sábado, diciembre 22, 2012

Un cuento para Navidad


No es un cuento de navidad, sino para recordar los valores que deberían estar en estas fiestas, donde recordamos que un niño llegó a la vida para enseñarnos acerca de la paz y la convivencia, entre muchas cosas. En mi tierra, esto se ha olvidado un poco...

“Kike es un niño aun, pero ya grande. Su vida ha transcurrido con mucho trabajo y dedicación y básicamente se olvido de sí mismo. No creo que se haya olvidado “de vivir” sino que simplemente consiguió otras cosas que llenaban su vida.  Con el tiempo, las cosas materiales y el trabajo que se requiere para tenerlas, comenzó a cansar a Kike. Un día, hace muy poco, Kike se enfermó. Se enfermó mucho, y en su delirio, vio la proximidad del desenlace final. Kike no quería irse aun, le faltaban cosas por hacer.

Y así fue, que en la víspera de la navidad, Kike se comenzó a curar, hasta que se recuperó. En su delirio, se murieron casi todas las apetencias materialistas, el personalismo, el individualismo, y floreció en él, el deseo de compartir, la búsqueda olvidada de la felicidad plena, el gozo, la cooperación y el compromiso con la sociedad.
La búsqueda de la felicidad se encuentra en parte, en lo que podamos hacer con nuestra vida cuando se la dedicamos a que otros sean felices. Y supo, que la felicidad nace desde adentro, pero se fortalece cuando la podemos proyectar y ayudar a otros en su búsqueda, que a la vez, sabrán que la ayuda a otros será lo que los fortalezca en el amor. Es una espiral hermosa, positiva y mágica.

Kike, de vivir una sola vida, ahora vive tres. La primera, es la vida placentera, que nace de las emociones positivas. Una vida vivida, analizada y reconocida, merece ser vivida. (Un poco de lo que dijo Santo Tomas). Es su gratificación corporal y mental. Su segunda vida, es la vida comprometida; que nace de sus logros y su visión. Reconoce lo que es, y se apresta a potenciar sus virtudes y fortalezas para ser mejor. Reconoce el amor y el humor, como la fuente plena de la vida. Kike se ríe todos los días, saluda al sol y le da la bienvenida a la noche que es el umbral del nuevo amanecer. Sus fortalezas lo hace más fuerte cada día y encuentra que los hábitos no son difíciles de conseguir, sino que su búsqueda son emociones en sí mismas.

Su tercera vida, es la vida con sentido, donde ha aprendido a compartir, desprenderse de lo material y ayudar a otros en la consecución, búsqueda y logro de la felicidad plena.  Kike sabe que la felicidad no solo es  uno, y menos, apoyada en lo material. Kike descubrió que lo emocional, lo inmaterial, lo humano y lo intangible, a veces es la verdadera fuente de la felicidad.  Kike ha ido cambiando sus colecciones materiales que lo anclaban al pasado, con posesiones de poco valor, pero que emocionan al presente y le permiten visualizar el futuro, no con ansiedad, sino con esperanza. Esperanza de una vida plena, comprometida y feliz. Esta tercera vida, se fundamenta en lo social, en la transferencia de conocimientos y emociones, en compartir, en ayudar, en cooperar. A veces, los seres humanos encuentran su razón de ser, en la ayuda que podamos dar; un poco, como devolverle con creces, lo que la vida tan amablemente nos ha dado.
Es así, como en navidad, Kike recuperó su vida. (Sus tres vidas)

Para los creyentes, un poco de amor, en navidad…. Felices Pascuas y un mejor 2013.

Alberto

Nota: un cuento basado en los principios de la psicología positiva. Un pequeño homenaje a tan importante visión de la vida.

jueves, diciembre 13, 2012

El arte de exponer en público

Después de veinte años en la docencia es ahora que me doy cuenta de que cada sesión, cada cátedra, tiene su auditorio cautivo. Cada vez, el expositor se “expone” a una audiencia que espera recibir algún tipo de información importante o resaltante. El docente se aprende un argumento, que va variando con el pasar del lapso, pero que de alguna manera lo vuelve a decir cada vez que es requerido.

