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viernes, diciembre 16, 2016

¿Cuándo algo es suficiente?

Ser evaluado por otros tiene una desventaja: los criterios de evaluación los coloca el evaluador, sin importar poco o nada, los criterios del evaluado. Mas si se trata de adquirir técnicas maestras en alguna disciplina o técnica, ya que quién mide, lo hace desde su propio modelo. ¿Qué pasa si los criterios tanto de uno como del otro son distintos y el evaluador considera que no ha llegado a cumplir los “mínimos exigibles”? Pues, no pasa o no aprueba.


Sin embargo, se puede “llegar en la raya”, “por poco” o “detrás de la ambulancia” pero llegar, aunque en los criterios generales del evaluador se cuente con un estandard superior donde llegar “en la raya” no sea suficiente, y se falle  en consecuencia. ¿Qué hace el evaluado si en la medición externa no llega al resultado, pero el evaluado piensa que si?. Pues tiene varias opciones: se puede quejar, puede increpar, puede argumentar, puede asentir, callar y repetir, o simplemente puede re considerar lo que le ha pasado y re-encuadrar su situación actual. Re encuadrar significa, hacerse cargo de lo que le está pasando y cómo se está sintiendo, para conseguir significados, respuestas y acciones que lo ayuden a avanzar. El sufrimiento prolongado es detenerse, y el detenerse evita avanzar lo que pudiera significar inclusive, retroceder.


Retarse a hacer algo de una manera distinta puede ser bueno cuando en nuestra estructura mental, consideramos que debemos hacerlo. Malo es, cuando decidimos hacerlo solo porque otros nos dicen que es bueno y nos retemos solo por satisfacer una posición en una estructura organizacional o de trabajo, lo que al final, se trata de satisfacer al ego personal. Cuando podemos declarar que algo “es suficiente” lo hacemos desde el conocimiento personal de lo que hemos realizado, de la forma en que lo realizamos y por sobre todo, en la adecuación de la acción a nuestra estructura de valores, creencias y compromisos. A veces, hacemos las cosas convalidando algo en lo que no creemos pero que deseamos pertenecer; al final, nos hacemos daño, pues no encontramos la forma de identificar nuestras acciones con nuestro ser en un momento determinado. Es un tema existencialista, casi como un “deja vu” de los años setenta.


Ser honesto con uno mismo y valorar lo que se es, representa un compromiso certero y expansivo. Se trata de tolerancia, aceptación y amor propio; no basado en los juicios externos o en la escala de valores que otros, como auténticos otros, tengan sobre sí mismos y pretendan utilizarlos como espejos para medir a otros. El amor propio es un reflejo de una fortaleza de carácter que puede desarrollarse, que puede utilizarse como herramienta para avanzar, ya que nos coloca en el verdadero sentido de la vida que cada quien tiene de sí mismo. Es por eso que en la valoración de la adquisición de las competencias maestras, sea tan importante la opinión del evaluador como la del evaluado, quien al final de cuentas, reconoce, valora y mide su propio desplazamiento. En el desarrollo del ser, que convive con el “darse cuenta”, a veces, los desplazamientos más intensos, pueden ocurrir el minuto o el segundo anterior a reconocerse como una persona distinta. Por eso lo llamamos los coaches, la expansión del ser. Quizá en el BigBang el segundo anterior, el universo, era una cosa distinta.


Los evaluadores entonces, no debemos-podemos evaluar a otros sin conocer la opinión de su desplazamiento final, o usando juicios de valor, fundados en momentos anteriores, o basados en juicios de otros que pocos conocen al evaluado. La indagación apreciativa vista desde los principios de las fortalezas de la psicología positiva debería ser un instrumento de verificación y de escucha permanente. No vaya a ser que en el desarrollo de competencia para ser mejores personas, dejemos nosotros mismos de lado la escucha y nos convirtamos en lo que no queremos que los demás se conviertan.

Es decir, que existe un riesgo que mientras tratemos de cambiar al mundo, y en su defensa, nos convirtamos en lo que estamos atacando. Es una paradoja interesante, que he tenido la oportunidad de ver, sobre todo cuando tratamos de conocer el estado del ser, sus movimientos y todo aquello que consideramos que es factible de ser cambiado o mejorado. Siempre, antes de emitir un juicio de valor, no veamos solo la historia; veamos lo que es, el segundo anterior.

Alberto

PD: Imagen gratuita tomada del dominio público desde Pixarbay.

jueves, noviembre 10, 2016

La escucha activa como materia pendiente en los estudios de RRHH

Hablar es a escuchar como la oratoria lo es a la “escuchatoria

La gente que escucha se les dice escuchador, que si existe en el diccionario de la Real Academia Española, RAE. Lo propio del orador es la oratoria. Ser orador significa, contar con “el arte de hablar con elocuencia”.  Escuchatoria no aparece en ningún diccionario aun, ni en el RAE, ni en el Escolar, etc; sin embargo, pareciera que tiene sentido que exista la expresión, sobre todo si el ser escuchador, se va a convertir en una competencia del líder contemporáneo.

Escuchar, según la ontología del lenguaje, se compone de dos elementos; uno, derivado de la capacidad biológica que tenemos de percibir una imagen o un estímulo visual, y segundo, en la capacidad de poder interpretar lo que estamos observando. Por lo tanto, pueden existir innumerables factores que hacen que quién habla y quién escucha no estén en sintonía, ni hablando del mismo tema. A ese conocimiento gerencial de reconocer con humildad la diferencia de los que dialogan, sea el cerrar las brechas, o aproximar la escucha.

