domingo, mayo 17, 2020

el futuro que soñamos



Aprovecho uno de estos delirios febriles imaginarios que nos da en un encierro involuntario, aquel que moja la ropa de sudor y nos hace sentir que no dormimos, porque los sueños son como estar despiertos. A veces los sueños nos dan miedo, pero no todos. En uno de esos episodios, resulta que evoco a la Madre Tierra. (Debe ser porque mayo es el mes de las madres).

Pachamama traduce del quechua como la “madre tierra” y de seguro que la sabiduría andina ancestral sabía de lo que estaba hablando. Los latinos americanos no tenemos una palabra única y tenemos que construirla. Quizá por eso es que ellos sabían cómo convivir. Nosotros lo hemos olvidado un poco.

-Hola, como está usted, pregunté

- ¡Muy bien gracias!

-¿Me puede decir su nombre?

-Me llamo Pachamama, dijo

-Le importaría si mantenemos una conversación, es un honor conocerla, le dije mirando sus ojos verdes esperanza

-Claro querido hijo, es un gusto poder mantener una conversación contigo. Usualmente dan por hecho que yo los protejo y los escucho, pero la verdad es que los humanos tienen mucho poder y poca conciencia, lo que podría afectarme gravemente

-Si el Dios es el padre, ¿por qué tú eres la madre? ¿Por qué no es el padre tierra?

-Dios creó todo. Cuando creó al hombre y se dio cuenta que necesitaba una pareja,  creó a la mujer. Ambos vivieron en un paraíso donde yo era co creadora. Se aburrieron de vivir en la virtud, no tenían con que comparar, y entonces Dios, creó a la culebra. Ella les mostró la distinción del pecado. Una forma inteligente de mostrarles la diferencia de los opuestos. Los opuestos en realidad son complementarios…

-Sí, pero ¿por qué mujer?

- En realidad no es un tema de hombre y mujer sino de los complementarios: lo masculino y lo femenino. Somos como una esponja en el mar; contenemos el agua salada pero a la vez somos contenidos por la inmensidad del océano. ¿No sientes que tienes una parte masculina y otra femenina, al igual que las mujeres? ¿No sientes que tienes a Dios, viviendo contigo y además en ese todo?

-Bueno si. A veces, cuando miro hacia adentro debo hacer concesiones y comprender de qué estamos hechos. ¿Dónde mas podemos aprender de los complementarios?

- Cuando el Creador estaba en lo propio, creo cuatro elementos que nos constituyen y que habitan en todas las cosas. Lo masculino, es el aire y el fuego; lo femenino, el agua y la tierra. El fuego necesita del aire y la tierra necesita del agua. Agua y tierra procrean vida. El fuego y el aire, la renueva.

-Está claro, somos aire, fuego, tierra y agua.  Somos amor y somos olvido; somos pasión y somos razón; somos soledad y somos compañía, somos perdón y somos rencor, somos envidia y somos compasión. No somos opuestos, somos complementarios. Por eso decimos que no solo sufrimos, sino que aprendemos. Me he dado cuenta que en ocasiones he estado profundamente triste por una pérdida pero sucede algo que me pone alegre; todo a la vez. No son extremos de algo; son complementarios…le dije pero como diciéndomelo a mí mismo.

-Exacto. Todo depende de un equilibrio natural que se va creando cada vez. Las moléculas humanas son ahora distintas, comparadas con las que nacieron, sin embargo son el mismo ser. Son biológicamente distintos, completamente, pero el alma y el espíritu se mantienen.

-Alma y espíritu ¿son complementarios?

-¿Tú qué crees? Piénsalo por un momento antes de responderme

La fiebre subía y bajaba como un tobogán interminable. Ya quería que llegara el alba pero estaba seducido por la conversación. El calor me hizo despertar. Me cambié de ropa, tomé agua y me comí una galleta. Tierra, agua, aire y fuego. En ese sueño despierto, es que nuevamente retomé la conversación…entonces le dije,

-Sí, ¡Alma y espíritu son complementarios! y habitan en el cuerpo que cambia, que no tiene las mismas moléculas con la que nacimos, entonces, ¿Eso explica que somos más que materia?

