No es un cuento de navidad, sino para recordar los valores
que deberían estar en estas fiestas, donde recordamos que un niño llegó a la
vida para enseñarnos acerca de la paz y la convivencia, entre muchas cosas. En
mi tierra, esto se ha olvidado un poco...
“Kike es un niño aun, pero ya grande. Su vida ha
transcurrido con mucho trabajo y dedicación y básicamente se olvido de sí
mismo. No creo que se haya olvidado “de vivir” sino que simplemente consiguió otras
cosas que llenaban su vida. Con el
tiempo, las cosas materiales y el trabajo que se requiere para tenerlas, comenzó
a cansar a Kike. Un día, hace muy poco, Kike se enfermó. Se enfermó mucho, y en
su delirio, vio la proximidad del desenlace final. Kike no quería irse aun, le
faltaban cosas por hacer.
Y así fue, que en la víspera de la navidad, Kike se comenzó a
curar, hasta que se recuperó. En su delirio, se murieron casi todas las
apetencias materialistas, el personalismo, el individualismo, y floreció en él,
el deseo de compartir, la búsqueda olvidada de la felicidad plena, el gozo, la cooperación
y el compromiso con la sociedad.
La búsqueda de la felicidad se encuentra en parte, en lo que
podamos hacer con nuestra vida cuando se la dedicamos a que otros sean felices.
Y supo, que la felicidad nace desde adentro, pero se fortalece cuando la
podemos proyectar y ayudar a otros en su búsqueda, que a la vez, sabrán que la
ayuda a otros será lo que los fortalezca en el amor. Es una espiral hermosa,
positiva y mágica.
Kike, de vivir una sola vida, ahora vive tres. La primera,
es la vida placentera, que nace de las emociones positivas. Una vida vivida,
analizada y reconocida, merece ser vivida. (Un poco de lo que dijo Santo
Tomas). Es su gratificación corporal y mental. Su segunda vida, es la vida comprometida;
que nace de sus logros y su visión. Reconoce lo que es, y se apresta a
potenciar sus virtudes y fortalezas para ser mejor. Reconoce el amor y el
humor, como la fuente plena de la vida. Kike se ríe todos los días, saluda al
sol y le da la bienvenida a la noche que es el umbral del nuevo amanecer. Sus
fortalezas lo hace más fuerte cada día y encuentra que los hábitos no son difíciles
de conseguir, sino que su búsqueda son emociones en sí mismas.
Su tercera vida, es la vida con sentido, donde ha aprendido
a compartir, desprenderse de lo material y ayudar a otros en la consecución, búsqueda
y logro de la felicidad plena. Kike sabe
que la felicidad no solo es uno, y menos,
apoyada en lo material. Kike descubrió que lo emocional, lo inmaterial, lo
humano y lo intangible, a veces es la verdadera fuente de la felicidad. Kike ha ido cambiando sus colecciones
materiales que lo anclaban al pasado, con posesiones de poco valor, pero que
emocionan al presente y le permiten visualizar el futuro, no con ansiedad, sino
con esperanza. Esperanza de una vida plena, comprometida y feliz. Esta tercera
vida, se fundamenta en lo social, en la transferencia de conocimientos y
emociones, en compartir, en ayudar, en cooperar. A veces, los seres humanos
encuentran su razón de ser, en la ayuda que podamos dar; un poco, como
devolverle con creces, lo que la vida tan amablemente nos ha dado.
Es así, como en navidad, Kike recuperó su vida. (Sus tres
vidas)”
Para los creyentes, un poco de amor, en navidad…. Felices
Pascuas y un mejor 2013.
Alberto
Nota: un cuento basado en los principios de la psicología positiva.
Un pequeño homenaje a tan importante visión de la vida.
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