Siempre hemos dicho que escuchar es percibir mas interpretar, pero por lo antes expuesto, pareciera que la validación de quién escucha sea muy importante para avanzar en una negociación, una entrega de juicios laborales, una interpelación o un diálogo. Salir del mundo de la obviedad en la que generalmente nos encontramos, es fundamental para una comunicación eficaz. A veces e inclusive, es que dos personas que discuten en temas que no le son conocidos en todo o en parte; deban ponerse de acuerdo en las distinciones de las cosas sobre las cuales se conversa. Imaginémonos una conversación entre un físico nuclear y un arquitecto, por ejemplo. Ambos deben ponerse de acuerdo en cómo llamar a las cosas. En la medida que esto ocurra, ocurrirá así mismo, un diálogo más fluido. Se pasa de conversaciones para poder tener conversaciones, a conversaciones de juicios o de coordinación de acciones.

ESCUCHAR= PERCIBIR + INTERPRETAR + VALIDAR LA ESCUCHA

También hemos mencionado a la humildad como un ingrediente para una escucha efectiva y activa. En una conversación de dos personas, no existe una sola conversación, sino tres; la de ambos, mas la de cada uno consigo mismo. Mejorar una conversación lo llamamos como  “bajarle el volumen” a nuestra conversación interna. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de perder toda la capacidad de escuchar y transformarlo en la necesidad absoluta de tratar de convencer al otro de nuestros puntos de vista.  Es entonces y quizá, que la “escuchatoria”, venga a ser una aptitud de adquieran los líderes justo en la creación del hábito de escuchar. Escucha activa, le decimos, donde el que escucha, reconoce al otro como legítimo en sus planteamientos, y acompasamos lo que dice con observaciones pertinentes, enriquecedoras, y que favorezcan la construcción de conocimiento. Eso es un poco, aprender a conversar en la paz.

La escucha activa, para llegar a ser un escuchador, debe convertirse desde la ontología del lenguaje, como una materia necesaria para todos aquellos comunicadores o profesionales de los RRHH que manejamos personas o que guiamos como líderes a otros, en su desarrollo y su desempeño.

No me queda ninguna duda, que aprender a escuchar debe ser la competencia más importante de los nuevos gerentes, los innovadores, los transformadores. Por eso, al igual que talleres de oratoria, debemos dictar talleres para aprender a escuchar, que sin duda, es la base para ser un buen orador. Esperemos entonces, que aparezca la palabra “escuchatoria


Alberto

PD: la imagen la tomé en una casa. Se trata acerca de la soledad, de mucho escuchar, de lo que queda, de la esperanza. La silla rota representa lo mucho que puede contar, y además sirve para mostrar un mundo de posibilidades que se abren desde el observar. Valga la explicación para centrar las interpretaciones y validad las imágenes entre ustedes y yo.

domingo, mayo 01, 2016

La mejor versión de mi mismo

"No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos"
 Talmud,

La mejor versión de mi mismo/ mi mejor versión
Esta frase: “procurar la mejor versión de mi mismo” la hemos escuchado o leído muchas veces, y a una gran cantidad de escritores, filósofos y oradores inspiradores, sobre todo en América. La dijo Judi Garldland años atrás, pero también se la han atribuido a Mandela. Mucho más, desde la nueva Psicología Positiva,  plantea que a través del uso de las 24 fortalezas de carácter, podamos aproximarnos a la noción de la felicidad plena, cosa que se logra cuando podemos alcanzar “lo mejor que podemos llegar a ser” (mejor versión)

Y es que yo me pregunto, qué de esta frase popular le da sentido a mi vida en este momento. Entramos entonces, en la búsqueda del significado de las palabras, o al menos acerca del sentido o denotación tenga para quien suscribe. Es casi imposible entonces, que pueda escribir este post sin hacer mención a los que están hablando de esto, en estos momentos.Dijo Judy Garland:

“Procura ser siempre la mejor versión de ti mismo, y no una versión mediocre de alguien más.”
Judy Garland


La frase inicial, “la mejor versión de mi mismo”, comienza con un adjetivo, “la mejor” que en realidad desde lo que hemos aprendido desde la ontología del lenguaje de Echeverría (2003), lo “mejor” quizá sea un juicio que hagamos sobre algo. Entre lo mejor y lo peor tenemos entonces, una gama de posibilidades que pasa por no tener nada; por lo que hubiéramos podido decir en la frase solo “la versión…”. Pero en este caso, es la “mejor versión”, es decir, en base a un juicio personal, a lo superior, a lo que al ser comparado no llega a ser superado por otra cosa. Revisando el RAE y el Diccionario de la Real Academia,(2016), lo mejor tiene cuatro acepciones, todas adjetivas, sobresaliendo “superior a otras cosas” y “preferible o más conveniente”. Acá cabría aclarar si el juicio de lo mejor, lo hacemos nosotros mismos, o esperamos que otros denoten esa cualidad. Entiendo que como hablamos luego de “mi mismo” sea yo quién realice tal juicio.