-Así es. Algunos escritores humanos han dicho con certeza que cuando Dios creó al hombre, se dio cuenta que estaba incompleto. Entonces le dio al alma. El alma se enamoró del cuerpo y tuvo que crear al espíritu. Ya en su completitud aparente se dio cuenta que estaba incompleto y creó a la mujer desde lo que éste era, con su alma y con su espíritu. Al tiempo, se dio cuenta que viviendo en un paraíso estaban incompletos también y les dio el conocimiento y la capacidad de reconocer los complementarios. Entonces sonrió. Sabía que aun estaban incompletos, por lo que les dio la capacidad de crearse a ellos mismos. El problema es que nacen sabiéndolo, pero lo olvidan durante toda la vida. La génesis vive en nosotros y nosotros en ella, como la esponja. Solo hay que decidir buscarla dentro

-Ya, el hombre incompleto y en su consciencia, avanzó y creó todo tipo de cosas, olvidando crearse a sí mismo. Ahora veo que en la imposibilidad de detenerse de crear cosas, así como Dios, se olvidó de su propia creación. ¿Te hemos hecho mucho daño, Pachamama?

-Gracias por llamarme por mi nombre. Ya veo que has comprendido. Sí, he sufrido y sufro. Algunos daños son irreparables, hay especies que no regresarán, y los humanos son más sensibles a los cambios y a las enfermedades

- ¿Tu tuviste que ver con la pandemia?, pregunté

-En realidad, ustedes tuvieron que ver. Están haciendo uso de las libertades que tienen y no han sabido fijar límites. El equilibrio del que hablamos al principio ha sido roto. Los elementos tienen sus reglas cuando todo ha sido trasgredido. Yo solo soy observadora, y sin juzgar, escucho, veo y aprendo. También, como Naturaleza tengo la misma libertad que ustedes tienen, pudiéndome crear a mí misma. Estamos restaurando el equilibrio.

-¿Lo vas a lograr?

-¿Te das cuenta que siempre me lo preguntas a mí, en singular?

-Cierto. ¿Lo vamos a lograr?

-Los elementos se volverán a complementar y el equilibrio será restituido. Del todo, depende que continúe la armonía y sigamos adelante.

-Pero, esta no es la primera pandemia que tiene la tierra en cuanto a humanos. ¿Será que no aprendimos nada antes? ¿Por qué podríamos aprender ahora?

-Antes era antes, ahora es ahora. Han evolucionado. Se comunican mas, toda la tierra vive en tiempo real. La humanización ha comenzado, a la par de la oportunidad de conocernos unos a otros, entre humanos, y todos en conjunto con la naturaleza. Ya se cierra el agujero de la capa de ozono, ha bajado la contaminación, se restituyen los bosques y las fuentes de agua dulce, se terminan los cambios climáticos, ahora se asombran de lo que antes veían pero que ahora observan.

-Mucha gente va a morir. Es doloroso el proceso

-¿Qué parto no lo es?

Tuve que guardar silencio un rato. No sé cuánto tiempo. Quizá hasta el alba, donde me volví a dormir. El sueño sin embargo, continúa y suele ser así en los delirios.

-Yo sé que estoy soñando y que eso son los sueños. No sé que van a aprender los otros, yo puedo aprender de mí. Creo que en un mundo futuro, aquel que puedo soñar contigo en este ahora, en este momento, veo a seres humanos solidarios, compasivos, bondadosos, humildes y agradecidos. 
¿No son todas evidencias de la espiritualidad que mencionas? ¿Seremos más espirituales o todo será como dice la canción un “poco de polvo en el viento”? 
Cuando despierte, quisiera habitar en ese nuevo ser con alma y espíritu para poder acompañar a otros a que los busquen.

Con el alba, se fue la fiebre. Cuando realmente desperté, ella no estaba ahí. Pero, me acordé de la esponja, y ya no tuve miedo.

