Ciertamente puede pasar que ambas cosas se junten y que se
viva en recesión, con una alta inflación. Algunos entendidos en materia
económica lo han llamado estanflación, (estancamiento e inflación). En estos
períodos entonces, aparecen otros parientes de la estanflación como por ejemplo
la escasez, que en un país como el nuestro, que además no se cuente con materia
prima para fabricar y producir. En este escenario, quizá las operaciones se
paren en mayor medida y los trabajadores entren en periodos largos de espera, hasta
que se pueda volver a producir. ¿Qué hacemos con nuestra fuerza laboral
mientras esperamos a que mejoren las condiciones de trabajo y en la
imposibilidad de re dimensionar? Lo peor quizá sea, no hacer nada.
En algunos casos como el mencionado, se suman leyes que
decretan la inmovilidad laboral y la pertinencia para que esperen dentro de sus
puestos de trabajo. Si no hacer nada está descartado, entonces la gente de recursos
humanos podría ocuparse de atender las necesidades de adiestramiento y crecimiento
personal que se requiera. Pero, ¿cómo compensar o remunerar si la empresa está
en modo de “supervivencia financiera”?. En estos casos, la gerencia de RRHH debería
diseñar estrategias desde la responsabilidad social para no dejar de atender
las necesidades inmediatas de su gente. Podría ocuparse de reconocer las
fortalezas de su gerencia media y gerencia alta y tratar entonces de que ocurra
la transferencia de conocimiento, ya por medio de conversatorios, comunidades
de aprendizaje, o talleres formales e informales.
Puede pasar sin embargo, que la gerencia media y alta, se
retire en la búsqueda de otras oportunidades, e inclusive se vayan a otros
países, ahora que Europa trabaja como un solo país y América recién estrena la
posibilidad de trabajar sin fronteras, sumado a esto que se encuentran en
mejores estados financieros y con menores inflaciones. En este ambiente adverso
de crisis económica, diáspora laboral, y decaimiento emocional general, es que se debe
actuar y hacer proyectos de bienestar personal o grupal. Es necesario, pues
conocemos que la economía son ciclos y debería en algún momento pasar que se
comiencen a reanudar poco a poco las operaciones, encontrando RRHH, que ya no
cuenta con personal calificado para ejecutar sus trabajos específicos. La gente de RRHH es fundamental en el manejo
de situaciones complejas como esta, siempre y cuando pueda percibir las
necesidades y tenga la disposición para hacerlo.
-“Lo peor es siempre,
no hacer nada… “susurró el gerente general, en la reunión de generación de
estrategias. El sabe además, que atado
de manos como está y sin producción, se podría inducir a un cierre y la pérdida
irremediable de todos los puestos de trabajo.
Las empresas no deberían requerir que las salven, deberían
salvarse solas, mientras que el Estado se ocupe de generar y mantener las
condiciones idóneas para que crezcan y germinen. Pudiéramos hablar de un
término que tiene que ver con los sistemas y los vínculos entre los organismos
sociales; la podemos llamar la “Ecología laboral”. Se trata entonces que RRHH en su labor
estratégica junto a la gerencia, se esfuerce en generar ambientes propicios
para la comunicación y la información, el adiestramiento solidario, la
cooperación, la solidaridad, el acompañamiento, el coaching, el aprendizaje y la
escucha efectiva y por sobre todo afectiva, entre otros aspectos. La gerencia
de RRHH en la ocasión de generar las condiciones de aprendizaje en comunidades
de práctica, habrá de hacer primero un inventario de los talentos dispuestos a
generar aprendizajes y enseñanzas, y en toda la cadena de valor, incluyendo sin
lugar a dudas a los proveedores y a los clientes. Involucrar a los proveedores en la ecología
laboral, sería una esperanza para un nuevo comienzo al igual que los clientes
que seguramente estarían muy interesados en el comienzo de producciones
necesarias para todos.
La ecología laboral en tiempos de crisis como la
nuestra, se podría convertir en una esperanza, en promover emociones que nos
orienten a la positividad, aunque el entorno le sea adverso.
Es muy probable que en estos momentos, los proveedores se encuentren
dispersos en la medida que no consiga despachar materia prima y los clientes
que no tengan productos para vender. También, los dueños de empresas de una
determinada cadena de valor, podrían desarrollar planes estratégicos conjuntos
que pudieran beneficiar a todos, mostrando sus fortalezas, en un ejercicio
maravilloso de reinvención e innovación para generar oportunidades en base a
las fortalezas del sistema mismo.
Usted, amigo lector o lectora dirá que suena bien, pero que
no se explica cómo se hace. “Lo peor es no hacer nada.” Hay que moverse,
evaluar, consultar, generar nodos y vínculos, compartir fortalezas, ayudar, y
cooperar. Cada quién, dentro de su propio entorno ecológico laboral, deberá
encontrar cual es la mejor manera de salir del “no hacer nada mientras tanto”.
¿Qué estoy haciendo yo mismo, ahora? : Voy a dictar varios
talleres a principios del año próximo, estamos haciendo temporadas de cine con
películas que promueven los valores, conversatorios, acercamientos, sesiones de
coaching…. No tengo más nada que decir para cerrar.
Alberto
1 comentario:
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