No todos los cambios son iguales; de hecho, se supeditan a
las necesidades de realizarlas y en cierta medida a la urgencia, y a la disposición
de recursos humanos para emprenderlas. Es asi como podemos enfrentar cambios en
el entorno y actuar en consecuencia, (planificación estratégica), o podemos
volver una estrategia de cambio nuestra necesidad de adaptación y es asi como
podemos cambiar para sobrevivir o adaptarse; podemos cambiar para
estabilizarnos y hacer mejoras continuas, (evolución), o podemos cambiar porque
la necesidad es de volvernos innovadores y revolucionarios. En los tres casos, si graficamos la intensidad
del cambio contra el tiempo, las diferencias solo las observaríamos en la
pendiente de la curva. La tendencia siempre es a estabilizarnos, para luego
volver a evolucionar o innovar. También podemos decidir no hacer nada, y
simplemente morir de inanición.
En cualquiera de los casos, las empresas requieren de
factores de cambios; el entorno, las fortalezas, las creencias de los lideres, etc.
y además son requeridos los agentes de cambio o “vectores” de cambio organizacional. (Personas). Cada empresa en el conocimiento de requerir un cambio organizacional, adapta
sus estructuras para facilitar procesos y activa a un(os) vector(es) que junto al líder,
gestione de forma gradual, los cambios requeridos. Existen vectores internos y vectores externos
que vendrían a tener diferentes intensidades en sus acciones. Los externos
pueden ser vistos como agentes perturbadores y no ser seguidos en los procesos;
los vectores internos pueden llegarse a comprometer con la gente y hacer que
sigan voluntariamente las acciones de cambio, solo por afecto o por convicción.
Así, los factores de cambio serian nuevamente,
a. Supervivencia o adaptación al entorno. Acá se incluyen
los cambios organizacionales, los cambios de proveedores, ajustes en la
estructura organizativa, respuestas a la globalización y al entorno socio político.
b. Evolución o procesos de mejora continua. Se determina por
la mejora continua, y aunque Peters diga que innovación es enemiga de la mejora
continua, se implantan sistema de gestión de calidad y se caracteriza por una visión
estratégica de largo plazo.
c. Revolución o innovación. Sucede cuando la evolución nos
queda ya pequeña y se requiere adaptarse como lideres, mediante el rediseño de
procesos, nuevos productos o servicios e investigaciones originales.
d. No hacer nada y morir.
El “Vector”, en los tres primeros casos, tendría la
responsabilidad de trabajar con la gente, entender el entorno y poder
estructurar y controlar los factores asociados al cambio. Transcurrido los
cambios extraordinarios, es normal que la empresa tienda a la estabilidad,
teniendo sin embargo la responsabilidad, de no escoger el “no hacer
nada”, lo que haría es que se retrasara lo inevitable. Si escoge evolucionar,
se hará tras la filosofía de gestión de calidad, con el Kaisen, los círculos de
calidad, Seis Sigma etc. Puede también decidir quedarse bajo perfil, solo adaptándose
a los cambios que ocurran pero sin crecimiento, probablemente. Si la premisa
entonces es, que luego de un proceso intenso de innovación o cambio se tienda a
la estabilidad,
¿Qué hacen las empresas con sus vectores de cambio en momentos estables? El solo
hecho de planteárnoslo implica que la empresa, cansada de los procesos
inestables y en procura de la estabilidad, decida por la opción más cómoda. El
riesgo es que en la comodidad, no se notan los tiempos de cambios, nuevamente.
Los agentes o vectores de cambio, se mantienen activos y comprenden los ciclos
naturales de los organismos vivos. Los sistemas empresariales ya estabilizados
tienden a volverse más estables, para protegerse, pero así, mas rígidos, mas
ineficientes y con menos resultados. Los procesos de mejora continua se
degradan y la gestión de cambio tiene a la sobre vivencia, y el mismo sistema va
impedir a toda costa que la organización responda y lleguen a activarse las
alarmas y los medios para comenzar un nuevo proceso. Bajamos en la cadena de
innovadores a evolucionadores, y de este a sobrevivientes. De ahí a no hacer
nada, es solo un paso. Lo malo, es que nos damos cuenta cuando los cambios para
volver a donde estábamos, serian más dolorosos, largos y costosos.
la acción del vector de cambio, en la situación aparente de estabilidad
positiva en las organizaciones, no debe por ningún motivo, ser mediatizada,
limitada, callada, minimizada o con “alas cortadas”. El agente de cambio se
adapta a los cambios, inclusive a los periodos de estabilidad, pero son muy útiles
en encender las alarmas en los momentos adecuados y no cuando sea un poco tarde
para reaccionar.
Los agentes de cambio, pueden convivir en ambientes
estables, pero siempre en atención a los cambios del entorno, por pequeños que
estos sean. Si en periodos de estabilidad, los líderes mediatizan a sus agentes
de cambio, en sus pequeñas gestiones innovadoras, probablemente pierdan el interés
progresivamente y al final, al igual que el resto, no llegue a percatarse de
las alarmas encendidas. Lo mejor que pueden hacer los líderes, es permitirles a
sus agentes de cambio, en periodos de estabilidad, que promuevan su cantidad de
iniciativas inocuas, pero certeras, que en suma, vienen a completar posiblemente,
aquellos grandes procesos iniciados, implantados y ejecutados.
Cortar las alas a los agentes de cambio, puede resultar
mucho más costoso a la larga, que promover en forma continua, sus pequeñas
iniciativas.
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