Alberto






sábado, mayo 09, 2020

Almanidad

¿Espíritu joven?


Según los aprendizajes en psicología positiva, en el deseo de poder escribir sobre el “espíritu joven”, es que encontré que espiritualidad sea cuando,

"Me siento espiritual y creo en un sentido de propósito o significado en mi vida; y veo mi lugar en el gran esquema del universo y encuentro significado en la vida cotidiana". (VIA Institute)

A lo complicado de definir  lo que sea “espíritu joven” se le agrega  que para ser espiritual, se deba conocer el sentido de la vida y que consiga mi puesto en el esquema del universo. ¡Nada fácil!.  Para poder escribir sobre este tema se hace necesario el poder entender que significa para mí y para otro, el espíritu, y de allí, lo espiritual o la espiritualidad. Según la psicología positiva y en la descripción anterior, se define que sea una fortaleza de carácter que compone nuestra personalidad. Son atributos pre existente en las personas que nos permiten actuar de manera determinada y alcanzar objetivos, acciones o metas. La definición completa sería,

“Las fortalezas del carácter son un conjunto de rasgos positivos presentes en el ser humano que ayudan a que las personas tengan vidas satisfactorias” (Via Institute)

Le agregamos a la construcción de significado, las nociones del ser, el ser humano y los rasgos positivos. Cuando uno indaga un poco más, resulta que más se complica, pues aparece la psique, o el alma, el espíritu, el cuerpo, el yo y el ser. Y eso sin adentrarnos mucho en las posturas de Freud y de Jung acerca del yo, el superyó y el ello.

Para salir de esta maraña confusa es que decidí pensar en tercera persona y colocar sobre la mesa algunas definiciones sobre el espíritu, que vienen desde lo judeo cristiano, lo hinduista, lo ontológico, lo místico y aun sobre mis propias creencias.

“Alberto es un individuo de mediana edad, profesional, estudioso, que ha decidido plantearse, a objeto de escribir un artículo, lo que significa lo espiritual o el espíritu mismo. Para ello, comenzó con lo que indican las sagradas escrituras judeo cristianas sobre el tema. El hombre está compuesto de tres elementos que son uno, así como la trinidad, el cuerpo, el alma y el espíritu.

Resulta que el hombre nace con el cuerpo siendo un ser espiritual por esencia. El espíritu es la esencia del hombre, un poco como la llama de la vida; difícil de conocer con palabras ya que es impersonal. El alma, sin embargo, que es el tercer elemento, si es personal a cada ser humano y posee la voluntad, la mente, y las emociones. Requiere ser revisado continuamente para desarrollarse y ser mejor. El espíritu, para el cristianismo al igual que muchas culturas antiguas, ven al espíritu a aquello que nace con el cuerpo y que solo se transforma cuando acoge lo que no puede comprender. Alberto entiende que no son partes sino comprensiones de la misma forma en una “unicidad”. La unicidad del ser.

Para los existencialistas y en la filosofía ontológica, se plantea al ser y su unicidad además al devenir del ser. Los seres humanos somos seres lingüísticos, dotados de inteligencia y memoria lo que nos permite aprender y trascender. Así es como la palabra con su poder transformacional, genera futuros y podemos realmente cambiar la constitución de lo que somos. Pero, con lo indicado antes, ¿Qué sería lo que puede cambiar?, ¿el cuerpo, el espíritu o el alma? Para los antiguos griegos, Alberto piensa que estaba claro. Psique significa alma, por lo que psicología sea el tratado o el conocimiento del alma.  Sin embargo, se habla de lo espiritual, no de lo propio del alma, aunque en la unicidad, sea más o menos hablar de lo mismo. 

A la pregunta anterior, Alberto piensa que lo que cambia o pueda cambiar, sea lo que nos es único: el alma. Contiene la voluntad, que aplica según las fortalezas que lo forjan y usa como parte de su personalidad. Con esto, con el manejo de la voluntad y con la mirada ontológica, el alma hace la parte de lo que necesita en los tiempos que le toca vivir y en sintonía con las circunstancias. Al final, en la unicidad del ser, es que este puede cambiar en el tiempo y cohabitar en su cuerpo que reacciona a las emociones por medio de los sentimientos y a los factores externos a través de lo corporal.

