miércoles, octubre 31, 2018

La no “inocencia” del coaching de competencias


Existen actualmente muchos tipos de coaching. De hecho, somos practicantes de una nueva corriente que se forma, al tener conocimientos en psicología positiva y en coaching ontológico. También encontramos coaching PNL basado en la programación neurolingüística, el coaching ejecutivo, el organizacional y el de competencias, entre otros. Este último está supuesto al acompañamiento de otras personas, con el objetivo de ayudar a que se den cuenta de sus limitaciones en su forma de actuar, para que puedan hacer las cosas de una forma diferente. En todos los tipos de coaching, que es el acompañamiento a otras personas a que superen los obstáculos que los limitan, se consiguen fundamentos de la ontología del lenguaje de Rafael Echeverría.

El libro de Echeverría, nos muestra los distintos tipos de actos lingüísticos y su correcto uso, que al final nos hace ser mejores escuchadores, observadores y poder tener mejores conversaciones. También nos muestra tres postulados de la ontología del lenguaje y tres principios, que son,

·         Los seres humanos somos los únicos animales lingüísticos
·         El lenguaje es generativo (del ser)
·         Los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él.

Del segundo postulado que indica que el lenguaje es generativo encontramos los siguientes principios;

·         No solo actuamos de acuerdo a como somos, sino que somos de acuerdo a como actuamos
·         Las acción genera ser y uno deviene de acuerdo a lo que hace

Siendo así, nuestras escuelas nos han mostrado según el modelo del propio Echeverría, (Modelo OSAR), que tenemos dos tipos de aprendizajes; uno de competencias o de 1er orden y uno de 2do orden o transformacional. El segundo está supuesto a ocurrir cuando en una sesión de coaching, el asistido se dé cuenta de algo profundo que lo limita y pase de tener una “incompetencia inconsciente” sobre algún tema, a ser “incompetente consciente”. Que se haya dado cuenta de lo que le pasa no garantiza que hayan cambios profundos, ya que debe “hacerse cargo”. Y el hacerse cargo de lo que le pasa no es más que hacer acciones nuevas que generen ser, parecidos a las del 1er orden.

El modelo OSAR de Echeverría, nos habla de un observador en un sistema, que actúa, obtiene resultados y así, aprendizajes. Como dijimos, los aprendizajes pueden modificar nuestra forma de actuar, o más profundo, en la manera en que solemos ser con respecto a un aspecto de la vida. Quizá sea por eso que ahora las sesiones de coaching sean mucho mas de una; se requiere el compromiso de quién cambia, el hacerse cargo y ser una mejor versión de sí mismo, como enuncia la Psicología Positiva.

Cuando dijimos al principio que el coaching de competencias no es inocente, es porque el asistido en su “hacerse cargo” de forma continua, voluntaria y consciente, realiza acciones que le permitan obtener mejores o distintos resultados. Pero el postulado de la ontología del lenguaje  y sus principios, indican que la acción genera ser. No es inocente; quizá más lento, pero un coaching de competencias no deja de ser poderoso con respecto a la transformación directa del ser, ya que es continua y voluntaria, y en el mismo devenir de lo que somos en las nuevas acciones, entremos en un ciclo positivo, expansivo y generativo, que contribuye en la creación consciente de la mejor versión de cada quién. Mucho más profundo y permanente que pretender cambiar a las personas, solo a través del “darse cuenta de lo que le pasa o limita”, aunque en el cierre de la sesión se le pregunte a que se compromete hacer. En la ausencia del seguimiento apropiado, las personas pueden decidir voluntariamente no querer cambiar.

En el maravilloso mundo que se genera en la sinergia entre la psicología positiva y la ontología del lenguaje a través del coaching de fortalezas, es que se pueden diseñar acciones que generen ser, tal y como lo plantea el segundo postulado de Echeverría. El ser deviene de la acción o más aun, como diría Gladwell, cuando explica cómo se alcanza la maestría, en 10.000 horas de acciones deliberadas, conscientes y permanentes. El coaching de fortalezas visto como una competencia nueva que podemos hacernos a nosotros mismos, viene a constituir un maravilloso camino de cambios programados que pueden ser medidos en cualquier momento a través de los test de la psicología positiva y en relación a las circunstancias en que vivamos, el tipo de trabajo y aún más con quién nos toque realizarlo. El auto coaching de fortalezas nos muestra el poder que tiene el lenguaje y las distintas formas de generar acciones positivas en nuestras vidas, que generen seres más luminosos y dueños de su propio destino.

Alberto Lindner

Literatura:
·         Echeverría, Rafael. (2004). La Ontología del Lenguaje. Chile: Saez Editor
·         Gladwell, Malcom, (2009). Fuera de serie (Outliers). Editorial L,B & co