quiere tener, se debe desarrollar entre otras fortalezas,
el agradecimiento y el sentido del humor, entonces se deben hacer las preguntas
correctas:
¿Qué debo
hacer para desarrollar el humor?
¿Qué es el
humor para mí y qué es el humor en el medio donde voy a estar?
Allí, en esa
ruta, cambiamos la percepción de las cosas y nos vamos convirtiendo en un nuevo
observador, ya que emprendemos proyectos completos y complejos, a veces de
larga data. Es por eso que no sea tan correcto decir, “el tipo de observador
que se es”, sino “el tipo de observador que uno está siendo” en un momento
determinado.
Amigo lector,
como ya dije en un post pasado, si quieres cambiar el tipo de observador que eres,
estudia fotografía digital. Vas a reconocer palabras que desde la metáfora le
dan sentido a la acción del coaching; luces, sombras, colores, encuadres, re
encuadres, movimiento, sentido, emociones, pasiones. Pensar como un tipo de
observador que somos o que pensamos ser, tienen un riesgo: puede ser que con el
pasar del tiempo ya el observador que pensamos ser, no se parezca al que
realmente somos en ese momento. Se trata del devenir de la vida, Desde esa
noción es que podemos construir la mejor versión de nosotros mismos, y que en
realidad, en la mirada del observador, nunca será una película, sino solamente
una foto instantánea.
Alberto
PD: la foto la tomé yo
lunes, noviembre 06, 2017
Desarrollo de competencias del coach: el observador
El modelo del coaching
ontológico se basa en la Ontología del Lenguaje (Echeverría, 2005), descrito
por Rafael Echeverría. Lo ontológico desde la filosofía griega antigua, tiene
que ver con el conocimiento del ser. La ontología del lenguaje tiene que ver
con el ser y su relación con el lenguaje. La ontología del lenguaje tiene tres
postulados, que son:
1. Interpretamos a
los seres humanos como seres lingüísticos.
2. Interpretamos al
lenguaje como generativo.
3. Interpretamos que
los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de
el. (Echeverría, 2005)
Entonces, somos seres
humanos que utilizamos la comunicación oral, y que generamos ser de acuerdo a como actuamos y la
acción genera ser. El mismo Echeverría un tiempo después para explicar los
postulados, diseña el modelo OSAR, que nombra al ser como el “Observador”, que
genera una acción y obtiene un resultado. Coloca dos re alimentaciones; la
primera del resultado a la acción, y lo llama aprendizaje de primer grado y
aquel resultado que genera ser, lo llama
aprendizaje de segundo orden o grado.
Sin embargo, si usamos este
modelo y sus tres postulados en forma reducida y sencilla como en el gráfico
anterior podemos observar que el ser de las personas es acción y esa acción se
convierte en ser. Actuamos en función de lo que somos y somos de acuerdo a como
actuamos: el lenguaje es generativo, sin dudas. Esto deriva en el “devenir”,
donde podemos ser lo que queramos ser, o podemos actuar de una manera
determinada para ser lo que queramos ser.
La ontología del lenguaje
además de postulados tiene tres principios. El primer principio tiene que ver
con lo que el autor ha llamado “El observador”, que no siendo una entidad como
tal, sirve para identificar el proceso de generación del ser desde el lenguaje:
ontología del lenguaje. El primer
principio, objeto de este ensayo, nos dice:
·
“No sabemos cómo las cosas son
·
Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las
interpretamos
·
Vivimos en mundos
interpretativos” (Echeverría, 2005)
En un mundo acostumbrado a
decir que cuentan con “verdades”, este principio nos resulta un poco extraño y
controversial. Pero ya el Talmud, el libro del judaísmo, nos decía desde la antigüedad, que “no vemos
las cosas como son, vemos las cosas como somos”. Reconociendo este principio entendemos
que las personas cuando conversan, lo hacen desde cada particular estado del observador.
Desde el lenguaje, las personas deben tener el compromiso de entenderse y saber
lo que se quiere decir.
En mis clases de coaching de
fortalezas propongo una conversación entre un físico nuclear y un músico
clásico conversando de arquitectura. Quizá tengan que ponerse de acuerdo en las
palabras y además tratar de entender como llaman a las cosas. Imaginen ahora
que no tienen el mismo idioma y necesitan un intérprete.
