Mis
primeros contactos con la Psicología Positiva ocurrieron cuando preparaba una
de mis clases de Gestión del Conocimiento. Entonces compartía cátedra con otro
docente que ya había estudiado la parte teórica en una gran empresa de servicios,
y yo modestamente la parte práctica, casualmente con la misma empresa, pero en
estados de tiempo muy diferentes. Estando estructurando el contenido programático
me dijo:
-“Debemos
incluir a Flow”….
Así
fuè mi primer contacto con tan extraordinario libro “Flow” de Mihalyi
Csikzentmihalyi, (se pronuncia, cichesmijail),
que estructura una de las formas más extraordinarias de comunicación o de
trabajo, y que en español es, fluir. Y es en resumen, una experiencia intensa
donde el individuo logra un estado tal de placer y disfrute, que el tiempo
adquiere una nueva dimensión al casi disiparse, donde nos encontramos tan
absortos que nos enfocamos totalmente en lo que estamos haciendo que pareciera hasta que podemos perder momentáneamente
la conciencia de sí mismos, y poder llegar a participar del festín, como un
oyente mas. Es así de extraordinario.
Fluir
nos puede ocurrir cuando estamos concentrados en alguna tarea y llega a suceder
lo que he expuesto. Estar concentrado es distinto a fluir, se debe experimentar
un gran placer tanto por la actividad, como por sus resultados.
Lo
mágico de fluir, y quizá lo mejor que podemos aprender de ello, es cuando
ocurre entre un expositor y su audiencia. Se trata de superar en sí mismo,
todos los principios de comunicación que conocemos, como los conceptos del emisor,
el receptor, el medio y el mensaje. Cuando podemos ir más allá de la estructura
formal y establecer un verdadero contacto, es cuando podemos fluir y dejar que
la experticia, las emociones y la inteligencia establezcan su mejor estado de interacción,
que logre arrastrar los estados de los demás y conjugar un estado de fluidez. En
los estados de fluidez los estados cognitivos se alteran, fijando toda su atención,
ya no voluntaria sino placentera, en lo que se está tratando. Sin embargo, y
aunque el expositor logre “desdoblarse” para verse así mismo exponiendo y
disfrutar de ello, jamás se pierde el control de lo que se hace y lo que se
dice. Lo bueno es que podemos aprender a reconocerlos, a disfrutar de ellos y
aprender. En la medida que más fluyamos, más podremos aprender acerca del medio
de activarse y poder activarlo en los demás. No se trata de manipulación, sino
de la mejor comunicación que existe.
Es
probable que al leer estas reflexiones podamos recordar en cuales momentos
hemos “fluido”, y casi me atrevo a pensar que son más los que hemos fluido que
los que hemos hecho fluir. Porque a menos que seamos políticos, músicos o
profesores, no tendremos muchas oportunidades de tener audiencias grandes y atentas.
¿Podemos
potenciar las posibilidades de fuir? Pienso que sí. El mismo autor y algunos
seguidores piensan que con cinco principios se puede potenciar:
1.
Comparta sus experiencias con los demás. Hablar sobre los casos especiales
ayuda, ya que explicando muchas veces llegamos a comprender nuestros propios
comportamientos.
2.
Recuerde. Utilizar los recuerdos y mantenerlos vivos, ayuda a los estados de
fluidez. Prepararse antes de una exposición, preparar mensajes positivos,
contar historias, aprender del pasado, valorar, saborear y vivir el presente y valorar el futuro, son
acciones sencillas y valiosas. Investigar sobre la rueda del aprendizaje de
Kolb ayudaría.
3.
Elogiarse. Debemos aprender a reconocer nuestros logros. Superar los temores y
los miedos, superarse a sí mismo y valorar que lo aprendemos a hacer bien, debe
ser una actividad rutinaria, así como aprender a agradecer cuando nos dan un
feedback positivo.
4.
Agudizar los sentidos. Definitivamente, para los estados de fluidez, debemos
aprender a comunicarnos no solo con la palabra. Debemos recordar que la
audiencia está formada de individuos kinestesicos, auditivos y visuales, y
debemos actuar en consecuencia. Anticiparse a los eventos por medio de la intuición
también ayuda ya que estaremos preparados para los cambios y mantener así, la atención.
5.
Ensimismarse. Se debe entender el lado positivo de este aspecto, ya que no se
trata de aislarse de lo que nos rodea, sino estar tan compenetrados que podemos
mirar “hacia adentro” y lograr observarnos a nosotros mismos, pero ya sin
prejuicios ni juicios de valor. Es la independencia cognitiva que enseña y sigue
aprendiendo en el evento mismo y en el mismo proceso.
En
los años 70 se habló mucho de la nueva psicologìa humanista y el aprendizaje
bajo los “estados alterados de conciencia”. Se iniciaba la relajación, la respiración
profunda, los estados internos, la visualización. Se trabajaba con las ondas
alfa del cerebro que se llegaban a conocer en estados de profunda relajación consciente.
Hoy en día, la nueva sicología estudia lo mismo pero mediante investigación científica
y estudios que certifican que la felicidad y los estados de bienestar se pueden
buscar, y conseguir. Así mismo los estados necesarios para fluir, y ayudar a
otros a mejorar los medios para aprender, mediante sesiones placenteras,
intensas y nutritivas.
Todos
los gerentes de las empresas deben lograr alguna vez, fluir en una exposición.
Debe colocarse en sus metas, sin presión, sin medición, de forma tal que se
oriente hacia ello y pueda informar cuando lo haya logrado. Fluir, en resumen,
es lo mejor que le puede pasar a un expositor, y más aun, a su audiencia. Una
vez que fluya, orientará solo todas sus fortalezas, para mantenerla, y potenciarla. Luego, nada será igual.
PD. la foto es mi carpeta del postgrado, haciendo mapas
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