Luego viene la palabra “versión”; una palabra compleja que según la RAE, (2016), presenta también cuatro acepciones. Se plantea primero como una traducción (como traducir un libro de poesías, o la Biblia misma), luego se trata acerca de cómo nos diferenciamos narrando algún suceso, (la versión de fulano sobre lo que sucedió…), luego viene el significado que pienso, tiene que ver más con la frase, y que son cada una de las formas que tenemos en relación a un texto, obra o suceso, (las versiones de una canción por ejemplo) y por último una que es específica para medicina. Las versiones entonces, pareciera son miradas distintas sobre la misma obra existente. En el caso de uno mismo, la base sería lo que uno considera que hoy uno es, como punto de partida y de allí se pueda re escribir de una  manera distinta. Lo complejo de uso de “la versión” es que siempre es algo que parece distinto pero es igual al original. Una amiga mía decía en una obra que compartimos en el teatro-coaching, que una versión “es el mismo perro pero con distinto peinado”. Luego, la mejor versión es lo que bajo nuestro propio juicio o mirada podamos calificar como lo más conveniente. No siempre las mejores versiones llegan a ser mejores que el original; y si no, que lo digan los amantes de la música.

Termina la frase con un pleonasmo. Un pleonasmo viene a ser según el RAE, una redundancia, o en sus propias palabras, “una figura retórica que consiste en la adición de palabras que no son necesarias en una frase, pues su significado ya está explícita o implícitamente incluido en ella.”. Decir “mi mismo”, indica con dos adjetivos posesivos, que se trata de mi persona. Querer enfatizar en esta frase implica a mi forma de ver, que la denotación de ser una mejor versión de lo que somos, sea entonces, un juicio de valor “personalísimo”.

Entonces ahora la frase queda mucho más complicada pues pareciera que el pleonasmo pudiese  ser observado en forma triple, ya que la versión es uno mismo, pero diferente, visto por uno mismo. Al final, es la misma idea escrita tres veces de formas distintas; lo que hace diferente a la frase, sea entonces el juicio de denotar que una forma del ser, sea distinta y superior a la que presentábamos antes.
Y la frase en “sí misma”,(otro pleonasmo), nos deja al menos tres interrogantes dialécticas importantes de contestar:

¿Cómo voy a reconocer esa mejor versión de mi mismo cuando aparezca?
¿Cuándo la voy a alcanzar?
¿Qué voy a hacer luego que la haya reconocido y alcanzado?, ¿Voy a ser feliz o voy a seguir siendo e intentando otras cosas?

Cuando uno revisa en internet acerca del estado del arte de la frase “la mejor versión de sí mismo” (o mi mismo), se encuentra que ha sido utilizada por grandes personajes de la historia mundial. También encontramos a explicaciones de coaches ontológicos y coaches positivos indicando la forma para alcanzar nuestra mejor versión. Sin embargo como dijimos, no se explica las interrogaciones anteriores. Pareciera ser entonces, que nuestra mejor versión sea una suerte de cosas, sucesos y factores que nos vayan sucediendo para ser de alguna forma una mejor persona, y reconocida por cada uno, como lo mejor que nos pueda pasar y en función de nuestras fortalezas. Sin embargo, podemos caer en la dimensión de lo metafísico, de lo inmutable, de lo conforme, desde donde, “lo logré”. Pero pareciera que nuestra mejor versión no sea como una meta a la cual podemos llegar; yo pensaría  más bien como un camino, donde las metas parciales, lleguen a ser parte de ese camino.

Una mirada actual acerca de lo que somos y lo que podemos ser, tiene que ver con lo escrito por el filósofo Nietzsche y la noción del devenir. El devenir es lo que nos pasa, nos acontece. Con ello fluimos y vamos siendo en función de nuestras acciones. La noción del devenir es más precisa con los cambios que se nos plantean al ser. Un ser que ya no es inmutable sino que va “siendo” como lo dijera nuestro poeta venezolano, Arturo Uslar Pietri, cuando escribe, “Yo sigo los pasos al hombre que voy siendo”. Poderosa frase. Nos indica que se fluye con el devenir de los tiempos y que nuestra percepción de la comprensión de lo que somos en un momento determinado, no acontezca a la misma velocidad de la percepción que tenemos de ello. Es por eso que Uslar sigue los pasos al hombre que va siendo, más rápido o al menos uno es más lento en percibir esos cambios. Lo interesante de esta frase es que no somos inmutables y que tenemos una responsabilidad de estar atento al devenir, a los cambios y a lo que en definitiva vamos siendo, quizá muy distintos a una versión mejorada de lo que antes éramos.Somos responsables del diseño del hombre que queremos ser.

El mismo Seligman, (Lindner, 2012), cuando plantea la universalidad de las virtudes humanas y desde allí las fortalezas de carácter, haya dicho y escrito que tales fortalezas cruzan transversalmente las cinco formas de vidas que nos acercan a la noción de la plenitud y desde allí a la felicidad. Las fortalezas de carácter se pueden medir desde un cuestionario VIA, (Values In Action), desarrollado por el mismo Seligman que nos muestran el orden en que usamos las 24 fortalezas. Ellas se usan desde la Psicología Positiva para alcanzar nuestra mejor versión. El test tiene 240 preguntas cruzadas que analizan lo coherente de las respuestas y ordena la lista mostrando las 6 fortalezas con las cuales nos identificamos más, usamos para avanzar, y ser mejores personas. Sin embargo, tampoco es metafísico esto, ni las fortalezas son inmutables en la posición que ocupan. Si bien es cierto que uno es el que contesta la encuesta, al cambiar nuestra percepción de lo que vamos siendo, también cambien el orden de las fortalezas. Es así, como en el interés de construirme distinto como persona, haya decidido que el HUMOR que estaba de última, pasara a los primeros puestos. Hice un trabajo en ello, y pude observar en los resultados, un movimiento  de los últimos a las primeras cinco fortalezas. Entonces, desde la psicología positiva, y en la búsqueda de lo que queremos llegar a ser, es que sean las fortalezas de carácter como los pinceles para comenzar a dibujar en un lienzo vacío lo que deseamos llegar a ser. Valerse de fortalezas distintas que no tenemos, nos hace poder avanzar en terrenos donde no contamos con competencias naturales..

