lunes, febrero 25, 2013

La escritura como forma de bienestar

No tengo que decirlo, mucho. Cuando escribimos podemos traer de la mente nuestras creencias y nuestros valores. Escribir tiene poder sanador y de bienestar. Es una forma de ponerse en contacto con uno mismo y sirve para reforzar lo que una vez pensamos.

Escribir esclarece, favorece, motiva y por sobre todo, libera. Los talleres de escritura para fomentar la creatividad y el bienestar deberían ser estimulados en las organizaciones. Todas las empresas tienen a algun comunicador. Eso es un buen comienzo.

La clave: hacer muchas actividades de bajo costo, de alto impacto y alta frecuencia
Beneficios: bienestar, alegría

_______________________________


ARRECIFES
Fue de pequeño. De seguro que de muy pequeño, tanto, que los recuerdos se confunden entre imágenes y sombras. Rugía el mar embravecido y hacia un estruendoso impacto cuando pasaba por la caverna. Mis hermanos y yo, asombrados por la imagen solíamos quedarnos sentados a contemplar el vaivén de las olas.
La arena era de gravilla, no era arena fina como para llamarse arena, sino de pequeños pedacitos de piedra, tan redondeados que hasta servían para acariciar los pies. Mientras mis hermanos se dedicaban a contarse historias, yo, mas peque, pensaba en las “80 leguas de viaje submarino” y en su calamar gigante emergiendo  por dentro de las rocas y amenazando con sus largos tentáculos. (Una vez, uno de ellos llegó a salpicar mi cara, porque estábamos muy cerca). Pero no tenía miedo alguno; ahí estaban todos mis hermanos para protegerme.
Y estando ahí, no podía saber si lo que más me gustaba era la luz que se proyectaba en la caverna, la bruma que producían los impactos de las olas, el frío cálido de lo guijarros en los pies, la inmensa compañía de mis hermanos, o las fantásticas aventuras imaginarias, que emergían de lo profundo del mar, con sus sombras, misterios, olores y sensaciones. No lo sé; era feliz.
Y es así como a veces, en la oscuridad de la soledad del tiempo, me siento en mi playa, para degustar nuevamente de aquella alegría, que solo se siente al ser libre, ser niño, amado y completamente feliz.

Nota: La foto no es Arrecifes, es Lomas de Caruao en la costa Venezolana. Está llena de cuevas, donde seguramente viven algunos personajes de nuestros sueños.