No sabemos cómo son las
cosas; de alguna forma podemos saber cómo somos o quizá como “vamos siendo” en
el devenir de la vida, y desde allí podemos observar el mundo y hacer nuestras
propias interpretaciones. Muchos gerentes en las organizaciones tienen una
mirada única y no aceptan o no saben cómo aceptar, que otros tengan miradas distintas
o hagan interpretaciones distintas de las cosas. Estos gerentes son
propositivos, no indagativos. La nueva gerencia requiere de personas que sepan
escuchar y que puedan reconocer en el acto de hablar, que todos somos distintos
y por lo tanto, que tenemos una distinta manera de percibir el mundo.
El modelo del observador,
OSAR, de Echevería plantea que vemos el mundo de una manera particular desde lo
que somos; desde allí actuamos y obtenemos resultados. En la gerencia moderna
como hemos dicho y en el acompañamiento que hace un coach al observador que
cada quién es, debe estar atento a todos los elementos del entorno, de las
palabras en su estructura de coherencia y desde lo dicho, la emoción y el acompañamiento
corporal, para poder entonces, poder realizar una interpretación de lo que está
observando.
En este proceso como coach
para mejorar y desarrollar las competencias tanto para el escucha como para el
observador, he decidido hacer talleres de fotografía digital. Es un hombre y su
cámara, atento al entorno, interpretando lo que acontece, y capturando una
imagen para que otros que la observan, puedan hacer las mismas interpretaciones
que el autor de la toma.
La hipótesis que me he
planteado es,
¿Puedo mejorar mi capacidad
de observación de las cosas que me permitan ser más asertivo en mis
interpretaciones, a través del estudio de la fotografía digital?
Con la conclusión de un
primer taller podría decir que el adquirir técnicas de fotografía digital si
favorece al coach en la adquisición de mejores competencias como observador. Y
resulta que en estas técnicas todo se convierte en metáforas. Se trata del
manejo de dos variables, principalmente: la abertura del objeto que observa y
el tiempo de exposición en la observación hasta capturar la imagen. Y
ciertamente en el escucha a otro, desde el observador que somos o vamos siendo,
es que podemos ayudar a otros a solventar las trabas y poder avanzar. En los
procesos de coaching o a través de la gerencia del líder coach, es que se
requieran más y mejores herramientas de observación, basadas ciertamente en el
manejo de los actos lingüísticos y ciertamente en la capacidad que tengamos de
escuchar. En el acto de escuchar y observar, retomando las metáforas, debemos
tener la habilidad de captar imágenes que involucran lo que dicen, con lo que
sienten y con lo que dice el cuerpo.
La observación, en la
fotografía digital, se desarrolla a través de la búsqueda de significados,
luces y sombras, movimientos, captura de hechos, descubrimientos, adaptaciones,
reconfiguraciones, re encuadres, vacios y silencios; todos, elementos del
coaching ontológico.
Creo sin lugar a dudas, que
todo coach o gerente coach, debería estudiar fotografía digital
Referencia bibliográfica:
- · Echeverría, R, (2005). La Ontología del Lenguaje. Chile: JC Saez Editor
- · Mata, R. (2017). Taller de fotografía Digital 1. TFRM: Material de apoyo. Hacienda La Trinidad, Caracas
Gráfico: slideplayer.es
martes, febrero 14, 2017
La observación, como competencia fundamental del gerente-líder
Los seres humanos tenemos la tendencia de “etiquetar” a la gente. Quizá en las primeras impresiones, es que pensamos que es lo que el otro es, y lo que le pasa, y le colocamos una etiqueta. Luego de eso, siempre que veamos a esa persona, le “veremos” en la frente, la etiqueta que le colocamos.
Resulta que hace poco tiempo, se encontraba una periodista hablando de un líder político. Ha ocupado altas posiciones, ha sido fundador de partidos y un opositor a regímenes políticos adversos a la democracia, pero no ha logrado ser popular. La verdad es que la gente no lo quiere y siente algún tipo de rechazo cuando conversan de el. Resulta que la periodista dijo esta frase:
-”No confundan la timidez con la arrogancia”
Nuevamente se evidencia el poder de la comunicación y del lenguaje. Lo que ella hizo, es poner en evidencia la posibilidad que tenemos de etiquetar a alguien por lo que “parece ser” y no por lo que realmente pudiese ser. Aunque la gente va cambiando con el tiempo, no se trata como en este caso, de pasar de un extremo a otro. Es cierto que una persona tímida puede centrarse en si misma, y parecer arrogante. Pero en imagen, en lo que se observa, podemos confundirnos y colocar la etiqueta incorrecta. Los gerentes que conducen o acompañan a otros en la realización de sus labores, no deberían etiquetar a ningunos de sus trabajadores. Desde la escucha plena, se debería indagar, conocer, aprender, aceptar, y por sobre todo, reconocer al otro como uno auténtico y valioso.