Hasta ahora, pareciera que podemos voluntariamente, cambiar el “estado del ser”, entre otras cosas, con un  trabajo deliberado y constante; cosa que haga que al menos cambie nuestra percepción de lo que somos y seguramente se muestre ante otros como acciones definitivamente distintas y estos lleguen a reconocer los cambios sin la necesidad de que nosotros se los digamos. Se vuelve evidente.

Echeverría citando a Nietzsche desde la mirada nueva del existencialismo, nos muestra de cómo podemos llegar a ser autores de nuestro propio ser. Lo plantea inclusive como ser co-autor con Dios, en la creación de los seres humanos que somos y desde cada uno, por supuesto. Diría por lo que hemos descrito hasta ahora, y junto al devenir de aquello que vamos siendo, que aquello a lo cual aspiramos ser,  se relacione a nuestro propósito de vida, o a aquello que nos acerca al bienestar y al fin último aristotélico como es la felicidad. Seligman, desde la psicología positiva planteó en su primer libro que la felicidad era la suma de tres factores: Primero aquello que nos constituye como la carga genética, lo físico: las herencias; luego lo circunstancial, el medio ambiente, y por último a aquello ligado a las fortalezas y a lo que si podemos cambiar e incidir en ello. (Lindner citando a Seligman, 2012). Se trata nuevamente, del trabajo deliberado y permanente. Es así como nos construimos y constituimos; de forma deliberada, diseñada, deseada, y no como aquello que de repente nos pueda sorprender en algún momento, como nuestra mejor versión, o peor en aquello que otros decidan que debamos ser. En este caso, es una decisión de cada quién, y en sintonía con las teorías de Seligman en cuanto a las fortalezas, en un mundo impredecible donde fluimos en el devenir de las cosas, y de la vida misma.
Los seres humanos, quizá en la protección que sentimos desde lo metafísico hayamos decido que los cambios se deban a decisiones superiores o místicas. Pero el mismo Dios, (para los que creemos), nos dejó las frases,

 Dios creó al hombre a su imagen (Génesis 1:26). A diferencia de los animales, que actúan principalmente por instinto, nosotros somos semejantes a nuestro Creador. ¿En qué sentido? Por un lado, podemos reflejar cualidades divinas, como el amor y la justicia. Y al igual que él, tenemos libre albedrío.

Es el libre albedrío lo que nos permite tomar decisiones y actuar en consecuencia. En el devenir de la vida, en la construcción de mundos desde la ontología del lenguaje, y junto al bienestar de la psicología positiva, es que comprendemos que siempre podemos hacer mas, para convertirnos exactamente en quién queramos ser. (Apartando claro está, a los imposibles, p.e “yo quiero ir este año a la luna…”). En relación al libre albedrío judío cristiano, otros autores han escrito:

“Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria que os corresponde.”

Nicolás Maquiavelo

“El libre albedrío dejado al hombre es un don tan alto, tan trascendental, que más bien parece por parte de Dios una abdicación, que una gracia.”

Juán Donoso Cortés

Ya para terminar, antepongo la noción de la “mejor versión” a la de ser un hombre nuevo. Un poco como dijo Uslar Pietri, estar pendiente de cómo vamos cambiando mientras nos pasa la vida, pero viviéndola a plenitud. Se trata entonces, de ser y estar pleno y feliz durante el proceso mismo. Se trata de desengancharse del pasado y dejar la ansiedad de un futuro que aún no existe, ya que solo tenemos el hoy, lo que vamos siendo, en consecuencia. Es más, cuando seguimos nuestros pasos, lo hacemos desde la conciencia plena y hermosa de lo que somos en este momento, y con el reto de diseñar y crear nuevas posibilidades. Lo importante no es que sobrevenga  nuestra mejor versión, sino lo maravilloso del camino para ser una persona completa, nueva, plena y feliz. Somos definitivamente, responsables de nuestro propio “destino”. Mi nueva frase sería ahora:

“En el devenir de la vida, le sigo los pasos a la maravillosa persona que puedo llegar a ser, y en el propósito último de ser feliz”
o
"Florezco en el mundo de las posibilidades"

Hay una frase que aprendí del “Teatro-coaching” y le da sentido a mi vida y su devenir, y yo como un nuevo ser:
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?

Interesante lo que nos dice Mario Benedetti:

Esta mañana desperté emocionado
con todas las cosas que tengo que hacer
antes que el reloj sonara.
Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante.
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso
o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero
o puedo estar contento que mis finanzas me empujan
a planear mis compras con inteligencia.

Hoy puedo quejarme de mi salud
o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo,
lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo
o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas
o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos
o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar
o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela
o puedo abrir mi mente enérgicamente
y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar
o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.

Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy,
soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mí,
yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Que tengan un gran día… a menos que tengan otros planes.

Mario Benedetti

Soy un coach ontológico, aun en la búsqueda de competencias maestras, pero reconociéndome como un buen coach. Las 60 almas a las que he escuchado y me han permitido escucharlas, me lo han hecho saber. El escuchar, en el devenir de la vida, y las historias de las personas, se tejen como madejas de acero al alma, y así, ya no somos los mismos. Somos cada día, luego de efectuar el maravilloso acto de amor de escuchar, seres nuevos, en constante cambio, que se buscan, se crecen, y florecen en el maravilloso viaje que nos acerca a la plenitud y a la felicidad última, que tanto merecemos.


