El mejor galardón o premio que pueda recibir un docente, sin duda alguna, es el que le dan sus alumnos. En estos días comentábamos acerca de las cosas que guardábamos para los tiempos de la vejez, y de cómo se guardan o atesoran menos cosas en la medida que vamos creciendo.
En el blog de CumClavis, discutíamos si los libros debían estar en la lista, y una bloguera decía que todo está en la memoria mientras ésta dure, que ni los libros guardar. Yo también dije que ni los libros; pero rectifico: Mis placas, siempre estarán conmigo, son un excelente tesoro y son buenas para el corazón. Son la cosecha de la siembra.
El Padre Zancajo, Capellán de la Universidad Metropolitana, ofició la misa. Como siempre logró captar la atención de más de las trescientas personas que allí estábamos.
La palabra de Dios la dedicó a la siembra y a la recolección. Habló que podemos controlar lo que sembramos, pero no sobre lo que vamos a recoger. Por eso es que hay que estar atento en la calidad de la siembra.
Así, pensamos en gerentes, catedráticos, decanos o presidentes, que no miden la calidad de la siembra, pues no tienen visión de futuro; por eso dicen los escritos “Siembra tormentas y recogerás tempestades”.
En el opuesto deberíamos estar los docentes y facilitadores, que sembramos cultura, ética, esperanza. De una buena siembra, debe salir una buena cosecha. Esta cosecha de ingenieros civiles es de alta calidad, y estoy en la convicción de que saldrán al mercado laboral, a hacer su mejor esfuerzo y a construir al “País posible, el bueno”.
Considero pertinente tratar de escribir, lo que hoy escuchara del padre Zancajo, acerca de la siembra y la cosecha:
Hace algún tiempo en los Estados Unidos, una vieja mujer fue llevada ante un
Juez por un comerciante. El alegaba que la anciana le había robado algunos panes
de su comercio, y debía ser castigada y pagar por el delito.
El Juez,
conmovido por el hecho, le preguntó a la anciana, el porqué del hecho y
contestó:
-Soy viuda, mi hija está enferma y mis nietos tienen frío,
y mucha hambre, -contestó. –Por eso tuve que hacerlo.
El Juez se
volvió ante el comerciante, el cual insistió en que aplicara la pena y que no
iba a retirar los cargos en su contra. Como juez, pensó y tuvo que tomar una
decisión:
-Te condeno a que pagues 10 dólares, o a que cumplas 10
días de prisión.
La mujer al escuchar la condena, estalló en
llanto, no entendiendo su destino.
El Juez, se quitó el birrete de su
cabeza, y luego de invertirlo, colocó un billete dentro de él, se acercó a la
audiencia que estaba presente, y les dijo:
-Además, los condeno a
todos ustedes con el pago de cincuenta centavos para pagar la multa de la
anciana, por permitir que cosas tan denigrantes y tristes puedan estar pasando
en esta ciudad…
La audiencia respondió toda en una aclamación, y en
aplausos.
Es una bella historia que nos habla de ética, solidaridad, humanidad, esperanza, caridad, comprensión. Un poco de sembrar lo que se debe, en la convicción de que la cosecha será mejor.
Algo del poder multiplicador del amor.
Alberto
4 comentarios:
Buen día Alberto, esta lección del Juez, en mi opinión deja una simple moraleja, El cambio comienza por nosotros, cuando tomamos una decisión alineada a nuestros principios sin importar que no satisfaga los intereses de las mayorias, en muchos casos trae consecuencias perjudiciales, pero el valor de una consciencia libre de culpa y satisfecha por haber hecho lo que creemos correcto, no tiene precio. En cuanto al MDI, gracias por dar tu 1000% por formar profesionales de alta calidad, espero que nuestro impacto en la sociedad sea un grano de arena para construir el pais que queremos y que nuestra influencia sobre nuestro entorno laboral, social y familiar, sea positiva y mmotivante, asi como lo han sido tus clases, mucho exito. saludos.
Gracias Jorge. Fuiste de mucho apoyo en las clases. Les deseo el mejor de los éxitos en el postgrado MDI, Estoy siempre a tu orden,
Alberto
Bonita historia y estupenda moraleja... Yo también fui profesor e incluso padrino, y es una experiencia enriquecedora, sobre todo porque te sientes parte de la promoción.
Ya lo decía Confucio, el pilar de las sociedad son los maestros y a partir de ellos se fundamenta una nación.
Saludos
SM
Hola Senior:
La metáfora de los pilares también ha sido usada por Delors para la Unesco, en los 4 pilares de la educación; aprender a ser, conocer,hacer y convivir
Gracias
Alberto
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