En el caso del gerente con competencias de coach, es fundamental que se plantee que en la construcción de juicios personales y de otros, no corra el riesgo de cometer tal equivocación. No solo se trata en este caso de validar con el otro los juicios que sobre el nos hacemos, sino de estar seguro de la forma de hacer las preguntas correctas. Emitir un juicio a otro, “¿eres arrogante?, no es lo mismo que preguntar, ¿Dónde te ves mas tu, desde la arrogancia o desde la timidez?. Los coaches solemos trabajar mucho con juicios de valor y desde la tranquilidad que nos da el validar con el otro nuestros juicios, nos quedamos tranquilos. Pero resulta que luego de una sesión, el asistido, ante la inseguridad de lo que es, se pueda quedar con nuestro juicio:
-!ahh es que soy arrogante…!, (y quizá no lo sea.)
La validación entonces, en los procesos transformacionales del ser desde el coaching ontológico, quizá no sea suficiente para avanzar o desplazar al otro y no es suficiente que el otro llore, lo reconozca, se resienta. Existe algo más en la indagación de nuestros juicios que no dependen solo, de los juicios que el coach tenga. Más aún, si no cuenta con las distinciones completas entre los extremos entre la timidez y la arrogancia. Los juicios se forman desde lo que somos y desde allí tratamos de construir con el otro, un mundo de posibilidades.
En las relaciones sociales y en el comportamiento organizacional quizá sea común que ocurra que veamos una cosa por otra. Las mal-interpretaciones son una evidencia de eso. Y es que la observación que lo que sucede tenga mucho que ver con la capacidad de escuchar que hayamos desarrollado. Y es que en la observación del otro desde lo que somos, es que podemos activar la escucha plena, completa, desde la humildad. Y en esa observación que nos permite escuchar mejor, podemos entonces entender que la humildad sea el opuesto de la arrogancia como usualmente nos enseñan, sino que sea la timidez. Según el diccionario a la humildad se le opone la soberbia, complicando el panorama. Humildad, timidez, soberbia y arrogancia. Varios opuestos y varias interpretaciones que sin dudas, el saber o no le pueden hacer la diferencia a una persona. La humildad y la arrogancia son, a mi entender, decisiones. La humildad es una decisión consciente acerca de las luces y sombras que nos acompañan como seres humanos. La soberbia se hace desde un ego crecido que nos ubica por encima de los demás. Las decisiones de ser humildes o soberbios las hacemos desde lo que hemos vivido y desde la capacidad que tenemos de enfrentar los espacios más oscuros o luminosos de nuestro ser. (Ambos suelen hacer daños dependiendo de lo que hagamos con ellos).
La humildad nos permite reencontrarnos, re dibujar nuestro propio mapa de vida y avanzar en el entendido que somos en parte aquellos que no vamos a cambiar y todo aquello que nos pertenece para ser mejores, y avanzar. Contar con el juicio correcto desde la humildad, nos permite ser mejores observadores y así, ser mejores escuchadores y desde allí, podemos ser mejores personas en función de la capacidad que adquiramos de ayudar a otros a ser mejores personas también.
Desde la humildad, el gerente-líder, ya sin la apetencia del ego, es que puede construir equipos de trabajo conectados y sistémicos, proactivos y positivos. (No vaya a ser ahora, que confundamos a la timidez con la humildad.)
Alberto
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viernes, diciembre 16, 2016
¿Cuándo algo es suficiente?
Ser evaluado por otros tiene una desventaja: los criterios de evaluación los coloca el evaluador, sin importar poco o nada, los criterios del evaluado. Mas si se trata de adquirir técnicas maestras en alguna disciplina o técnica, ya que quién mide, lo hace desde su propio modelo. ¿Qué pasa si los criterios tanto de uno como del otro son distintos y el evaluador considera que no ha llegado a cumplir los “mínimos exigibles”? Pues, no pasa o no aprueba.