Bibliografía estudiada y sugerida:

Nota: La imagen es de una hilandera, que para mi representa el hilado de madejas de acero que se tejen en el corazón de las personas que aprenden a escuchar a otros…
Imagen CC de uso libre en la web. Disponible en,
https://pixabay.com/es/spinner-hilandero-irland%C3%A9s-mujer-559751/


jueves, marzo 10, 2016

¿Cómo hacer las peticiones correctas?


¿Cómo hacer las peticiones correctas?
Las empresas competentes fundan su desempeño en la confianza que se tengan sus integrantes. La confianza organizacional y personal es la que crea lazos y permiten que las ideas lleguen claras de un emisor a otro, como una danza entonada y melódica. Cuando no existe la confianza, esta se sustituye entonces con emociones que no son productivas ni que generan comunicación, como son el miedo o la rabia, o ambas.

La confianza es la creencia que tenemos de que una persona o una organización “pueda ser capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos”. La confianza se refuerza también a través de lo que hacemos y les mostramos a otros que podemos hacer. (Wikipedia, 2016). Es así, que esa creencia o seguridad de que algo puede llegar a suceder en que las personas logran el compromiso ante una petición que se les realice. En desconfianza, se activan otras emociones y llegan a paralizar a las personas. Generar la confianza adecuada, es una tarea necesaria y clave en los mandos medios y superiores, en cualquier empresa. Se trata de actitud gerencial y se puede activar en y desde los valores con que cuentan las empresas.

La confianza se construye con comunicación, con decir siempre lo que  se quiere decir y escuchar lo que otros quieran decir. No se trata de supuestos, ni de pre-juicios o juicios previos de lo que nos parezca. En algunas empresas, algunos jefes han construido liderazgos a través del temores, y con estos, la desconfianza. Al terminar este gerente de cumplir su cargo e irse, suele suceder que los que los sucedan o los que trabajaron con él, sigan ciertos paradigmas o modelos aprendidos. Algunos de ellos, ciertamente, fundados fuera de la confianza.

La confianza se construye en la escucha, en el “frente a frente”, en el cerrar brechas de comunicación. Los juicios previos de lado y lado deben ser desechados y comenzar de nuevo en una nueva relación. Para re establecer la confianza no solo debemos parecer confiables, sino actuar como personas a las cuales se les puede tener confianza. Allí que derive de ello, la impecabilidad de las acciones y las promesas. La importancia de prometer y cumplir. De lo cumplido a satisfacción en el tiempo ofrecido, abre innumerables puentes en la construcción de relaciones fuertes y poderosas.

Las peticiones, para convertirse en promesas tienen un ciclo. No se trata solo de pedir y por ser jefe, esperar a que se cumpla. Eso no es una petición; es una orden o una proposición única. Las peticiones correctas en la generación de la confianza presentan las siguientes características:

·         Crear un contexto. Para hacer peticiones u ofertas para constituir promesas, se debe pensar previamente en lo que se va a pedir. No se trata de improvisar, pero si ser espontáneo. Debe ser un sitio adecuado que favorezca a la escucha y la conversación. Se trata de llegar a la reunión, no pensando que somos seres superiores, sino que estamos entre pares, iguales, los mismos con los mismos derechos. Los EGOS no están invitados. En el contexto se genera las condiciones del diálogo que comienzan en el recibimiento de los asistentes, los puestos donde ubicarse, y el ambiente, incluyendo la temperatura, la iluminación y el espacio físico.

·         Hacer la petición. Al hacer la petición solicitamos del otro una acción que se necesita. Argumentar en este caso lo que está pasando, lo que pudiera pasar, lo que hemos hecho. Sabemos que luego de pedir si son las condiciones correctas, se recibe una declaración de aceptación y se constituye una promesa. Es normal decir, "Tu me prometiste que..." lo que sería un reclamo. Si asumimos que hubo la promesa, pero no ocurrió, entonces solo nos quejaremos.

·         Escuchar lo que tienen que decir. Quizá se expresen desde la desconfianza que sienten, o las emociones asociadas, pero tenemos que escuchar. A veces, se pasa mucho tiempo sin escuchar y solo escuchamos lo que nosotros pensamos que ellos piensan de nosotros. Desde allí no se construye nada. Quizá en esta fase, no se acuerde nada aun. Siempre las peticiones deben terminar con una declaración de aceptación.

·         Negociar. Luego de escuchar, podemos acordar ciertas condiciones mínimas que deben darse para que la promesa ocurra.  Podemos acordar todo. Seguramente entonces ocurra, si es posible, la declaración de aceptación o de negación. Si se niegan, regresamos a pensar en que fallamos y preparamos nuevamente un nuevo ciclo. En la negociación y la aceptación establecimos, las condiciones, los tiempos de entrega, las personas, la clasificación de la tarea, etc. Existen cinco condiciones en que recibimos una respuesta
o   Aceptación
o   Negación
o   Aclárame más que quiero saber si…
o   Espera…. Te digo más tarde, déjame hablarlo entre todos
o   Ok, pero te ofrezco esto en vez de lo que me pides. Te cambio lo que voy a hacer por esto y lo hacemos en estas condiciones de tiempo. Difícilmente hayan mas, así que ya sabemos a qué atenernos.

·         Seguimiento y control. Una vez constituida la promesa, (petición + declaración del si) debemos en función de proteger la recién creada confianza, actuar impecablemente y cumplir los acuerdos y hacerle seguimiento a las acciones.

