Decía un sabio antiguo (o dos, ya que mi memoria "caché" no da para tanto), primero, que una vida no examinada no merece ser vivida (Santo Tomas?) y segundo, que la "vida no es mas que la preparación para la muerte".
¿Para qué vivimos entonces? Es para atesorar riqueza, para sobresalir, para poseer, para acumular bienes? Eso es parte del todo, pero indudablemente no representa la esencia.
Viviendo lo que está sucediendo en el fenómeno de redes sociales de FaceBook, por ejemplo, , nos damo cuenta que es algo mas que eso. En estas redes sociales, aparecen personas que pertenecieron a nuestra infancia (cuando éramos felices y no lo sabíamos), aparecen fotos viejas de tantas y tantas cosas vividas que nos hace regresar a un pasado feliz, y saber que todavía existen partes de "eso" que nos hizo movernos, visionar, ser solidario, amigos, comprensivos, confidentes... etc. Todo eso tendemos a perderlo cuando crecemos y volvermos mas materialistas. Importante es, no perder nuestro YO-niño.
El verdadero sentido de la vida, ya lo dijo alguna vez, Jorge Luis Borges, aquel literato visionaro y adelantado a su tiempo: "Si yo tuviera tiempo, caminaría mas tiempo descalzo, comería mas helados, jugaría, etc... pero sé que me estoy muriendo.(Una lectura obligada, al igual que cuando describe lo que es la amistad. Ver al final de la página).
Cada vez que alquien se va, entonces nos tomamos un minuto (o quizá dos) para pensar en ello, pero irremediablemente tenemos el antídoto, y volvemos a lo nuestro: los carros, el apartamento, los cuadros, los muebles, los relojes, las motos, los barcos, los viajes, etc: Es que son muchas cosas contra menos cosas; el balance siempre es rojo.
¿Qué es la vida y para que se vive entonces?, repito. Mi opinión personalísima, es que todo es una red, (para los que creemos en el "efecto mariposa"), por lo cual, nuestra vida es un sistema, donde la felicidad es del sistema. (¿Cómo podemos hablar de libertad cuando hay un amigo preso?). Nuestro entorno es nuestra vida, y no podemos ser más felices a costa de la felicidad de nuestros amigos y vecinos, el bienestar es de nuestro entorno, no cerrando las puertas a la ayuda solidaria, a la mano amiga, al perdón, a la amistad, a la cordialidad. No hablo de la felicidad de todos, como una entelequia, hablo de la felicidad de los cercanos, de los que nos responsabilizamos, de quienes queremos y somo queridos, no mas.
Imagínense un mundo donde todos, en la red personal, estemos pensando en sistemas de redes, donde todos avanzamos igual, donde todos alcanzamos el fin último, aunque efímero sea: la felicidad!!
Se vive para saber más y enseñar más; se vive para compartir, se vive para ser solidario y responsable, se vive para vivir una vida compartida y no una vida egoista, centrada y cercada. Las crisis de "yo necesito, yo quiero" son "pura paja" (expresión grosera en Venezuela, pero muy usada por nuestros políticos cada momento, lo que me da derecho a usarlas).
Imagínen tambien a nuestro entorno, donde cada quién piensa en pensamiento sistémico holístico; imaginemos un mundo de valor agregado y de "efecto multiplicador" en nuestro entorno inmediato. Sería infinito; el efecto sería exponencial, como aquella película del viaje espacial, (2001 Odisea del espacio, de Kubrick), donde el prisma monolítico desconocido, impacata en un planeta, se reproduce, y se vuelve un sol.
Las redes, y en especial las nuevas como FaceBook, nos permiten reencontrarnos con nuestro yo, con nuestra Misión de Vida (¿Cuántos de ustedes la han escrito?). La misión es social, de hermandad, de redes, de sistemas.
Esto puede sonar para los venezolanos como "rojo-rojito" (Afectos al Gobierno, en nuestro país, a lo cuál no pertenezco), o los llamados socialistas. Yo soy un demócrata, humanista, holístico, con sentido social, aunque a veces, los carros, los bienes y los viajes, hacen que me olvide....
¿Para qué se vive?. Para eso, para conocer, para comparir lo que se sabe, para avanzar, para dejar huella, para ser un eslabón que permitan que otros vivan mejor, para darle una vida mejor a nuestros hijos, para que sepan mas...
Al final, que nos llevamos? Lo que vivimos.!! y allí está la respuesta. (Lo material se queda y termina siendo objeto de peleeas y riñas de los que se quedan). Hubo una extraordinaria película de los años 40-50 algo así como "An affeir to remenber", con Deborah Kerr y Cary Grant. Un personaje de la película muy anciana le dice a la protagonista: - Ya estoy vieja y ya vivo de mis recuerdos. Ustedes son jóvenes, vayan a hacerlos... Hoy voy a salir de mi casa, a vivir...!!!