Por veinte años he pensado que es mejor ser original y novedoso en cada oportunidad que se repite la materia, como si la audiencia fuese a ser la misma que la vez anterior. Siempre tienen la misma edad, siempre se visten más o menos igual y hasta hablan igual; pero no son los mismos. Y uno se esfuerza en hacer algo distinto para gente distinta, cuando el único que puede comparar, es solo el que está en el foro explicando verdades y tratando de “tocar almas”.

No quiero decir con esto que el expositor, ya sea docente, profesor o consultor, deba decir lo mismo por toda su vida y no cambie, sino lo que quiero decir es que teniendo la oportunidad de oro de tener una audiencia cautiva, deba preparar su charla y volverse un “comunicador”, en ella. Se trata de hacer “tablas”, (como lo llaman los actores). Una obra de teatro repite una y otra vez el mismo guión; la diferencia es que los actores se vuelven más “diestros” al hacerlo. Adquieren confianza, postura, dicción, y se aprende del maravilloso mundo de la comunicación asertiva. Mi visión del dictado de mis clases distintas cada vez, como ya lo dije, está bien para mí; sin embargo, no está del todo bien con mi audiencia, que espera lo mejor del expositor.

Es verdad también, que una presentación, obra, charla u otra forma de comunicarse, no sea igual una de otra en cada instancia, pues suele suceder el imprevisto, la comunicación con el auditorio, la adaptación al contexto, el conocimiento del otro, la forma de enviar el mensaje, la actitud y hasta la confianza.

La confianza quizá sea, de todo lo que he mencionado, el mejor valor agregado que se obtiene de tener un guión. La confianza te permite cada vez, comprender a la audiencia y conocer en qué momento se puede contar una historia jocosa que los haga reír, o contar aquello que los haga estremecer. El guión se vuelve parte de tu ser en algún momento, y ya no te preocupa saber o no saber; ya lo sabes. Tu preocupación es ahora, a quien miras, de ver quién te mira, si bosteza, si habla, si se entretiene, o por el contrario, si te observa, te disfruta, se entretiene, se ríe y hasta aprende.

La magia de saberse el guión, es sin dudas un doble “fluir”. Se fluye en la ocasión de contar la historia y disfrutar el momento tras perder la noción del tiempo; y se trata de hacer fluir a la audiencia, la cual, junto contigo, van a navegar en espacios creados, propios y compartidos, en los cuales solo se conectan, tú exponiendo, y cada uno de los pares de ojos que te observan. Fluir en la comunicación oral, es una experiencia de vida. Pararse frente a un auditorio, así sea de un grupo de alumnos en una clase, es una responsabilidad. Cuando un expositor se coloca frente a un auditorio, debe saber que debe despertar el interés, mantenerlo y saber cerrar, cuando llegado el momento, y ojalá así sea, se quiera obtener más de lo que tú das.

Ya no pienso más en cambiar siempre mi estrategia; ahora se trata de conectarme con el auditorio, de hacer inolvidable la experiencia… para ambos.

¿Qué voy a hacer?

1. Volverme experto en lo que voy a contar

2. Aprenderme de corazón el texto

3. Saber abrir y saber cerrar la exposición

4. Tener un repertorio de historias y chistes de acuerdo a la audiencia

5. Ver a cada uno de los asistentes como si fuera el único

6. Tratar de conectarme, de llegar a su interior. (Lo más difícil es que te dejen entrar)

7. Tratar de tener alguna o varias experiencias en “Fluir” (Flow)

8. Acompañar a tu audiencia en el viaje y en algún momento, volverte parte de él, y disfrutar poder desdoblarse.

9. Respetar el momento, la interacción y la actitud

10. Tratar de ser recordado aun así, por lo que dije y no solo por cómo lo dije.


Notas:
Lecturas asociadas. Sobre tener dinosaurios escondidos.
http://facilitymanager.blogspot.com/2011/05/siempre-que-pienso-en-2.html 

Sobre mas de "Fluir" la técnica para ser feliz hablando.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mih%C3%A1ly_Cs%C3%ADkszentmih%C3%A1lyi