martes, agosto 09, 2011

La revelación

Hace solo unas semanas, escribì, "Dibujando cotufas en el aire" que es la transformacion que experimentan los estudiantes cuando logran unir conocimientos y volverlos aprendizajes significativos.


Hoy me llegò la versiòn de mi futuro colega y en sus propias palabras, lo anexo. Espero que lo disfruten.


Alberto

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La revelación
Ciertamente, luego de tanto estudiar materias que carecen de sentido aparente, soportar a profesores amargados y hacer cursos diversos para prepararme para confrontar un mundo lleno de personas altamente capacitadas en ingeniería civil y arquitectura, pude descubrir que realmente no sabía nada.


Pues resulta que a medida que vamos estudiando y estudiando, no nos damos cuenta del proceso que estamos viviendo; es una absorción de conocimientos desmesurada y aislada que suena muy difícil de entrelazar; apuesto que solamente un pequeño porcentaje de personas tiene la oportunidad de apreciar este proceso. Es como cuando aprendemos a sumar; allí empezamos contando con las manos, sumando de uno en uno, luego aprendemos a multiplicar, para ahorrarnos un poco el trabajo de contar con los dedos de las manos y de los pies para llegar a 24, luego nos enseñan que ya aprendimos lo que se necesitaba para asociar, pero solo esto no es suficiente. Hoy en día, si te da chance de revisar, puedes darte cuenta que estos procesos ya se han hecho automáticos en tu vida, es impresionante poder asociar en decenas o docenas, sumar y restar, y hasta multiplicar y dividir casi simultáneamente.



Este proceso nos llevo a un progreso increíble, la internalización de un conocimiento sumamente importante. Esto llegó a mi luego de explicarle a mi novia por que no debía enseñarle aún a un niño de 8 años cómo llegar a un resultado matemático que para nosotros ya era simplemente rutinario, sin saber por qué, pero que para este niño era algo sumamente difícil por encontrarse en pleno proceso de desarrollo de sus habilidades matemáticas.


Así son absolutamente todos los procesos en los que nos volvemos expertos a lo largo de la vida, es una cuestión de práctica. A esto no ha de escaparse esta hermosa transformación en la que de una persona común, pasamos a convertirnos en ingenieros civiles, e imagino que es lo mismo en las demás disciplinas.


En mi caso, este proceso sucedió hace solo unos meses atrás cuando de pronto me encontraba junto al samán de la universidad donde un amigo y futuro colega me pregunta: ¿eso es una losa nervada? Y yo apresuradamente respondí: si, lo es. Sé que puede carecer de sentido esto, pero en mi cabeza fue como si en ese momento todo hubiese encajado de manera perfecta, todas esas materias fastidiosas y todas las que para mi eran interesantes se juntaron en ese momento para formar un todo. No solamente pude darme cuenta de que lo que estábamos viendo era una losa nervada, sino que era una losa nervada armada en dos direcciones, probablemente con un macizado de 10cm, en ellas había utilizado formaletas uniplast, entre otras cosas que se me vinieron a la mente en ese instante. Ahí supe que esa fue mi revelación, el momento donde todas las experiencias y conocimientos se fusionaron para volverse uno solo. Siempre digo que fue como cuando en Matrix, Neo muere y resucita, y puede ver todo tan simple y no entiende como no lo había percibido así antes; es como pasar de un mundo en dos dimensiones a tres dimensiones…


De allí en adelante cada vez que he visto una obra civil entiendo sin esfuerzo por qué está ahí y cuál es su función.



Autor: Alì Cavicchione Rojas

1 comentario:

Andrés dijo...

Es así.
Mi revelación ocurrió, creo, al enteder gracias a álgebra lineal, que la comprenión del mundo no tenía que ser necesariamente mediante ejes cartesianos, si no que se podían definir ejes con la forma que se quisiera, con lo cual por ejemplo una función tan peculiar con una sinusoidal podía convertirse en una simple lineal si se definía como eje de las abcisas precisamente al sen(x)
A partir de ahí empecé a decir que la formación universitaria es como un abrelatas que libera el cerebro de los límites del craneo.
Andrés C.