Según los planteamientos del Gurú indio Sri Sri Raví Shankar, la existencia del ser humano tiene siete capas, algo como la piel de la cebolla. La más externa es el cuerpo, donde todo habita y todo pasa. Luego la segunda, es la respiración, sin la cual no hay vida. Estas dos constituyen el nivel corporal básico. El tercer nivel es la mente que codifica y co relaciona, luego el intelecto, lo propio del humano. La quinta es la memoria, la capacidad de recordar y que con el uso del intelecto, pueda reflexionar sobre lo que nos pasa, y aprender de forma consciente. La sexta es el ego, forjado en la infancia para protegernos de los agentes externos y que pudiera seguir protegiéndonos mucho mas allá desde donde podemos hacernos cargo.  Por último, la séptima, es el ser. Estas dos últimas capas representan los niveles espirituales de la existencia.

Alberto sabe por Jung que para trascender y conocer al ser, el hombre debe hacerse cargo de su capacidad de protección y del manejo de sus emociones. Entonces debe atravesar al ego. Jung lo llamaba “el regreso a casa”. Un poco ahora, Alberto entiende que es como conocer su esencia, aquello que los investigadores a través de la historia, han tratado de definir. No es parafraseable, parece, por lo que no se puede definir. Es por eso, que en la incapacidad de intelectualizar este concepto, lo hayan llamado inconsciente.  El regreso a casa no es más que romper barreras para atravesar al ego, y poder llegar a la esencia. Aquella que una vez pudimos ver en la ocasión de estar en el umbral de la muerte.

Dice Sven Doehner un psicólogo transpersonal mexicano, que en el caso del ego, algo debe morir para que algo nazca. Atravesar el ego es eso, es el propio desapego. Es como arrancar una pieza de belcro unida a otra pieza. Corremos el riesgo de lo desconocido, pero el premio siempre será el poder conocer al ser.

¿Qué es un espíritu joven?. Alberto no lo sabe. El espíritu está dado. Sin embargo sabe que nos movemos, que `podemos cambiar. En ese movimiento de desapego profundo de las creencias más íntimas, es que puede construir nuevas. En la acción y el movimiento abraza a su alma, a ese niño pequeño de su ser, que quiere ser libre. Con su alma y con su cuerpo, quizá llegue a la unicidad del ser: a su espíritu.

Yo digo ahora, “soy un alma joven”. ¿Espiritualidad o almanidad?"

Nota: Ayer en una charla, la Psc. Victoria Tirro, se hizo mención a un escrito de Thomas Mann acerca del cuerpo, el alma... y el espíritu. Dice algo como que luego de la creación el cuerpo estaba incompleto así que se le envió al alma, pero el alma se enamoró del cuerpo. Entonces se tuvo que crear el espíritu para controlarlos. 

Para ella, el espíritu es la conciencia, la noción de los opuestos, el sabio. El alma entonces, con las pasiones y sentimientos. Ella dice que el inicio, el hálito, está en el alma. Seguimos leyendo...

Nos es un tema fácil. Hay que leer mucho. Y solo leer sino escuchar hacia adentro. Nosotros estamos contenidos pero contenemos tambié. Pienso que la respuesta la tenemos. Si no tuviéramos las distinciones lingüísticas, ¿cómo podríamos nombrarlas? No pretendo dar cátedra en esto. Solo escribo para compartir lo que voy siendo a lo largo de este nuevo camino de tres...

