Pedro
es un empleado de una empresa de productos de consumo masivo, y va a hablar con
su jefe. La conversación se centra en que Pedro ha dejado de cumplir sus
ofertas del logro de metas y el jefe le hace una serie de quejas acerca del desempeño. Pedro le dice que nunca hubo
una promesa, que la petición que hizo nunca fue aceptada formalmente, por lo
que no se constituyó en promesa. ¿Tiene razón Pedro?
Desde
la ontología del lenguaje, (Echeverría, 2003), las promesas se definen como
peticiones u ofertas que han terminado con una declaración del SI, y
generalmente son los actos lingüísticos desde donde se establecen las metas de
los subordinados constituyendo su plan de trabajo anual. Los supervisores
deberán observar en la constitución de la petición, que realmente el
supervisado realice su declaración de aceptación correspondiente. Las promesas
se constituyen en un ciclo, pero además de ser aceptado, debemos limitarlo en
alcance, tiempo y hasta en las expectativas que tenemos de su cumplimiento.
Las
ofertas y peticiones que no han sido aceptadas con una declaración producirán
quejas fundadas en que se solicita algo de lo cual no se obtuvo una clara
aceptación, mientras que con una promesa aceptada la persona podrá hacer reclamos
para obtener aquello que fue prometido. Las promesas por consiguiente vienen a
ser herramientas poderosas que deberá manejar la gerencia en sus actividades de
planeación, estructuración de metas y en el seguimiento del plan mediante la
medición de la gestión del desempeño.
La
estructura de conversación de acuerdos y metas a cumplir entre un gerente y su supervisado
se basan en la concordia que ocurra entre la visión de ambos, la estrategia
empresarial, la realidad país, y lo real de la factibilidad de alcanzar las
metas. Una vez superado esto, las conversaciones se fundan en el
establecimiento de ofertas y peticiones que el supervisado declara aceptar, y
en el compromiso que estructura la promesa, se establecen fechas, formas de
medir, el seguimiento y los entregables tangibles o intangibles dependiendo del
caso.
La
estructura de las promesas y las ofertas no son las mismas pues cambia quien lo
pide o da, sin embargo, siempre alguna de ellas más una declaración de
aceptación, constituyen una promesa. Las
promesas entonces, deben ser cumplidas. Muchos gerentes se encuentran en quejas
con sus subordinados pues dan a veces, como un hecho que las metas se aceptan
por la obviedad de las acciones, pero cada quién tiene su propia mirada y no
necesariamente entonces, se entienden las mismas cosas. Es por eso que los
planes y proyectos se detienen, no avanzan o
van a su propio ritmo.
Trabajar
en el aprendizaje organizacional en la constitución de ofertas y peticiones en
promesas viene a ser un factor elemental en el desarrollo de la efectividad
empresarial pues aleja de la obviedad, el entendimiento, claridad y compromiso
de los acuerdos entre las dos partes.
El
ciclo de las promesas, según Echeverría (2007), se divide en dos fases, una que
constituye la promesa y la otra fundamentada en su cumplimiento. La etapa de
constitución de la promesa también se divide en dos partes; una que viene a ser
en la creación de contexto para negociar y la negociación en sí misma. La etapa
del cumplimiento de la promesa también se divide en dos partes, la realización
de la promesa y su evaluación, a continuación. La promesa se cierra con la
medición o conocimiento de la satisfacción de la promesa recibida.
Existen
dos factores fundamentales en la constitución de una promesa; primero, la
confianza que se tienen las partes y segundo, el trasfondo compartido de las
inquietudes. Esto último quiere decir, que en toda negociación, las partes como
elemento fundamental, se comprometen a cerrar la brecha de como las cosas se
observan y se entienden, así como las distinciones de las cosas que son objeto
de la negociación.
La
ontología del lenguaje nos habla del poder generativo que tiene, y a su vez
transformador. La impecabilidad en la ejecución de una promesa nos hará más
eficaces a la vez que nos hará mejores personas.
Lecturas:
Echeverría, Rafael,
(2003) Ontología del lenguaje. Recuperado el 21 de Junio de 2014 y disponible
en,
Echeverría, Rafael,
(2007). El ciclo de la promesa. Conferencia Newfield Consulting. Material de
apoyo del Programa de Certificación de Coaching Ontológico, Caracas: Indelser.
Foto: La foto es una Acacia, un árbol que siempre florea en mayo y junio, cumpliendo una promesa de la naturaleza de los ciclos perpetuos de vida y esperanza
1 comentario:
Primero que todo es logico que tiene que haber una mejora de comunicación entre Pedro y su supervisor, y que el supervisor debe dejar mas claros las ordenes y las labores que le manda a Pedro a realizar. Sin embargo Pedro debe tener en cuenta que es muy importante el ser proactivo al momento de trabajar en una empresa, para así poder ir subiendo en el rango de empleos, por lo tanto Pedro debe ser capaz de hacer labores y trabajos sin que su supervisor este detrás de el todo el tiempo revisando su productividad, por eso es importante que Pedro tambien cambie su actitud.
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