A propósito de la aparición de la psicología positiva en el ámbito
de salud, ha aparecido un nuevo profesional que habrá de ocuparse de “promover
el bienestar” en las empresas, tal y como lo consagran las resoluciones sobre
salud de la Organización Mundial de la Salud. Se trata de crear ambientes
propicios para el bienestar, en lo biológico o físico, lo psicológico y en lo
social. (Ahora se habla del bienestar espiritual también).
Ver tambien:
La psicología positiva no
trata de curar “enfermedades” y llevar al paciente a su nivel de bienestar,
(eso lo hace la psicología convencional), sino que se trata ahora de
potenciarlo como ser humano y ayudarlo a que llegue a ser la mejor versión de
sí mismo para que pueda tener una vida plena y saludable. Después de las
guerras del siglo pasado, la psicología tuvo que ocuparse de todos los
problemas derivados de ellas y ayudar a
las personas en los eventos postraumáticos. Pasadas las guerras y sus
consecuencias, la PP mira hacia el bienestar y la felicidad. Se ha determinado
que en la ecuación para llegar a ser feliz, intervengan tres factores: lo
genético (un 50%), lo circunstancial (solo un 10%) y la voluntad y fortalezas
(en un 40%). El conocimiento de las virtudes y de las fortalezas se ha
convertido en las herramientas que las empresas pueden llegar a instrumentar
para ayudar a su talento humano a desarrollarse y tener una vida plena. No se
trata ahora de imponer metas solamente, sino ayudar a potencias sus fortalezas
de carácter, para lograrlas. 40% en el factor es importante.
El
Promotor del Bienestar
La Psicología Positiva se viene desarrollando desde algún tiempo
pero es con Martín Seligman desde 1996, que llega a tener su mayor impacto
cuando es elegido Presidente de la Asociación Americana de Psicólogos, APA.
Desde entonces, se han realizado numerosos estudios basados en la observación y
en las evidencias clínicas, logrando encontrar una cantidad de correlaciones
positivas entre el uso de las emociones positivas, el optimismo y la felicidad.
Tal y como mencionó la Dra. Ma Elena Garassini, (2013),“la PP con los años
llegará a integrarse con la curativa para formar una sola unidad de
conocimiento, destinada a los psicólogos investigadores. El resto, los que
tienen el conocimiento teórico, serán Promotores del bienestar”.
Los promotores del
bienestar en este momento, están llamados a ser agentes de cambios
organizacionales, de emprender condiciones que eleven los niveles
bio-psico-sociales, en armonía, con una visión salugénica. Promover la salud y
el bienestar en todas sus facetas, sería su objetivo primordial.
Con el tiempo, los departamentos de recursos humanos deberían
abrirse a los cambios actuales y dejar de centrase solo en el estudio de la
compensación y la medición del desempeño, para contribuir a tener condiciones
totales de salud y bienestar. Desde el
punto de vista del promotor del bienestar, estas acciones serían iniciativas de
bienestar o llamadas también, “Intervenciones de Bienestar”. Estas
intervenciones son pequeños proyectos, en algunos casos de bajo costo, pero de
alto impacto. En bienestar es mejor muchas iniciativas que unas pocas y cuyo
impacto se minimice con el tiempo.
Los departamentos humanos con el tiempo, evolucionarán más allá
del control y de la gerencia, hacia los efectos que produzcan tales acciones.
De la promoción del bienestar se desarrollarán departamentos de salud y
bienestar o de calidad de vida, y no más RRHH, talentos, recursos o gestión de
gente.
Las iniciativas podrían ser vistas como proyectos que tendrán
incidencia en lo biológico, lo psicológico y lo social como dijimos
anteriormente. Un ejemplo claro de esto
es lo que se ha denominado recientemente como, “Compensación Total”, que son
las iniciativas de salud, más allá de los pagos monetarios, y asociados a la
vida placentera, a los retos y los logros, a la asociación entre amigos, al
crecimiento profesional, y a la confluencia y equilibrio entre el trabajo y la
familia como un continuo, todo ello generando un sincero sentido de compromiso
y fidelidad con la empresa que lo hace genuinamente.
El establecimiento del compromiso en el trabajo, nace desde dos
ámbitos, lo perceptivo y lo emocional. Lo perceptivo tiene que ver con lo que
las empresas son; sus valores, estrategias, la remuneración, las condiciones
del puesto y los recursos con los que cuenta, la conciliación familia-trabajo y
la educación. La experiencia emocional
tiene que ver más con el fluir (sensación atemporal de disfrute en lo que se
hace), con las emociones, la seguridad y la diversión. Ambas son cruciales para
la formación del compromiso y que podemos medir en resultados. (Algunas
empresas calculan el ROI de la implantación de un ambiente divertido de trabajo
por ejemplo). El compromiso conduce a dos resultados; las metas y el
fortalecimiento de los valores organizacionales, y las conductas asociadas.
