El período infantil está lleno de elementos mágicos y de situaciones de aventuras, busquedas, protagonismo y fantasía. Vivimos creando, y contando historias, me imagino que muchas de ellas provenientes de nuestros orígenes europeos, que han ido, al pasar de los años, pasando de boca en boca, para formar la tradición oral.
Por eso decimos cuando jugábamos por ejemplo, "el que se va de su villa pierde la silla"(su villa realmente es Sevilla), sin saber exactamente el origen, pero si lo que quiere decir.
En ese mundo de fantasías, recuerdo un cuento particularmente, que llevado a las estructuras gerenciales actuales, tiene mucho sentido. Estaba muy peque, y ruego me perdonen si esta historia tiene autoría conocida.
"Cuentan que una vez estaba un pollito, picando el pasto despreocupadamente, cuando sin saber, se colocó por debajo de la parte posterior trasera de una vaca. Esta, luego de haber comido también suficiente pasto, defecó al instante, cayendo sobre el pollito.
Este desesperadamente sacó la cabeza y empezó a piar, hasta que un gavilán que volaba alto lo avistó y se lanzó en picada sacándolo del problema es que estaba inmerso..."
Este cuento tiene tres moralejas:
1. No todo el que te embroma es tu enemigo.
2. No todo el que te ayuda a salir de tu problema es tu amigo... y
3. Si estas en un problema hasta el cuello, no digas ni pio.
Gracias amiga vaca por haberme ayudado. (No dije ni pío, por si acaso...)
Por eso decimos cuando jugábamos por ejemplo, "el que se va de su villa pierde la silla"(su villa realmente es Sevilla), sin saber exactamente el origen, pero si lo que quiere decir.
En ese mundo de fantasías, recuerdo un cuento particularmente, que llevado a las estructuras gerenciales actuales, tiene mucho sentido. Estaba muy peque, y ruego me perdonen si esta historia tiene autoría conocida.
"Cuentan que una vez estaba un pollito, picando el pasto despreocupadamente, cuando sin saber, se colocó por debajo de la parte posterior trasera de una vaca. Esta, luego de haber comido también suficiente pasto, defecó al instante, cayendo sobre el pollito.
Este desesperadamente sacó la cabeza y empezó a piar, hasta que un gavilán que volaba alto lo avistó y se lanzó en picada sacándolo del problema es que estaba inmerso..."
Este cuento tiene tres moralejas:
1. No todo el que te embroma es tu enemigo.
2. No todo el que te ayuda a salir de tu problema es tu amigo... y
3. Si estas en un problema hasta el cuello, no digas ni pio.
Gracias amiga vaca por haberme ayudado. (No dije ni pío, por si acaso...)
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