·         Al finalizar la acción que se deriva de una promesa de una petición, el gerente debe revisar y acordar el nivel de satisfacción que obtuvo de lo recibido. Se trata de explicar, conversar, felicitar, agradecer, los trabajos realizados.
Mantener el ciclo de las promesas solicitando peticiones nos permite de manera deliberada y permanente, construir relaciones laborales fuertes fundadas en nuestros valores y principios. Si al final no recibimos a satisfacción lo ofrecido, también tenemos varias formas de actuar y aprender:

·         Regañar o castigar. No condice a la confianza

·         Reclamos improductivos. Hablar mal de ellos con terceros como para aliviar los juicios. (No conducen a la confianza)
·         Hacer un reclamo productivo:
o   Podemos llamarlos otra vez y escuchar que les pasó y tratar de reparar o minimizar el daño ocurrido
o   Fortalecer o recomponer la relación
o   Re establecer una conducta impecable
o   O aprender del error

Por último, como último recurso de aprendizaje, podemos aprender de lo sucedido y reunirnos con el grupo para tratar de obtener una disculpa productiva viendo lo que pasó hacia lo positivo. Se trata de aprender desde la indagación apreciativa o positiva. Se trata de transformar un hecho en una oportunidad de aprendizaje. De allí construimos compromiso desde la construcción de la confianza y la escucha efectiva/afectiva. La Indagación Apreciativa promovida por el Dr. Cooperrider, plantea de como aprendiendo de cada evento podemos conocer a través de que mecanismos logramos las metas y bajo que fortalezas y virtudes de caracter.

Así, las relaciones humanas son como tejidos interpersonales. Son frágiles, muy frágiles. Cuesta mucho trabajo construir confianza pero se rompe en un momento. Es importante adiestrar a nuestros supervisores en la escucha, y la creación de hilos de confianza.


Bibliografía:

  • ·          Echeverría, Rafael. (2003). La Ontología del lenguaje. Editorial Sáez: Chile.
  • ·         Kofman, Alfredo (2008)La Empresa Consciente. Editorial Aguilar/ Alfaguara. Cómo construir valor a través de los valores. La Coordinación Impecable, pags. 249 a 284.
·           Lindner, Alberto. (2014) Todo es cuestión de aprender a escuchar. Disponible en,http://facilitymanager.blogspot.com/2014/11/todo-es-cuestion-de-aprender-escuchar.html  

sábado, enero 02, 2016

Las 5 competencias que un líder organizacional debería desarrollar: ¡más que un líder, un coach!

Las nuevas corrientes filosóficas que fundan la noción del coaching  ontológico, se basan de alguna manera, en las visiones existencialistas de Nietzsche. La noción del ser y del “estar siendo” se fundamenta en el devenir, en lo que nos está pasando, y lo que vamos siendo. La psicología positiva también habla de la “mejor versión de si mismo” a la que podemos aspirar, sin excluir que al alcanzarla, no podamos aspirar a más, o simplemente a ser otra cosa. La ontología y su devenir nos hablan de la posibilidad de ser quien queramos ser y participar con lo humano y lo divino en tal construcción. Se trata de diseñar y ejecutar no solo nuestra mejor versión, sino la que queramos que sea; así de simple.

El coaching ontológico, basado en la ontología del lenguaje, nos enseña que a través de la compresión y el uso de los actos lingüísticos es que podemos cambiar nuestro ser, no como una acción psicológica sino mas bien en una mirada filosófica. Es a través de esta disciplina que se le enseñan a los gerentes a doblegar su ego y prestar mayor atención a la escucha, a lo que se dice, o a lo que quizá, quiso decir. Se trata de cerrar las brechas que se abren desde los mundos de la obviedad donde uno piensa y cree que el otro está en sintonía con lo que se está diciendo. Nada más lejos de la realidad. Los actos lingüísticos nos muestran las distinciones entre hacer afirmaciones o declaraciones, de hacer juicios fundados o infundados y la forma en que se conciben o se constituyen las promesas, luego de las peticiones u ofertas, según haya sido el caso.
Hoy en día, luego de haber transitado la vía de la psicología positiva y ahora desde el coaching ontológico, es que no conciba que un líder de esta era no se encuentre preparado en esta disciplina y sus distinciones. Estamos sin duda, en una era de escuchar, más que decir, de indagar, más que proponer; de ser humilde, más que arrogante. El líder de ahora necesita desarrollar competencias que lo ubiquen en el camino de ganarse la responsabilidad de ayudar  a otros, pero no desde la imposición, sino a través de la indagación.

Mucho se ha escrito de liderazgo; libros, conferencias, talleres, maestrías. Yo creo que la cosa es más simple que eso; todo se trata de reconocer al “otro” que nos habla, como un autentico otro, que tiene su propia mirada y su opinión sobre ciertos temas. El líder aprende entonces, desde la humildad del líder, que a veces hay que dejar que su equipo trabaje y ejecute, y diferenciar muy bien de las acciones propositivas donde no queda opinión ni poder de acción. La diatriba de si el líder nace o el líder se hace, queda aclarado desde donde pensamos que somos responsables de diseñar y accionar la mejor versión de nosotros mismos. El nuevo líder descubrirá que el devenir de la vida, se irá haciendo cargo de sus responsabilidades y desde la comunicación plena y eficaz con su equipo de trabajo.