Si quieren leer el poema de Borges, se los anexo:
Jorge Luis Borges
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
2 comentarios:
La modernidad fue el tiempo de las grandes utopías sociales: los ilustrados creyeron en una próxima victoria sobre la ignorancia y la servidumbre por medio de la ciencia; los capitalistas confiaban en alcanzar la felicidad gracias a la racionalización de las estructuras de la sociedad y el incremento de la producción; los marxistas esperaban la emancipación del proletariado a través de la lucha de clases... Las discusiones relativas al "cómo" podrían ser (y de hecho lo son) interminables, pero la convicción compartida por todos era que "se puede". Los diversos caminos para hacer real la esperanza (desde el marxismo hasta el "american way of life") son peleas familiares, al fin y al cabo y en consecuencia, todos los hombres modernos se incorporaron con entusiasmo a conseguir el sueño de progreso.
Sin embargo, a lo largo de los últimos cincuenta años, todas esas esperanzas se han manifestado inconsistentes. Es verdad que la ciencia ha beneficiado notablemente a la humanidad, pero también ha hecho posible dese el holocausto judio hasta las tragedias de Hiroshima y Nagasaki; el marxismo, por su parte, en vez de traer el paraíso comunista: se expropiarían a los dueños y entregarían la riqueza para el bien común. Pues bien, crearon uno de los sistemas más monstruosos y opresivos de la historia mundial; las sociedades del capitalismo avanzado han alcanzado un alto nivel de vida, pero están corroídas desde dentro por el gusano del aburrimiento y el sinsentido... En resumen, que para toda una generación el mundo, de pronto, se ha venido abajo.
Así pues, la manera de superar la alineación es irse a casa y disfrutar de la vida sin empeñarse en emprender un viaje por la historia hacia una supuesta tierra de promisión que no existe.
Pero nos equivocaríamos si pensamos que los postmodernos viven trágicamente la pérdida de sentido de la historia. Consideran, por el contrario, que es más bien una ocasión para la realización humana. Los modernos, creyendo posible construir un futuro mejor, sacrificaron el presente al futuro y, como no hay futuro, se quedaron sin presente y sin futuro. Los postmodernos, convencidos de que no existen posibilidades de cambiar la sociedad, han decidido disfrutar al menos del presente con una actitud hedonista.
Los postmodernos, olvidándose del progreso, concentraron todas sus energías en la realización personal. Hoy es posible vivir sin ideales. Lo que importa es conseguir los ingresos adecuados, conservarse joven, desaparece toda barrera, todo es indiferente y, por lo tanto, nada está prohibido.
Como ya vimos, la modernidad se caracterizó por la racionalización de la existencia. Tanto es así que llegó a hacerse de la razón una diosa. Y no es exageración. Todos sabemos que los hombres de la Revolución Francesa la entronizaron como tal en la catedral de Notre-Dame. En cambio, en la postmodernidad el homo sapiens ha sido desbancado por el homo sentimentalis. El homo sentimentalis no es simplemente el hombre que siente, puesto que cualquier hombre siente, sino el hombre que valora el sentimiento por encima de la razón.
Desde luego, no hay que ser demasiado observador para darse cuenta de que el racionalismo, desprovisto ya de la aureola romántica que tuvo en el pasado, aburre a la juventud (todavía se leen en los graffitis callejeros frases como: "La sabiduría me persigue, pero yo corro más". A la tiranía de la razón ha sucedido ahora una explosión de la sensibilidad y de la subjetividad.
Es posible combinar estas dos posturas? Es posible conseguir a un ingeniero civil, creyente de los procesos y la planificación, pero amante de la naturaleza, la música y propenso al riesgo de los deportes extremos? Preocupado por una educación integral, técnica y gerencial, con gran énfasis en el recurso humano como herramienta para el éxito; pero que considera que el proceso de aprendizaje, ya que está destinado mayoritariamente a la juventud, si no es un proceso "Seriamente Divertido", no será efectivo. Yo, estoy en busca de ese equilibrio... para eso vivo y creo que ese equilibrio me acerca a la felicidad.
Amigo GET:
Con "piel de gallina" acabo de leer tus reflexiones. Creo, sin lugar a dudas, que es lo mas maduro, sensible e inteligente que has escrito. Gracias por tomarte tu tiempo en compartir tu visión del mundo. Creo que tu trabajo merece ser publicado como post esta semana, si te parece?
Saludos,
Alberto
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