(Tatum,2013)
El coach
positivo.
El ámbito salugénico tienen ahora un nuevo miembro que desde hace
muchos años realiza labores de acompañar a otros a alcanzar la mejor versión de
sí mismos; el coach positivo. Existen varias modalidades de hacer coaching,
desde el individual, el organizacional, el de líderes, el ontológico y ahora el
coach positivo. En función de lo que hemos dicho hasta ahora, el coach tendrá
la responsabilidad de trabajar con la gente, con grupos u organizaciones para
trazar juntos el camino para llegar a tener una vida saludable y positiva. El coach trabaja desde el lenguaje
básicamente, pero también con los modelos mentales y los gestos., o sea, lo que
es propio del cerebro: pensar, sentir y actuar. Coach tiene significado desde
la palabra “carruaje” o mover a alguien de un sitio a otro; y eso es lo que
hace, acompañar a otros a cambiar por propia voluntad, y con sus fortalezas, en
el logro de metas específicas, alcanzando el potencial máximo al que pueda o
quiera llegar.
El coach no es un psicólogo; es un facilitador de procesos
mediante el compromiso. Lo interesante de que las empresas se planteen contar
con coachs positivos en sus estructuras organizacionales, (además de promotores
del Bienestar), está en que debe ocurrir una transformación organizacional,
desde sus bases y valores. Se trata de fundar
una cultura basada en el apoyo. (La vida Compartida), (Muradep,2009).
Son personas ayudando a otras a crecer y así, crecer como empresa, aumentando
la participación, mejorando la satisfacción de los clientes, trabajando juntos,
incentivando la generación de equipos de alto desempeño, y promoviendo la
gestión del conocimiento mediante el registro de las lecciones aprendidas en
salud y bienestar.
La promoción de estos valores fundados en el apoyo, tendrán como soluciones
o beneficios, el compromiso en el trabajo, la baja rotación, la fidelidad
auténtica, el aumento del talento, el bienestar y la promoción de la felicidad.
El Coaching se basa en la gente como observador de sus propios
procesos. En la gerencia moderna, el líder actúa sobre las acciones y le
entrega un mayor repertorio de estos para mejorar sus procesos; mientras que el
Coachee puede observar sus propios procesos y cambiar los modelos mentales que
los originan. Al cambiar modelos mentales, podemos hacer las cosas de
diferentes maneras para obtener diferentes resultados. El coach trabaja
entonces desde el aprendizaje. Cuando se acompaña a otros en la elaboración de
nuevos modelos mentales que originarán un nuevo abanico de acciones, estamos
frente al aprendizaje transformacional. (Wolk,2007). Este tipo de aprendizaje como lo hace el
autor con una metáfora, dice que el coach “sopla las brasas” y el fuego se
enciende. Cambiar de mapas mentales y paradigmas, nos hace ver nuevas
realidades y desde nuevos ángulos.
¿Promotor
del bienestar o coach positivo?
Ambos vienen de la filosofía del bienestar. El coach en cierta
forma al igual que el promotor, promueve cualidades, reconecta a la gente con
su lado más positivo, reconoce las riquezas espirituales en los otros, las
promueve como fortalezas para que resuelvan metas, y enseñan que los cambios
están en las manos de quién desea cambiar.
El promotor del bienestar conoce a nivel organizacional los
factores de cambio y como adaptarse a ellos de una manera positiva, realiza
iniciativas de salud y bienestar en forma permanente, y acompaña al nuevo
departamento de salud a llegar a ser su mejor versión.
El coach trabaja desde el lenguaje, en personas o grupos y tiene
incidencia directa sobre el talento humano en aspectos específicos de lo
positivo. El Promotor, es un agente de cambio organizacional, lo acompaña el
coach positivo ayudando a transformar la cultura organizacional hacia una
cultura de apoyo. La vida compartida es fundamental pues la transformación es
de todos y por ende, todos deben contribuir.
Ambos pueden ser uno, pero siempre es bueno que el agente de
cambio, (Promotor del Bienestar), cuente
con vectores de cambio, (Coach Positivo)… ese es el mejor modelo a seguir.
Alberto
Bibliografía
·
Garassini,
Ma Elena. (2013). Intervención en la clase de Coaching. Diplomado II en
Psicología Positiva. Unimet
·
Tatum,
2013. Experiencia perceptiva y emocional. Recuperado en Octubre 2013.
Disponible en http://www.tatum.es/gestion_personas_modelo_EGP.asp
·
Lindner, Alberto (2013). El Promotor del Bienestar.
Recuperado en Octubre 2013. Disponible en http://facilitymanager.blogspot.com/2012/07/promotor-del-bienestar-nuevo-cargo.html
·
Muradep,
Lidia (2009). Coaching para la transformación personal. Buenos Aires: Granica.
·
Wolk,
Leonardo. (2007). Soplando las brasas. BA: Colección Profesional. 8ava Edición,
pag. 47.
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