El nuevo líder desarrollará entonces:
  1. Su capacidad de escuchar, desde la atención plena y con presencia centrada. Se trata del respeto que el “otro” merece cuando viene a conversar con nosotros. Se trata de entregar tiempo de calidad sin las interrupciones permanentes de su teléfono celular, cuando dice: “disculpa, esto es importante” (su supervisado es muy importante también) En este punto el líder deberá tener control sobre su “conversación interna”, que si fuese muy alta no escucharía nada de lo que le dicen. En el respeto al otro, el líder aprende a colocar su voz interna en la escucha del otro también. Se trata del RESPETO.
  2. La curiosidad. El líder adquiere competencias como un observador fino, que escucha no solo a las palabras, sino a los juicios, las intenciones, las inquietudes, las emociones, y así al cuerpo que también le habla. Se convierte en un detective, en un fisgón que indaga y utiliza la intuición para ver más, mucho más allá de lo obvio. Con la curiosidad, con seguridad, se desarrollará la creatividad. La creatividad la usará ahora no solo para diseñar nuevos mundos internos sino para ser facilitador de los procesos de los otros en su desempeño en el cargo, o en la sociedad.
  3. El autocontrol. Desde lo que sabe, en la comprensión de su ego y desde lo que merecen los demás, el nuevo líder aprende a controlar la situación. Sin embargo, desde la compasión puede conmoverse y comprender que le pasa a los demás y actuar en consecuencia. El nuevo líder no se sobresalta, ya que comprende que no es lo que esté pasando en un determinado momento, sino lo que tiene que ver con él y como se hace cargo. Es un poco de inteligencia emocional.
  4. El sentido del humor. El nuevo líder desde el diseño de lo que quiere ser, desarrolla el sentido del humor como una fortaleza nueva que le permita fluir en la comunicación a la par de se activan  así mismo, la habilidad de la curiosidad y la creatividad. El humor será la fortaleza por medio de la cual logrará conformar espacios de trabajo armonioso y alegre, y donde el respeto al otro sea una decisión compartida.
  5. El poder de los hábitos. El nuevo líder entiende que la practica deliberada y continua de las acciones que requieran lo llevarán a la larga a desarrollar todos los puntos anteriores. Inclusive, la felicidad como un deseo, lo observa y realiza acciones desde tal práctica. Aprende de los errores, aprende de los demás y en esa práctica deliberada también se construye a sí mismo.
En las cinco competencias mencionadas, observamos, cinco fortalezas de carácter que indica el test VIA del Dr Seligman (1) y desde la psicología positiva. Todo esto quiere decir entonces, que las empresas junto con sus líderes, puedan soñar con el desarrollo del mejor líder que puedan llegar a tener, cuando este comprende lo que requiere para ser mejor persona y para obtener lo mejor posible de su equipo de trabajo y para su propia empresa.


Yo conozco empresas muy grandes en mi país, que forma a todos los gerentes en coaches ontológicos. Es sin dudas, la empresa más grande y donde muchos de los nuevos profesionales quieren trabajar. Y de donde no se quieren ir.

Referencias:
(1)https://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/es/testcenter 
Nota: La foto es el reflejo de una columna del estacionamiento en la carrocería de un automóvil, la imagen se tranforma según desde donde se vea.

jueves, febrero 12, 2015

Aprender, observar, escuchar, indagar y conversar

Cinco palabras escritas en verbo infinitivo, que en estos momentos de cambios mundiales, adquieren un significado poderoso. Los cinco verbos representan las cinco competencias de un hombre nuevo, ya sea padre, esposo, gerente, lider, o simplemente un ciudadano. Ya no se trata de convencer a otro, de reducir sus opiniones al mínimo, de alimentar a nuestro ego; solo se trata de conocer las normas de convivencia y de la nueva comunicación que se desprende de los principios filosóficos de Maturana y del padre de la ontología del lenguaje, Rafael Echeverría.


La Ontología del Lenguaje como hemos dicho en anteriores ocasiones, se trata del ser, se trata de podernos observar a nosotros mismos, y transitar un mundo nuevo lleno de aprendizajes que nos conducen a una vida más plena, humana, y social. Se trata también acerca del poder transformador de la palabra, ya que esta es acción, y es a través de su uso que podemos transformar al mundo, y en esa acción, transformarnos a nosotros mismos. Ese es el poder de la palabra, y el poder de la nueva comunicación; comunicación fundamentada ahora, en el saber escuchar y de entender que el escucha, es quién le da sentido a quién habla. Ya deja de ser pasivo el escucha, para conformar un nuevo modelo de comunicación, al entender que el otro, el que escucha, es un genuino “otro”, y que debemos validar lo que conversamos para cerrar las brechas, pues cada quien dice lo que dice y el otro, escucha lo que escucha.


Las cinco competencias están fundamentadas en los planteamientos de la ontología del lenguaje y son:


Aprender. Se trata de estar consciente de lo que somos en cada momento y desde allí, poder declararnos aprendices para poder seguir la senda de nuevos aprendizajes. No importa la edad ya que es cuestión de actitud, de pararse frente a la vida y reconocer que no tenemos que saber todo, y hablar de todo, en consecuencia. El aprendizaje y la humildad, nos colocan en actitud de aprendices. Con la práctica, podemos pasar de la incompetencia inconsciente, a la competencia inconsciente. Aprender son procesos, y además ciclos, en los cuales vamos practicando hasta alcanzar una nueva habilidad, desde donde nos podemos declarar nuevamente aprendices. Este ciclo puede no terminar nunca, se trata solo de proponérselo y aprehenderlo.


