miércoles, febrero 01, 2012

El jardín japonés, como metáfora


Las organizaciones como jardines japoneses
Una de las cosas que siempre me han llamado la atención es que uno de tanto oír algo, termina por repetirlo como si fuera verdad. Cuando estudiaba en la escuela de arquitectura, y cuando uno seguía una ruta trazada por otros, siempre decían “como un jardín Japonés”. Y resulta que decían mis compañeros de estudios, que los japoneses hacían un parque con una caminería principal, pero sin las pequeñas o secundarias, porque resultaba que éstas se construían mucho después; sobre las pisadas habituales de los usuarios. La verdad es que ayer busqué mucho y no conseguí nada al respecto que me diera luces.

Las empresas y su cultura también pueden verse como un jardín japonés. Primero, estableces las macro valores culturales y esperas a que se desarrolle la cultura corporativa, o por otro lado puedes comenzar y no enunciar nada como valor y dejar que los dueños transfieran de forma directa, sus propios valores, como lo haría un padre a su hijo.

Hoy pienso que es un poco de las dos cosas; primero, no se debe iniciar una empresa si no tiene una misión, una visión del negocio y unos valores ya declarados; segundo, siempre podemos rectificar en el camino, al observar valores motivadores, inspiradores que hubieran nacido de la operación misma e incorporarlos a la declaración inicial.

Cuando una empresa opera, debe pensar que debe contar con la declaración de Planes Rectores, aquellos que conducen y guían. Consta de misión, visión, valores, como dijimos, más las conductas asociadas, las metas y los objetivos corporativos.

De estos últimos, deseo hacer énfasis en las conductas. Las conductas son los reflejos de la aplicación y convivencia con los valores. Así, con la ética como valor, esperaríamos ver a los talentos protegiendo los conocimientos y preservando la integridad de la data, o con la alegría como valor, veríamos a la gente trabajando en equipo cordialmente y conviviendo en paz. Las conductas asociadas se declaran, los valores se transmiten. 

Y esa es la forma que las empresas que gestionan por valores, han conseguido desarrollar para medir y gestionar el desempeño; los valores derivan en conductas y las conductas derivan en indicadores. Al final, luego de tanto hacer y creer, no hace falta medir pues todo ya es un hábito que permite a las empresas crecer en paz y convertirse en rentables y posicionadas.

Nota: la foto de este post, es justamente un camino hecho por los estudiantes en la universidad. El diseño original indicaba que debían subir una escalera, caminar a lo largo y bajar unas escaleras; la costumbre marcó el camino que luego servicios generales lo convirtió en camino.

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