Sin embargo, se puede “llegar en la raya”, “por poco” o “detrás de la ambulancia” pero llegar, aunque en los criterios generales del evaluador se cuente con un estandard superior donde llegar “en la raya” no sea suficiente, y se falle en consecuencia. ¿Qué hace el evaluado si en la medición externa no llega al resultado, pero el evaluado piensa que si?. Pues tiene varias opciones: se puede quejar, puede increpar, puede argumentar, puede asentir, callar y repetir, o simplemente puede re considerar lo que le ha pasado y re-encuadrar su situación actual. Re encuadrar significa, hacerse cargo de lo que le está pasando y cómo se está sintiendo, para conseguir significados, respuestas y acciones que lo ayuden a avanzar. El sufrimiento prolongado es detenerse, y el detenerse evita avanzar lo que pudiera significar inclusive, retroceder.
Retarse a hacer algo de una manera distinta puede ser bueno cuando en nuestra estructura mental, consideramos que debemos hacerlo. Malo es, cuando decidimos hacerlo solo porque otros nos dicen que es bueno y nos retemos solo por satisfacer una posición en una estructura organizacional o de trabajo, lo que al final, se trata de satisfacer al ego personal. Cuando podemos declarar que algo “es suficiente” lo hacemos desde el conocimiento personal de lo que hemos realizado, de la forma en que lo realizamos y por sobre todo, en la adecuación de la acción a nuestra estructura de valores, creencias y compromisos. A veces, hacemos las cosas convalidando algo en lo que no creemos pero que deseamos pertenecer; al final, nos hacemos daño, pues no encontramos la forma de identificar nuestras acciones con nuestro ser en un momento determinado. Es un tema existencialista, casi como un “deja vu” de los años setenta.
Ser honesto con uno mismo y valorar lo que se es, representa un compromiso certero y expansivo. Se trata de tolerancia, aceptación y amor propio; no basado en los juicios externos o en la escala de valores que otros, como auténticos otros, tengan sobre sí mismos y pretendan utilizarlos como espejos para medir a otros. El amor propio es un reflejo de una fortaleza de carácter que puede desarrollarse, que puede utilizarse como herramienta para avanzar, ya que nos coloca en el verdadero sentido de la vida que cada quien tiene de sí mismo. Es por eso que en la valoración de la adquisición de las competencias maestras, sea tan importante la opinión del evaluador como la del evaluado, quien al final de cuentas, reconoce, valora y mide su propio desplazamiento. En el desarrollo del ser, que convive con el “darse cuenta”, a veces, los desplazamientos más intensos, pueden ocurrir el minuto o el segundo anterior a reconocerse como una persona distinta. Por eso lo llamamos los coaches, la expansión del ser. Quizá en el BigBang el segundo anterior, el universo, era una cosa distinta.
Los evaluadores entonces, no debemos-podemos evaluar a otros sin conocer la opinión de su desplazamiento final, o usando juicios de valor, fundados en momentos anteriores, o basados en juicios de otros que pocos conocen al evaluado. La indagación apreciativa vista desde los principios de las fortalezas de la psicología positiva debería ser un instrumento de verificación y de escucha permanente. No vaya a ser que en el desarrollo de competencia para ser mejores personas, dejemos nosotros mismos de lado la escucha y nos convirtamos en lo que no queremos que los demás se conviertan.
Es decir, que existe un riesgo que mientras tratemos de cambiar al mundo, y en su defensa, nos convirtamos en lo que estamos atacando. Es una paradoja interesante, que he tenido la oportunidad de ver, sobre todo cuando tratamos de conocer el estado del ser, sus movimientos y todo aquello que consideramos que es factible de ser cambiado o mejorado. Siempre, antes de emitir un juicio de valor, no veamos solo la historia; veamos lo que es, el segundo anterior.
