Una vez escuché al Sr. JavierCalvo, como en el 2010, en una conferencia en Caracas, a propósito de la entrega de premios de “The Great Place To Work”. Fue una exposición intima, entrañable. De lo que más recuerdo, es que dijo que siendo el dueño de la empresa y durante años se había comprometido en lograr que su gente fuera feliz. Este señor trabaja con vigilantes, “Watchman” o guachimanes. Su compañía se llama Liderman. Tiene más de 5000 vigilantes regados por todo el Perú y Ecuador. Para entonces ya se había ganado el primer lugar en su país y como las primeras a nivel regional, y entonces decidió renunciar a su cargo en la Junta Directiva y crearse un nuevo cargo que se llamaría “el protector de la cultura organizacional”.
El “protector” iba a tener la
responsabilidad de no perder nada de lo que se había logrado. El se preguntaba
a sí mismo, “¿Qué puede hacer una empresa cuando ya ha sido valorada como el mejor
lugar para trabajar durante seis años?. Mantenerse y mejorar más aun” (Llegó a
decir que entregaría su vida a ello). Y entiendo que ha sido, y que lo sigue
logrando allá por Perú. Siempre podemos hacer cosas que tienen un alto impacto
en la empresa, y no para ganar favores, engañar o manipular. Lo hacemos, al
igual que el Sr Calvo, porque es lo que tenemos que hacer.
Y el secreto de una empresa
feliz, no es más que hacer muchas acciones positivas que propicien un ambiente
laborable feliz. Durante años he visto numerosos cargos que no han durado
(lamentablemente) a través del tiempo. Con las crisis se vuelven accesorios, y
es cuando sin dudas mas falta hacen. (Quizá el Gerente del Conocimiento sea uno
de esos). Sin embargo, hay empresas como la del ejemplo, que pueden
resguardarse contra los cambios y seguir siendo los mejores, que podemos
cambiar a un lider y tendremos las mismas políticas, que podría cambiar el sistema político
y seguiríamos cuidando a nuestro talento humano.
Hoy en día ya sabemos desde la gestión
de recursos humanos, que el bienestar no solo se logra con los beneficios económicos.
Ya hablamos (mal expresado) del salario emocional, o del intangible. La gente
no es feliz, solo porque le paguemos más, necesita otros factores, tienen otras
necesidades que satisfacer. Necesitan estar en un medio favorable, amable que
le permita relacionarse durante la jornada, necesita tener un trabajo
interesante que le permita realizarlo “con sentido”, necesita ser retado en sus
aptitudes, superarse, alcanzar sus metas y sus logros, necesita sentir
emociones positivas durante su trabajo que los conecten consigo mismo y con el
resto de la organización, y debe por alguna razón de ser, algo para poder
trascender en las asociaciones sociales, mediante su compromiso.
Las variables mencionadas han
sido desarrolladas desde los nuevos parámetros de la Psicología Positiva, y el
PERMA. Este acrónimo está formado por cinco palabras que significan, Positive
Emotions, (Emociones Positivas), Engagement, (Compromiso con lo que se hace),
positive Relationships, (relaciones positivas), Meaning, (significado), y Achievements
(los logros). Estas variables y su observancia pueden hacer tanta diferencia,
que podemos cambiarle la vida a alguien en la organización, con tan solo
cambiarla de departamento o de cargo. Podría dar fe de varios casos:
Morse es gerente de operaciones, estudia sistemas y se gradúa. Le dan una oportunidad en TI y florece. (Florecer es desarrollar al máximo nuestro potencial a través del PERMA).
Julia es gerente de innovación. Problemas de salud la conducen a un nuevo departamento de responsabilidad social. Julia florece en el cargo.
Mauricia es gerente de calidad, que pasa a ventas. Mauricia florece en el cargo
Juancho era planificador. Se cambió a compras y floreció en el cargo. (Quizá se pueda hacer un estudio haciendo entrevistas del antes y el después)
Morse es gerente de operaciones, estudia sistemas y se gradúa. Le dan una oportunidad en TI y florece. (Florecer es desarrollar al máximo nuestro potencial a través del PERMA).
Julia es gerente de innovación. Problemas de salud la conducen a un nuevo departamento de responsabilidad social. Julia florece en el cargo.
Mauricia es gerente de calidad, que pasa a ventas. Mauricia florece en el cargo
Juancho era planificador. Se cambió a compras y floreció en el cargo. (Quizá se pueda hacer un estudio haciendo entrevistas del antes y el después)
Es verdad que
los cambios podrían ocasionar cambios adversos también, pero estamos hablando
de casos en que no se habían desarrollado los potenciales al máximo y llegado a
ser felices. Los cambios en las personas felices deben ser consultados antes, y
si son para mejorar, aún mas.
Hace unos días,
luego de haber terminado la emocionante experiencia de la Psicología Positiva,
me dijeron que tenía un nuevo cargo: “Promotor del bienestar”. (Ese es el
significado que le dan a los que obtenemos el diplomado). Y promotor del
bienestar, quizá venga a ser, uno de los cargos más importantes y de mayor
responsabilidad que me hayan asignado en estos 30 años de ejercicio
profesional. Se trata de crear espacios propicios para el trabajo, ambientes de
intercambio, de relaciones interpersonales positivas y amenas; de aprendizaje,
de igualdad y de fraternidad. Nada fácil, sin embargo.
Desde mi
perspectiva, y según lo narrado, podemos ayudar a la gente a estar en el lugar
donde mejor se pueda desarrollar; o sino, la ayudamos a desarrollarse. Para
eso, tratamos el plan de adiestramiento, los talleres, los cursos y en sintonía
con las preferencias. Alguien debe observar. Cada gerente de área debe
comprometerse con ello. He visto, en estos últimos tiempos, a un VP “desprenderse”
de un talento que le era útil, solo porque comprendió que iba a ser más feliz
en otro cargo, en otra vicepresidencia, y de eso se trata. No poseemos
talentos; pensamos en procesos y en el bienestar de la cadena de valor de la producción.
Cada persona haciendo lo mejor que pueda, de forma voluntaria, alineados con la
estrategia, y siendo feliz. Los
cuidamos.
Al igual que
el Sr. Calvo, el “Promotor del bienestar” debe tener algunas responsabilidad en
el resguardo de lo que hemos obtenido, aquello que se ha logrado. No se trata
de olvidar los valores, cuando alguna circunstancia cambia. Por eso, el
bienestar no viene a ser circunstancial, sino una política interna, un valor y
hasta una estrategia. Hemos visto como de un “plumazo” algunos destruyen
empresas completas y se pierde lo conseguido en años. Todo puede pasar, pero se
trata de hacer nuestra mejor parte, para que aquellos que le dedican lo mejor
de sus vidas en alguna empresa, puedan obtener una dosis de felicidad y
bienestar que les permita llegar a desarrollarse lo mejor que sus capacidades,
le puedan permitir llegar a ser. Esa es la meta. El “Promotor del Bienestar” es
un nuevo cargo organizacional que llegó para quedarse. A mi me ha tocado la
responsabilidad de hacer camino. En la marcha, como dice el poeta Machado, “Caminante
no hay camino, se hace camino al andar..”, iremos describiendo lo que este
interesante avance empresarial deba llegar a tener.
El promover el
bienestar no es una estrategia de negocio. Es una estrategia de vida y de
solidaridad.
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