Hemos hablado mucho sobre el déficit habitacional y sobre su crecimiento vegetativo. Hace diez años estaba en un millón cuatrocientos con 100.000 viviendas anuales de crecimiento, por lo que hoy debería haber un déficit por sobre de los dos millones, restando las ya construidas.
Hoy en día de habla de 1.700.000 viviendas con un crecimiento similar.
Mi opinión es que se debería establecer con caracter de urgencia, el Ier Censo Nacional de Vivienda, donde estuviera participando, Conavi, la CVC, el INE, dos o tres universidades, y el CNE, prestando su infraestura. Quizá con un sábado y domingo en los centros de votación, se pueda recolectar la información, a través de una planilla que pudiera salir en los mas grandes diarios de circulación nacional, el día antes.
Teniendo esta data, se puede saber cual es la cifra real, un censo, por estados, municipios, regiones, por familias, por personas, por sexo, edad, profesión y todo aquello que se deba saber para establecer, no políticas ya, sino un Plan Nacional de Viviendas, que contemple además de la necesaria construcción de viviendas, el desarrollo de Hábitats, donde se establezcan centros de desarrollo industrial, que le garanticen fuentes de trabajo a esas nuevas comunidades, y el Estado como tal, pueda prever la comunicación, educación, salud y seguridad.
Esto daría una idea, en un plan piloto, para conocer como saldar la deuda del déficit de vivienda y en cuanto tiempo se lograría.
La construcción tiene un efecto dinamizador y multiplicador de la economía, y con seguridad, tendríamos los más altos índices de crecimiento.
Creo que voy a ahondar mas, en mi próximo artículo de la CVC, el próximo mes. Queda la idea, ya que deben estar las ondas hertzsianas que andan por el aire, y luego lo leo en el periódico y digo: ahh yo lo había pensado antes, también!!.
(Escribe que algo queda).
Saludos,
AL
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Los países en América Latina poseen un alto grado de urbanización, tal es el caso de Venezuela donde mas del 80% de la población vive en ciudades, y donde un alto porcentaje de dicha población posee bajos ingresos, esto aunado con la carencia de instrumentos legales – administrativos y recursos financieros y humanos por parte de las autoridades locales, trae como consecuencia un deterioro en el crecimiento urbano y en la atención de demandas de infraestructuras y servicios, lo cual tiende a incrementarse cada día mas.
Es aqui donde el Plan Nacional de Vivienda apoye determinadas directrices o proyectos, a través de financiamiento monetario o capacitación técnica, donde se incluyen aspectos económicos, sociales, productivos, de prestación de servicios básicos y de organización institucional:
Una política implementada en los años 80 y 90, la cual se ha cumplido en gran parte de Latinoamérica es la descentralización, concediéndoles mayores facultades a las jurisdicciones subnacionales, lo cual facilita iniciativas empresariales y comunitarias destinadas a ampliar y mejorar los servicios en cuanto a cobertura, calidad y eficiencia.
En Venezuela se le ha dado respaldo a la descentralización, donde actividades y servicios como la salud, educación, deporte y nutrición han sido transferidos a gobiernos subnacionales. La creación del Fondo Intergubernamental de Descentralización (FIDES) suministra respaldo financiero destinado a descentralizar la administración pública, evaluando y financiando proyectos presentados por gobiernos subnacionales.
Continuando con el tema de desarrollo económico, gran parte de los organismos multilaterales, tienen políticas para el otorgamiento de créditos a grupos de bajos ingresos para el financiamiento de actividades productivas mediante de la regularización de la propiedad y el mejoramiento de la infraestructura y las viviendas, lo cual facilitaría el acceso de alguno gobiernos locales a los mercados de capital.
Realizar actividades de cooperación técnica, promoviendo la participación de las comunidades y gobiernos locales en la planificación conjunta de proyectos de construcción y mantenimiento de la infraestructura urbana. Mejorar la capacidad de gestión y planeamiento de las autoridades encargadas del desarrollo de ciudades, en campos tales como preparación de planes, programas y proyectos, realización de estudios e investigaciones y capacitación de personal.
Modernizar los sistemas de catastro, impuestos, tarifas y otras contribuciones. Favoreciendo además la difusión de conocimientos, informaciones y resultados que se obtengan de dichas operaciones promoviendo iniciativas destinadas a mejorar la comprensión de los fenómenos urbanos.
Llevar a cabo programas de rehabilitación y desarrollo de áreas centrales, gran parte en abandono o subutilizadas, esto conlleva a la recalificación del uso del suelo, rehabilitación de infraestructuras, recuperación de espacios públicos, promoción de nuevas actividades productivas, rehabilitaciones de edificaciones con valor patrimonial o histórico.
Incentivar al sector privado, bajo la coordinación de gobiernos locales en cuanto a planificación, desarrollo urbano – ambiental, para la ejecución de programas encaminados a facilitar el acceso a los mercado inmobiliarios en beneficio de los sectores de bajos ingresos.
Un porcentaje considerable del financiamiento que otorga el Banco Interamericano de Desarrollo se orienta hacia proyectos referentes al medio ambiente urbano y el control de la contaminación, como por ejemplo, saneamientos a gran escala, incrementando el valor del suelo a aquellos sectores favorecidos.
Promover el establecimiento de adecuados sistemas de transporte urbano, estableciendo un entorno favorable para la participación privada en el sistema de transporte. Realizar estudios para la actualización y modernización de las normas de tráfico urbano.
Promoción de seminarios, cumbres donde participen los gobernantes locales, sobre ciudades sostenibles, tales como las llevadas a cabo por el Banco Mundial, donde se ayude a identificar a cada gobierno subnacional su ámbito prioritario para la adopción de medidas
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