Alberto
PD: Imagen gratuita tomada del dominio público desde Pixarbay.
jueves, noviembre 24, 2016
El coaching apreciativo y el Mago de Oz
-aahhh, eso es...!, en voz alta, convirtiéndose en un "darse cuenta", que en muchos casos mueve, transforma y nos conduce a la acción. La ontología del lenguaje plantea que la palabra es acción y la acción genera a su vez, ser. Leer es una maravillosa forma de hacernos cargo de nuestro propio destino y nuestra propia vida. (Como dice el poema Invictus)
Ya nuestro poeta venezolano y literato Arturo Uslar Pietri (1a), dijo hace algunos años en un poema, "sigo los pasos del hombre que voy siendo". Maravillosa frase que nos plantea que si andamos distraídos en la vida, quizá podamos pensar que somos alguien que hemos dejado de ser un tiempo atrás. Y nos damos cuenta en las personas que se limitan, lo hacen basándose en prejuicios de años pasados, basados asì mismo en miedos ya superados, o peor aún, basados en juicios que otras personas hacen de nosotros mismos. Ya Mandela tras sus 27 años de encierro leía siempre el mismo poema "Invictus" cuyo contenido le indicaba que era el capitán de su alma, el dueño de su destino". Y es así, y los sabios filósofos contemporáneos Maturana, (4) y Echeverría, (5), plantean que uno es capaz de diseñar-se junto a (como) los dioses, su propio destino, y que a través del lenguaje se puede llegar a ser lo que uno se proponga ser. Martín Seligman (3) el padre de la psicología positiva nos dice también que esto lo podemos lograr a través del conocimiento de nuestras venticuatro fortalezas de carácter, las cuales se van moviendo de acuerdo como nos vayamos moviendo, dejando la noción del "ser inmutable" de los metafísicos, contra al "estar siendo" de Arturo Uslar Pietri. Con este conocimiento y con los libros nuevos de crecimiento personal ,es que podemos construir poco a poco un nuevo ser, reconociendo las fortalezas que tenemos para alcanzar metas. Ya no decimos "yo soy", lo cambiamos por "yo estoy siendo". En este proceso, nos puede acompañar un terapeuta, un coach o un amigo. (2)
Una de las empresas que asisto desde el crecimiento organizacional utilizando el poder de transformación del lenguaje, acaba de implantar un club de lectura. Con pocas excusas, la gente de la empresa puede conseguir ejemplares del libro escogido, en formato digital, como audio libro, como película en los cine foros, como ediciones impresas y como libros, como quién deja olvidado uno en una mesa, sabiendo de su poder transformador y liberador. Ya tenemos casi un año, y nos proponemos ahora a hacer mediciones de impacto laboral, personal y de clima organizacional. Este mes le ha tocado a cuentos infantiles, en el deseo que además de motivar al hábito de la lectura, esto sea hecho con sus hijos, familiares o nietos. Hemos escogido tres libros, Hanzel y Gretel de los hermanos Grimm, que además hemos coordinado con una visita al teatro local a ver la obra; Tío Tigre y Tío Conejo, que son fábulas magníficas de nuestras raíces , de Tulio Febres Cordero y por último, el "Mago de Oz", un libro de L. Frank Baum, (1) que se volvió una película de referencia en 1939 y actuada magistralmente por la recordada Judy Gardland. Fue producida entonces por la MGM, hoy Time Warner.
Trata de una niña que huye de un miedo, y que es arrastrada a otras tierras, volando en su casa, por un tornado. Es una tierra de magos, brujas, animales voladores y seres que hablan y tienen deseos. Todos orientados a la acción. En la llegada aplasta a la bruja mala de este, y para regresar, debe preguntarle a un mago acerca del medio para hacerlo. En el viaje, conoce a un león que quiere ser valiente, a un espanta pájaro que quiere ser inteligente y necesita un cerebro, y a un hombre de hojalata que necesita un corazón. Los tres llegan a la morada del mago y les pide que acaben con la bruja mala del oeste, para que pueda regresar a su casa, y a los tres personajes, en conseguir lo que quieren. Al final, como una metáfora cada quién obtiene lo que quería, un poco porque ya "eran", pero no lo sabían, y la joven logra regresar a casa. "No hay lugar como la casa" dijo. Es un cuento ontológico sin dudas y trata del poder generativo de la palabra y el lenguaje, trata también acerca de llegar a ser lo que queremos ser, a través de realizar las declaraciones correctas, de reconocer nuestras sombras y abrazarlas, de darnos cuenta de nuestras fortalezas de carácter y hacernos de ellas para avanzar.