La foto es mía. Me inspira a la reflexión. Son orquídeas venezolanas

miércoles, abril 22, 2020

15 años sin parar del blog FacilityManager


“El tiempo el implacable, el qué pasó”

Por los años de 1974, me estaba graduando de bachiller. Veníamos de unos años desgarrados y violentos, producto en parte del mayo Francés del 68 que a Venezuela llegó por los 70. En esos tiempos solíamos escuchar a la nueva trova Cubana, cantando letras que hoy en día, sabemos que no entendimos mucho. Sin embargo, Pablo Milanés, le puso música a los versos de José Martí. 
De ellos, “el tiempo el implacable, el que pasó” ha quedado por años en nuestra memoria:

El tiempo, el implacable, el que pasó,
siempre una huella triste nos dejó,
qué violento cimiento se forjó
llevaremos sus marcas imborrables.

El poeta nombra al tiempo de implacable, que tiene que ver con la rigurosidad con la que algo se hace; en este caso con lo que pasa y deja. Más adelante en la canción dice:

Cada paso anterior deja una huella
que lejos de borrarse se incorpora
a tu saco tan lleno de recuerdos
que cuando menos se imagina afloran.

Los recuerdos son sin dudas los hijos de las vivencias, aquello que nos va quedando luego de caminar. Bien cierto dice que cada uno de ellos se va acumulando a un gran saco y desde allí somos lo que la suma de ellas vaya produciendo. El saco lleno de recuerdos y de huellas es lo que somos y como dice el poeta, “cuando menos se imagina, afloran”.

La vida es una maravillosa suma de partes que luego de vividas podemos entenderlas como un sistema, que es mucho más que todas ellas puestas unas al lado de las otras. El saco es el sistema, luego de tanto vivir, lo que hacemos se incorpora y mueven unas con otras y podemos entonces, en un sobresalto, poner mano a alguna de ellas que aflore para salir fortalecido. 

¿Será que la Resiliencia tiene que ver con la experiencia?.

No comparto con el poeta que todo lo vivido nos deja huellas tristes; al fin y al cabo son huellas y para más señas, son las nuestras. De lo triste y lo alegre se aprende por igual y esas emociones nos constituyen como las personas que reconocemos que somos, en nosotros mismos.

En el ejercicio de este ensayo escribí en una hoja de papel la profesión que tengo y quizá la profesión derivada. En el otro lado de la hoja puse como título: “Mis Oficios” y fue entonces cuando me di cuenta del tamaño del saco que tengo y comenzando a aflorar aquellas “marcas imborrables” que dejan las huellas con un paso firme al andar.
Tengo 20 0ficios.

Y cada oficio en cada momento, y no siendo el mejor, sino el mejor para mí en la colección de vidas vividas que me han conectado con lo posible, con la compasión, con la escucha activa y acompañar a los que menos pueden andar. Ayer escuchaba que cuando uno hace algo por alguien, lo puede hacer desde la obligación o lo puede hacer desde el amor. Yo escogí la segunda. Lo que pasa es que es una fina línea que los separa y a veces, ni uno mismo es capaz de encontrar la diferencia; pero muy profundo, al lado del corazón se encuentra los propósitos.  Alguien siempre te podrá decir lo que ve, y uno en su “darse cuenta” validará o no la opinión del otro. Lo que importa es lo que uno llega a ver y validar de su propio camino. (Los oficios sin duda, constituyen un Diario de Vida)

A los 12 años descubrí que era titiritero, yo mismo los construía. Los hacía de cartón o de tela, de material reciclado o comprado. La fama de un niño entreteniendo a niños, llegó a los colegios y se peleaban para que fuera a hacer el teatro. Tenía una maleta mágica como la de Félix el gato, (mi ex Alter ego), donde había de todo. Mi hermana y mi sobrina hicieron sus pasantías y trabajos especiales con mis teatros de títeres. A los 18 descubrí la música por un piano viejo que llegó por accidente a la casa en una mudanza de un familiar. A los 23 era organista. Luego cuatrista. Tiempo después el arco y la flecha. En la vida profesional aprendí los oficios de herrero y albañil, pero nunca lo ejercí, como casi todos los oficios.
Y así en el tiempo, ceramista, pintor, repostero, bloguero, perito avaluador, profesor universitario, constructor, locutor, repostero, comediante, payaso y ahora fotógrafo.