Observar. Todo el modelo de la Ontología del Lenguaje transformacional se fundamenta en el modelo OSAR, Observador, Sistema, Acción y Resultado propuesto por el Dr. Echeverría. La palabra es acción y esta nos mueve a obtener resultados. Desde allì, y en un aprendizaje de primer orden, podemos actuar sobre nosotros mismos y observar con humildad que siempre podemos hacer las cosas distintas y mejores. Se trata de mejorar nuestro desempeño. Sin embargo, y tras el poder transformador de la palabra en acción, se puede tener aprendizajes de segundo orden, donde podemos ver nuestro propio ser y darnos cuenta de las cosas o eventos que nos paralizan o los juicios que subyacen tras cada emoción. El darse cuenta representa un desplazamiento, una nueva forma de entender la realidad. Al observarnos, avanzamos.


Escuchar. Es un aspecto poderoso ahora que transforma todos los modelos de comunicación que hemos conocido. Se trata de entender que el que escucha, ahora valida al que habla y se convierte en un sujeto activo en la comunicación. El que habla entonces, debe reconocer al auténtico otro y validar si lo que escuchó, es lo que quiso decir. La gente aprecia al mundo de maneras distintas, desde sus propias realidades e historias; ahora se trata de cerrar brechas para distinguir las mismas cosas en un momento determinado. El escuchar es por lo tanto, el acto de percibir, a través de los sentidos, de nuestra condición biológica y ambiental, más la interpretación que cada quién hace de lo que está observando. Por eso somos distintos observadores que tienen necesariamente que cerrar brechas para comunicarse eficazmente. El escuchar es respetar al otro, reconocerlo como auténtico otro, es entender que forma parte necesaria de la propia comunicación. El escuchar sin dudas, vendrá a ser la mega competencia del siglo que avanzamos.


Indagar. El indagar es parte de todo lo mencionado antes. Desde nuestra humildad, preguntamos a nuestros interlocutores sobre el tema que se comunica, hacemos las preguntas correctas e hilamos la conversación, comprendemos a nuestro propio observador y reconocemos que en una conversación de dos, existen en realidad, cuatro conversaciones: las dos observables y la de cada quien consigo mismo, lo que llamamos su conversación interna. Si los puntos anteriores no han sido incorporados a nuestro ser, será difícil que el ego nos deje indagar para conocer más. El no reconocimiento del modelo del observador, hará que nuestra conversación interna tenga el volumen más alto que de quién estamos escuchando. Así, se abren las brechas y caemos entonces, en comunicaciones personales egocéntricas, básicamente. La maravilla de la Indagación es que nos abre mundos de posibilidades. Actualmente, existe una corriente mundial desarrollada por el Dr Cooperrider, que se denomina, Indagación Apreciativa. Esta se junta con los nuevos principios de la psicología positiva con la búsqueda de la felicidad y consiste en encontrar nuestras fortalezas y entender de lo que hemos sido capaces de “bien hacer” para aprender de ello y poder emprender el ciclo de mejora continua en nosotros mismos. Aplicado a las empresas, constituye una oportunidad de aprender de lo sucedido y crecer como equipos y como organizaciones.


Conversar. Este quinto verbo conlleva a las cuatro precedentes. Se trata de querer aprender, de constituirnos cada vez como el nuevo observador que vamos siendo, gracias a nuestras transformaciones, se trata de aprender a escuchar desde la persona que somos y de indagar sobre lo que el otro conversa. Las conversaciones son actos linguisticos, llenos de respeto, reconocimiento y aprendizaje. Es así como un coach puede ayudar a otro a poder observar lo que antes no había podido y en algunos casos, ver aquello que le había impedido avanzar. Esta disciplina reconoce varios tipos de conversaciones. Conversar para poder tener conversaciones; se trata de poder establecer distinciones entre las partes y entender que cuando uno denota algo, el otro comprende lo mismo. Esta conversación se utiliza en bandos enfrentados, no conciliados, y para la paz. Otra conversación, es la de los juicios, donde una persona expresa lo que siente y sobre que origina lo que siente. Esta conversación por si sola, viene a tener efectos sanadores pero no avanzamos, pues las causas de las emociones quizá sigan intactas. La conversación para la acción, le sigue a la de los juicios pues ya entendemos y podemos explicar hacia donde nos queremos mover. Entonces tenemos la conversación para el diseño de acciones, que es donde creamos nuevos mundos y podemos entonces desplazarnos o desplazarse los que conversen. La conversación, es la conclusión de la nueva comunicación, donde el que habla y el que escucha son actores importantes, activos y protagonistas. Se escucha, se reconoce, se aprecia, se indaga y por último se aprende.

Interesante que en la gerencia actual, cuando hablamos de competencias, sea que hagamos un listado de cosas muy complejas y enredadas como de liderazgos, de técnicas de persuasión, de negociación, o de visualización. Se trata simplemente, de aprender, observar, escuchar, indagar y conversar. Nada mas...

Recomiendo leer también

  • Echeverría, R. (2003). La Ontología del lenguaje. Editorial Sáez: Chile.Recuperado en Sept. 2014 y disponible en pdf en,https://www.google.co.ve/webhp?source=search_app&gfe_rd=cr&ei=5nYpVKjLJMXd8gfB3oGQDw&gws_rd=ssl#q=echeverria+ontologia+del+lenguaje+pdf
  • Lindner, A. (2013) Una breve mirada a la gestión por competencias. Recuperado Sept 2014. Disponible en, http://facilitymanager.blogspot.com/2013_08_01_archive.html
  • Maturana, H. (2014) Semblanza en wikipedia. Recuperado en Sept. 2014 y disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Maturana
  • Seligman, M, (2013). La auténtica felicidad, Test VIA. Recuperado el 28 de agosto de 2013. Disponible en http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/seligman.aspx