Para la próxima clase de Planificación Estratégica que voy a dictar en Cendeco, tuve que leer el libro, "Los desafíos de la gerencia del siglo XXI" de Peter Drucker. Al final, habla de los trabajadores del conocimiento y de la ética. (También esa mezcla la exloré en un post pasado en el libro Aprender a Emprender de Guedez).
Cuando el autor se pregunta en primera persona, Cuáles son principios o valores?, hace referencia a la prueba del espejo, que consiste en ver que persona quieres ser cuando, en las mañanas, te veas al espejo.
Es bien oportuna y necesaria esta reflexión en estos días que corren. Dice así:
"Cuentan que el diplomático mas respetado de todas las grandes potencias en los primeros años del presente siglo fué el embajador europeo en un importante país europeo.
Era claro que estaba dstinado para cosas mas grandes : como mínimo para ministro de relaciones exteriores de su país, sino canciller federal. Sin embargo en 1906, renunció súbitamente. El Rey de entonces, llevaba cinco años en el trono de su país y el cuerpo diplomático se disponía a brindarle una gran cena. El embajador decano del cuerpo diplomático, presidiría la cena.
El rey era notoriamente mujeriego y dejó saber que tipo de cena deseaba. Al final despues de servido el postre, aparecia una gran torta y de su interior saltarían una docena o más, de prostitutas desnudas, a la vez que se extinguían las luces.
El embajador renunció antes de precidir tal cena, "Me niego a ver un alcahuete en el espejo cuando me rasuro por la mañana"!
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