Quizá tendría más riqueza material si hubiera seguido la ruta de la hiper especialización pero no sé si tan feliz, como siendo un poco de lo que me ha dado la vida a través del tiempo. Es por eso, que uno sigue los pasos del ser que se va siendo, como decía Arturo Uslar Pietri, y en ese andar es que uno puede darse cuenta de lo que puede llegar a ser con solo desearlo, (y hacerse cargo); esa es la magia del devenir, la magia de un mundo de emociones y experiencias diversas que te conducen a percibirte como un ser pleno. Como dijo la Piaf, “no me arrepiento de nada”.

Nota: Como dice el coach @fernando.saenz.ford que cada quién en su búsqueda, excave ocho pozos de un metro. Cuando el buscador se encuentra a si mismo,  piensa que es mejor excavar un solo hueco de ocho metros y se convierte en practicante. Ser practicante nos acerca al ser. Yo creo que cada quién encontrará, según su camino, su momento.
Este blog cumple 15 años. Ya no escribo como antes, quizá en la adaptación de nuevas formas de comunicarse, más inmediatas. Tengo perfines en Instagram, Facebook, Twitter. Hace años los blogueros discutíamos si era el fin de todo. Acá estoy, 15 años después de que me preguntara “¿y qué es un blog?”

Además decidí celebrarlo en el día del libro, que además es el día de Saint Yordi, quién, al matar al dragón para salvar a la princesa, vió brotar rosas rojas  en vez de sangre.

Estamos en cuarentena, el mundo entero vive una pandemia ocasionada por un virus llamado Covid-19. Todo el mundo se está cuidando, quizá encerrado en sus casas y en algunos casos, llorando a sus muertos. Me despido como dice otro coach llamado Alejandro Pérez Bolaños, @apbinspiring, que algunos “somos peregrinos”. Algunos peregrinos, somos buscadores; algunos buscadores nos convertimos en practicantes en la búsqueda del ser. Alejandro dice, “buen camino…”

jueves, febrero 20, 2020

Emoalfabetización


Emoalfabetización

Alfabetizar
verbo transitivo
1. Enseñar a una persona, en especial un adulto, a leer y escribir una lengua, normalmente la suya propia.
2. Ordenar cosas (documentos, libros, fichas, etc.) siguiendo el orden de las letras en el alfabeto.
Emociones
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Wikipedia

La “emoalfabetización” es una reflexión que viene tras analizar la cantidad de emociones que enfrenta una persona en vida cotidiana. La película “Inside Out” de Pixar nos mostró de forma magistral, las cinco emociones básicas que son, la alegría, la tristeza, el desagrado, la rabia y el miedo. Las emociones básicas derivan en una gran cantidad de emociones asociadas que en algunos autores han llegado a describir a mas de 300. Con tal cantidad de emociones, ¿será verdad que podemos reconocer a todas ellas, se requiere un proceso de comprensión o simplemente poder establecer distinciones entre ellas?

En el caso de que no podamos distinguirlas, ¿no deberíamos hacernos cargo de adquirir  información sobre el abanico emocional?

Pues si es si, quizá queramos  establecernos un proceso de alfabetización emocional (Emoalfabetización). Se trata de re-conocer las emociones propias que sentimos y de más aun, poder reconocer en otros, las mismas u otras emociones para que se pueda establecer una conversación sin que medie la disparidad de conceptos o interpretaciones. (Vivimos en mundos interpretativos)

Pablo Fernández de la Universidad de Málaga plantea en un estudio titulado “La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey”, que el gran reto de las instituciones educativas sea formar de igual manera, en el área académica y en el área emocional. Lo plantea desde un trabajo de investigación de Mayer y Salovey. Fernández, además distingue, basado en Mayer (1995), cuatro habilidades básicas a desarrollar en la educación tradicional y que son:

·         “la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, (reconocer en si y en otros tal o cual emoción)
·         la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; (Las emociones son reacciones con lo externo, mientras que los sentimientos se forma a través de hacernos cargo de las emociones)
·         la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional, (esto es vital l hacernos preguntas acerca de lo que sentimos), y
·         la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” (MAYER & SALOVEY, 1997) (Un poco de inteligencia emocional)