martes, febrero 12, 2013

La Gestión de Proyectos para Principiantes


Estoy convencido que todo el mundo sabe ejecutar proyectos.  La diferencia está, en mi forma de ver, en la metodología y en el conocimiento de la existencia de diez variables, que los entendidos en gerencia han llamado las áreas de conocimiento. Lo que voy a tratar de hacer, es demostrar a través de un sencillo ejemplo,  lo fácil que es ejecutar un proyecto, mediante el manejo de sus variables y entendiendo sus procesos.
Lo primero que hay que definir, es cuál es el objeto que deseamos obtener luego de planteado el proyecto. Acto seguido, estructurar las instancias o fases. Las fases son pedazos en que se puede descomponer un proyecto para obtener subproductos de cada uno que son necesarios para comenzar la otra fase. Las fases pueden depender del proyecto que queremos realizar. Las fases para construir una casa, pudieran diferir en algunas o en todas  las fases, de un proyecto de software por ejemplo.
Pero hagámoslo fácil. Todos hemos organizado una fiesta alguna vez. Se trata entonces, de celebrar el cumpleaños de boda de oro, de nuestros padres. El gerente de proyecto, deberá en primera instancia verificar si sus padres van a estar en la ciudad en esa fecha (Conozco un caso...). El cumpleaños es dentro de tres meses y cada hijo ha aportado 500 unidades monetarias,UMT, para llegar a un total de 2000.00. Tenemos entonces un “Proyecto”, que viene a ser la celebración de la fiesta. Contamos con recursos, y tiempo de ejecución y un producto, único e irrepetible.
Las fases de la celebración de una fiesta pudiesen ser, los preliminares y la planificación, la celebración y la cancelación de cuentas; tres fases. En la primera fase habrá de estructurar  y definir en primera instancia (y necesariamente) el alcance y el lugar de la celebración. El lugar se escogerá ajustado a presupuesto. Las variables a manejar son:
Alcance. Tipo de fiesta, lugar, definición de amenidades, calidad, cantidad de invitados, tarjetas etc. Todo debe estar definido en la planificación. En proyectos, se llama Estructura de Descomposición del Trabajo, EDT.  Del EDT se podrá estructurar las actividades y tareas para lograr el objetivo. Es un insumo para la gestión de la duración del proyecto.  El alcance es una fiesta de aniversario de bodas de oro, no incluye bautizos, cumpleaños, etc. No sirve el "ya que" (Ya que vamos a hacer una fiesta, vamos a incluir...)
Tiempo. Se debe hacer un cronograma para cada actividad crítica. La reserva del lugar es crítica para seguir las otras actividades. El gerente de la fiesta deberá hacer un esquema en una hoja donde en el eje vertical coloque las actividades y en el horizontal, el tiempo. La última actividad no puede estar después de la celebración de la fiesta, a menos que sean las cancelaciones de las deudas (o pagar algunos platos rotos). Debe saber que hay actividades que pueden comenzar junto a otras, pero también hay actividades que requieren que la que la precede haya terminado. En construcción, se ve más fácil; no puedo construir el segundo piso, si no he construido totalmente el primero, por ejemplo.
Costos. Se hará un presupuesto. En el alcance se realizará el EDT y se tendrá conocimiento de todo lo que se desea hacer en función del producto. Se decide el tipo de comida, la bebida, la música y se le asignan recursos y al final obtenemos un presupuesto estimado. Durante la fase de planificación se deberá revisar el presupuesto y actualizarlos para que se ajuste a lo inicialmente acordado.
Las tres variables mencionadas constituyen lo  que la gerencia de proyectos denomina, la triple restricción; lo que es, lo que cuesta y lo que dura. En algunas ocasiones incluimos a la Calidad. La calidad es ajustarse a lo planificado y no obtener un producto distinto a lo que especificamos.
La quinta variable son las adquisiciones. Representa lo que tenemos que adquirir para terminar el proyecto. En el caso de la fiesta pudiera ser, los arreglos forales, o cualquier otro equipo o material que se requiera. En esta variable se manejan los contratos, los subcontratos y las condiciones de ejecución.
Gestión de gente. Saber quién va a hacer qué, es un fundamental. El gerente de la fiesta se hará acompañar de familiares que harán que los subprocesos se lleven a cabo.  Contar con un excelente equipo es prioritario para obtener un buen producto. En algunos casos se requerirá realizar adiestramientos previos. A partir del 2013, el nuevo PMIBoK, contempla una nueva área de conocimiento, los “stakehorders” o los involucrados. Habrá que leer el nuevo texto a ver porque es una nueva área.
Riesgos. Contemplar lo que pueda ocurrir es importante pues nos induce a tener estructurado un plan de reacción. Hay eventos que no se consideran en una fiesta como el caso de un sismo, pues ni siquiera los invitados llegarían a ir, si ocurriese. Las lluvias si deben ser contempladas, así como las condiciones del tráfico de la ciudad. La gerencia de proyectos ahora, no solo contempla los riesgos, sino que  debe considerar todos los eventos. Habrá algunos que operan en beneficio de la duración,  en caso de ocurrir.
La comunicación en gestión de proyectos es fundamental. Ya dijimos que podemos hacer una fiesta para los padres pero que estos no se encuentren en la ciudad. Comunicar los avances, tropiezos, complicaciones y beneficios es necesario para todo el equipo. Se evitan re trabajos o confusiones innecesarias. Lo que nunca debe hacerse es decidir algo y pensar que todo el equipo lo va a descubrir por sí mismos.
La novena variable es la Integración. El manejo de esta variable le va a permitir al gerente encargado del proyecto, tener una visión sistémica de lo que está sucediendo. Cambiar el costo puede alterar la calidad y el tiempo. Cambiar el alcance puede ser muy riesgoso pues podemos alterar el cronograma y no poder controlar algunas actividades aún desconocidas. La integración como visión de sistemas y manejos del conocimiento, le va a permitir pasar de una fase a otra sin complicaciones.
Los procesos internos que ocurren en cada fase, vienen de “calidad total” y su famoso, Plan , Do, Check, Act.  O dicho  más fácil, planificar y ejecutar, a la par de que se hace seguimiento y se controla cualquier variación que nos aleje de los objetivos parciales y la obtención del producto del proyecto, que en este caso, es la fiesta. Saber que estas variables existen y tenerlas en cuenta, hacen que baje los niveles de estrés que a veces acompañan a pequeños eventos de la vida cotidiana. Desarrollar los pequeños proyectos de la vida, con eficiencia y efectividad, seguro nos hará mejores gerentes para poder afrontar proyectos de mayor envergadura, costo y duración. Todos hacemos proyectos permanentemente. Si nos acostumbramos a llamar a cada cosa por su nombre, nos hará más eficientes como personas.
Felices fiestas.

viernes, febrero 01, 2013

Trabajo, Carrera y Vocación


Si uno pudiera escribir en la descripción del cargo en una empresa, un poco mas allá de lo que hacen las personas, quizá escribiríamos: “contribuyo en hacer feliz a mis compañeros”, “aporto mi grano de arena en comunicarme mejor”, “facilito procesos para que todos mis compañeros ganen, y salgamos todos ganando”, “deseo ver prosperar a mi gente”. Y debe ser como parte de nuestra costumbre cuando supervisamos a otros, además de saber si están casados, si tienen hijos o si tienen casa propia, el preguntarles que labor desempeñan.

