Las nuevas corrientes filosóficas que fundan la noción del
coaching ontológico, se basan de alguna
manera, en las visiones existencialistas de Nietzsche. La noción del ser y del “estar
siendo” se fundamenta en el devenir, en lo que nos está pasando, y lo que vamos
siendo. La psicología positiva también habla de la “mejor versión de si mismo”
a la que podemos aspirar, sin excluir que al alcanzarla, no podamos aspirar a más,
o simplemente a ser otra cosa. La ontología y su devenir nos hablan de la
posibilidad de ser quien queramos ser y participar con lo humano y lo divino en
tal construcción. Se trata de diseñar y ejecutar no solo nuestra mejor versión,
sino la que queramos que sea; así de simple.
El coaching ontológico, basado en la ontología del lenguaje,
nos enseña que a través de la compresión y el uso de los actos lingüísticos es
que podemos cambiar nuestro ser, no como una acción psicológica sino mas bien
en una mirada filosófica. Es a través de esta disciplina que se le enseñan a
los gerentes a doblegar su ego y prestar mayor atención a la escucha, a lo que
se dice, o a lo que quizá, quiso decir. Se trata de cerrar las brechas que se
abren desde los mundos de la obviedad donde uno piensa y cree que el otro está
en sintonía con lo que se está diciendo. Nada más lejos de la realidad. Los
actos lingüísticos nos muestran las distinciones entre hacer afirmaciones o
declaraciones, de hacer juicios fundados o infundados y la forma en que se
conciben o se constituyen las promesas, luego de las peticiones u ofertas,
según haya sido el caso.
Hoy en día, luego de haber transitado la vía de la psicología
positiva y ahora desde el coaching ontológico, es que no conciba que un líder de
esta era no se encuentre preparado en esta disciplina y sus distinciones.
Estamos sin duda, en una era de escuchar, más que decir, de indagar, más que
proponer; de ser humilde, más que arrogante. El líder de ahora necesita
desarrollar competencias que lo ubiquen en el camino de ganarse la responsabilidad
de ayudar a otros, pero no desde la
imposición, sino a través de la indagación.
Mucho se ha escrito de liderazgo; libros, conferencias,
talleres, maestrías. Yo creo que la cosa es más simple que eso; todo se trata
de reconocer al “otro” que nos habla, como un autentico otro, que tiene su
propia mirada y su opinión sobre ciertos temas. El líder aprende entonces,
desde la humildad del líder, que a veces hay que dejar que su equipo trabaje y
ejecute, y diferenciar muy bien de las acciones propositivas donde no queda
opinión ni poder de acción. La diatriba de si el líder nace o el líder se hace,
queda aclarado desde donde pensamos que somos responsables de diseñar y
accionar la mejor versión de nosotros mismos. El nuevo líder descubrirá que el
devenir de la vida, se irá haciendo cargo de sus responsabilidades y desde la
comunicación plena y eficaz con su equipo de trabajo.
El nuevo líder desarrollará entonces:
- Su capacidad de escuchar, desde
la atención plena y con presencia centrada. Se trata del respeto que el “otro”
merece cuando viene a conversar con nosotros. Se trata de entregar tiempo
de calidad sin las interrupciones permanentes de su teléfono celular,
cuando dice: “disculpa, esto es importante” (su supervisado es muy
importante también) En este punto el líder deberá tener control sobre su “conversación
interna”, que si fuese muy alta no escucharía nada de lo que le dicen. En
el respeto al otro, el líder aprende a colocar su voz interna en la
escucha del otro también. Se trata del RESPETO.
- La curiosidad. El líder adquiere
competencias como un observador fino, que escucha no solo a las palabras,
sino a los juicios, las intenciones, las inquietudes, las emociones, y así
al cuerpo que también le habla. Se convierte en un detective, en un fisgón
que indaga y utiliza la intuición para ver más, mucho más allá de lo obvio.
Con la curiosidad, con seguridad, se desarrollará la creatividad. La creatividad
la usará ahora no solo para diseñar nuevos mundos internos sino para ser
facilitador de los procesos de los otros en su desempeño en el cargo, o en
la sociedad.
- El autocontrol. Desde lo que
sabe, en la comprensión de su ego y desde lo que merecen los demás, el
nuevo líder aprende a controlar la situación. Sin embargo, desde la
compasión puede conmoverse y comprender que le pasa a los demás y actuar
en consecuencia. El nuevo líder no se sobresalta, ya que comprende que no
es lo que esté pasando en un determinado momento, sino lo que tiene que
ver con él y como se hace cargo. Es un poco de inteligencia emocional.
- El sentido del humor. El nuevo líder
desde el diseño de lo que quiere ser, desarrolla el sentido del humor como
una fortaleza nueva que le permita fluir en la comunicación a la par de se
activan así mismo, la habilidad de
la curiosidad y la creatividad. El humor será la fortaleza por medio de la
cual logrará conformar espacios de trabajo armonioso y alegre, y donde el
respeto al otro sea una decisión compartida.
- El poder de los hábitos. El
nuevo líder entiende que la practica deliberada y continua de las acciones
que requieran lo llevarán a la larga a desarrollar todos los puntos
anteriores. Inclusive, la felicidad como un deseo, lo observa y realiza acciones
desde tal práctica. Aprende de los errores, aprende de los demás y en esa
práctica deliberada también se construye a sí mismo.
En las cinco competencias mencionadas, observamos, cinco
fortalezas de carácter que indica el test VIA del Dr Seligman (1) y desde la psicología
positiva. Todo esto quiere decir entonces, que las empresas junto con sus
líderes, puedan soñar con el desarrollo del mejor líder que puedan llegar a
tener, cuando este comprende lo que requiere para ser mejor persona y para
obtener lo mejor posible de su equipo de trabajo y para su propia empresa.
Yo conozco empresas muy grandes en mi país, que forma a todos
los gerentes en coaches ontológicos. Es sin dudas, la empresa más grande y
donde muchos de los nuevos profesionales quieren trabajar. Y de donde no se
quieren ir.
Referencias:
(1)https://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/es/testcenter
Nota: La foto es el reflejo de una columna del estacionamiento en la carrocería de un automóvil, la imagen se tranforma según desde donde se vea.
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