Estas habilidades aplican no solo en el ámbito educativo sino que debería ser parte de una “escuela de padres”, donde padre e hijos aprenden a utilizar y comprender del mismo modo, todo el “universo emocional”, y en todos los matices que tiene el ser humano. Las habilidades, por definición, son parte de las competencias que junto a los valores y las actitudes,  desarrollamos para el trabajo, el estudio y la vida. Delors en el año 1996, en Francia y para la Unesco, desarrolló un estudio llamado, “La educación encierra un tesoro” y planteaba que las competencias para la vida eran cuatro, aprender a ser, (Dominio y maestría personal junto a la gestión emocional), aprender a conocer,(lo intelectual).  aprender a hacer, (las habilidades para lograr cosas en la acción) y aprender a convivir, (nada más y nada menos que encontrar además, el sentido de vida que generalmente tiene que ver con otros). El desarrollo del conocimiento en inteligencia emocional ha permitido distinguir que esta sea por las características del cerebro humano, en una profunda relación entre lo interpersonal y lo intrapersonal. Desde allí y en el conocimiento de que “podemos hacernos cargo de los que sentimos” es que plantea la necesidad de generar una educación fundada en valores, por una parte, y en un conocimiento y gestión de las emociones, por la otra.

Rafael Bisquerra, (2011), plantea que el contenido emocional sea visto como una galaxia, donde sus partes constitutivas sean las cinco emociones primarias. De ellas y con todos sus matices se derivan 307 emociones distintas. Las clasifica de acuerdo a la percepción de lo que nos produce y las denota como la “bipolaridad emocional” de lo negativo y lo positivo, haciendo la salvedad, de aquellas que son neutras y que pueden ser duales, mencionando a la sorpresa que puede ser desencadenante de algo positivo o algo negativo, según sea el caso. Explica que las emociones en valor no son ni positivas ni negativas, sino que todas son necesarias; se catalogan según nos produce: placenteras o displacenteras o negativas y positivas).

Aclara Bisquerra, que “hay que dejar claro que todas las emociones son buenas. El problema está en lo que hacemos con las emociones. Cómo las gestionamos determina los efectos que van a tener sobre nuestro bienestar y el de los demás.”

La enseñanza de las distinciones emocionales como parte de una posterior gestión, pudiera empezar como indica Bisquerra, por los mapas de las galaxias: (Algunas de ellas)

·         Miedo, (Con temor, horror, pánico, terror, pavor, desasosiego, susto, fobia, etc. )
·         Ira, (Con rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión, exasperación, tensión, excitación, agitación, acritud, animadversión, animosidad, irritabilidad, hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia, impotencia, desprecio, acritud, animosidad, antipatía, resentimiento, rechazo, recelo, etc.)
·         Tristeza, (Con depresión, frustración, decepción, aflicción, pena, dolor, pesar, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desgana, morriña, abatimiento, disgusto, preocupación.)
·         Asco, (Con aversión, repugnancia, rechazo, desprecio.)
·         Alegría, (Con entusiasmo, euforia, excitación, contento, deleite, diversión, placer, estremecimiento, gratificación, satisfacción, capricho, éxtasis, alivio, regocijo, humor. Agregando al amor y a la felicidad como emociones)

Navegar en un universo emocional de varias galaxias y con más de trescientas emociones haría la diferencia, que navegar en el vacío oscuro, que representa la sorpresa de lo desconocido.  Promovamos la alfabetización emocional, ya sino en las escuelas, como plantea la Universidad de Málaga, pero si en nuestros hogares y trabajos.

Referencias estudiadas:

·         Fernández Berrocal, Pablo (2015). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. España: Universidad de Málaga
·         Bisquerra, Rafael (S/F). Viajar al universo de las emociones. Ponencia. Disponible en: www.universodeemociones.com/
·         Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educación emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.