Y es que en esa descripción del cargo de un recién graduado, que aún no sabe cómo se va a desempeñar en vida profesional, deba aparecer, como responsabilidad de quien lo supervisa, el de “ser esponja” al adquirir todos y cada uno de los conocimientos que se le presenten, y que pueda poseer. Cuando yo estaba recién graduado, me enviaron a estar dentro de una obra de construcción. Era un edificio muy grande, muy alto y muy importante en el perfil urbano de la ciudad. Para una persona ávida de aprendizajes, una obra en construcción, es por así decirlo, un “lugar perfecto”. Un poco esponja, con mucho tiempo y con muchas ganas de aprender, uno se involucra en el trabajo, tanto, hasta perder la noción del tiempo, trabajando muchas horas que las estipuladas. Esa es la época en que nada importa, solo aprender.(y ganar)

Y es así como en el desarrollo profesional de cada quien, se vayan diferenciando todos aquellos que son felices con lo que hacen, quizá producto del placer que se siente en ejecutarlo, y aquellos que no lo son, y trabajan por compromiso o por necesidad. Martín Seligman, en su libro, “La Auténtica Felicidad”, (Seligman, 2011), hace la distinción o mención  de que la “orientación laboral” se presenta bajo tres tipos: los trabajos, las carreras y las vocaciones.

El trabajo se representa a quienes solo trabajan por ganarse el sustento, contraen responsabilidades y las cumplen dos veces al mes. El trabajo visto como sustento, se comprende cuando el trabajador abandona un trabajo, cuando el pago no compensa la situación familiar o personal o cuando le es ofrecido un nuevo trabajo en otra empresa.
La Carrera ocurre, cuando en una empresa medianamente responsable, el departamento de RRHH, le desarrolla un plan de desarrollo profesional en concordancia con su cargo, su futuro, sus posibilidades de ascenso, dada su eficiencia y eficacia y su buen desempeño. Muchas empresas, “construyen planes de carrera” para protegerse de los cambios que vienen por vía de la globalización o la revolución industrial o los cambios en los mercados de productos o servicios. No quiero decir que las empresas no lo hagan por responsabilidad social, sino por ganar-ganar donde el aprendizaje queda en la cadena de valor de la compañía y sus ulteriores compromisos e intereses. Se representa esto también, como el crecimiento personal-profesional por medio de la “meritocracia”.

Por último tenemos a la vocación, que Seligman nombraría como “el compromiso apasionado con el trabajo, por el mismo” (Seligman, 2011).  Las vocaciones se entienden entonces, como aquel trabajo donde el sujeto que realiza la labor puede trascender en su vida social y personal. El trabajo es totalmente satisfactorio y a diferencia del trabajo, totalmente independiente de la remuneración. Seligman también menciona que estudios recientes han analizado que en ocasiones las vocaciones se pueden transformar en trabajos y que los trabajos a veces se transforman en vocaciones. Ejemplo de esto puede ser el arquitecto, que siendo hábil con el manejo del espacio, coloque el dinero y los beneficios materiales de primer lugar, mientras que la secretaria del arquitecto, piensa que su trabajo contribuye con la creación de una mejor ciudad y un mejor lugar para vivir.

Esta categorización, sin embargo, no ocurre solo cuando nos incorporamos al mercado de trabajo, sino que debería ir evolucionando según se vaya transformando la visión del mundo, en cada quien. Es normal que los jóvenes sean más materialistas que los adultos que ya piensan en el retiro o en su salud; los jóvenes se sienten inmortales. Es normal que los jóvenes piensen en aprender para transformar la experiencia en crecimiento, mientras que debería ser normal que la gente adulta piense mas en enseñar lo que sabe. Es normal que los jóvenes estudien en sus procesos iniciales, mientras que es normal que los mayores sean docentes o instructores. Es normal que la gente sana piense en lo material; mientras que los “sobrevivientes” piensen más en la trascendencia. Poder llegar a edad adulta, también es sobrevivir.

Por lo tanto, parecería ser que la evolución de la “orientación laboral” estaría más ligada a la edad y a la experiencia. Los jóvenes entonces tenderán a tener trabajos, cuya contra-prestación sea aprendizajes, beneficios materiales o la oportunidad de ascender para llegar a tener una “carrera”. Teniendo la carrera, y habiendo cumplido con la protección a la familia y a los hijos, es normal también, que pensemos en la forma de trascender espiritualmente. Porque las fortalezas humanas para trascender   son, el disfrute de la belleza, la gratitud, la esperanza, la espiritualidad, el perdón, el sentido del humor, y el entusiasmo.(Seligman, 2011, pag. 238). ¿Con cuántas fortalezas cuentas amigo lector? ¿Trabajas o vives de tu vocación?

Los hacedores de empresas, se preguntarán si pueden tener un trabajo que sea una vocación? Seguro, ya lo hemos dicho. Cada quien verá en su corazón y se preguntará si lo hace para trascender o para tener más beneficios materiales. Depende cual coloque primero. No está mal, que se tengan muchos beneficios cuando logramos beneficios colectivos mayores. El materialismo “per se” no está bien. Nada queda al final de la carrera, nada material se va con nosotros. Solo lo que hicimos, solo lo que dejamos, lo que trasciende y nos hace más humanos.


Fuente:
Seligman, Martín, (2011) La auténtica felicidad. Barcelona: Editorial Zeta.