Es un cuento lleno de simbolismos, que quizá no fue realizada con ese fin; era un cuento infantil, pero que hoy nos sirve para mostrar conceptos de la ontología del lenguaje, que con la sola teoría, se haría difícil comprender. Las brujas del este y oeste son el reconocimiento de nuestro cerebro y la forma en que nos puede afectar o ayudar la inteligencia emocional, se trata de las sombras que nos habitan y que a veces no queremos enfrentar. Se ha estudiado que tenemos sombras ocultas que no nos dejan avanzar; las sombras son un conjunto de juicios propios e internos de los cuales quizá ni siquiera tengamos afirmaciones que los respalden. Los tres personajes que acompañan a Dorothy por el camino amarillo representan la estructura de coherencia de los seres humanos, tanto usado en la comprensión del coaching o de acompañar a otros; son el lenguaje, el cuerpo y las emociones o el pensar, sentir y actuar. El león que quiere ser valiente es la acción, el hombre de paja que quiere un cerebro, es el pensar y el hojalata que quiere un corazón es el sentir en la emoción.Lenguaje, cuerpo y emoción; la triple coherencia que los coaches tratamos de indagar cuando acompañamos a otros.
Cuando se encuentran al mago deben entrar uno a uno y lo realiza con los cuatros elementos que acompañan a la acción y que es conocimiento fundamental para un coach, el agua de lo femenino, la cara encendida del fuego en lo masculino, el animal de la tierra en lo femenino y lo etéreo del lo masculino, en el aire. De hecho, en el encuentro con la bruja mala del oeste logra desvanecerla con agua, que es el elemento femenino del amor, cuando trató de apagar el fuego en el espantapájaros.
El Mago de Oz al igual que el libro "El Principito" se trata de un viaje interno, eso que hacemos cuando decidimos que debemos o necesitamos cambiar. El ideal de un asistido y el de un coach, es llegar a casa nuevamente, es como un viaje y llegamos a ser nuevamente, o mejor dicho, llegamos a "estar siendo" nuevamente, en el entendido que en este viaje nos hicimos dueños de nosotros mismos y realizamos acciones para avanzar por encima de las sombras, brujas o magos que nos limitan. Por eso Dorothy al final, cuando no sabe si lo vivió o lo soñó, es que diga " no hay lugar como el hogar". Se trata siempre al coaching, como acompañar a un viaje de regreso a casa.
En su libro Indagaciòn Apreciativa, Subirana y Cooperrider, (6), desarrollan un nuevo modelo de la estructura de coherencia en el cual juntan al cuerpo y la emoción y dejan el lenguaje, agregando la experiencia. Claro desde la IA se piensa que lo que hemos vivido y hemos hecho mejor, es fundamental para lograr metas futuras. Se trata de soñar con nuestras potencialidades. Como coach, cuando vemos a alguien, no solo vemos lo que es en ese momento, sino todo lo que puede llegar a ser. Si aceptamos entonces que la experiencia ahora pertenece a la estructura de coherencia, lo que le haría falta al modelo es dejar las tres distinciones, (cuerpo, lenguaje y emoción), pero lo encerraría en un nuevo circulo que diga "Experiencia". Quizá, la gente de la tercera edad cuando pierden sus recuerdos con alguna enfermedad, es que también ven afectados sus otros tres dominios, el lenguaje, las emociones y lenguaje corporal.
Incorporemos entonces, la parte apreciativa de la historia de una persona, para que, en una sesión de coaching, los ayudemos a construir futuros de expansión, que los acerquen mas, a la felicidad anhelada y al bienestar pleno.
Alberto
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Referencias:
1. Baun Frank. El Mago de Oz. (2016) Wikipedia, recupera y disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/El_mago_de_Oz
1.a. Pietri, A. (2016) Wikipedia. Recuperado en noviembre 2016 y disponible en su biografía en https://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_Uslar_Pietri
2. Lindner, A (2016). La mejor versión de mi mismo, recuperado en noviembre 2016 y disponible en, http://facilitymanager.blogspot.com/2016/05/la-mejor-version-de-mi-mismo.html
3. Seligman, M. (2016). Test VIA de las fortalezas de caracter Disponible en https://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/es/home
4. Maturana, H. (SF) Ontología del lenguaje. Recuperado en Nov 2016 y disponible en http://www.buenastareas.com/materias/resumen-de-la-ontologia-del-conversar-de-humberto-maturana/0
5. Echeverrìa R, (2016) Recuperado en noviembre 2016 y disponible en http://es.biblioteca-virtual.wikia.com/wiki/Ontolog%C3%ADa_del_lenguaje
6. Cooperrider,D, Subirana,M. (2013). Indagaciòn apreciativa. Kairós, Baecelona
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