Emoalfabetización
Alfabetizar
verbo transitivo
1. Enseñar a una persona, en especial un
adulto, a leer y escribir una lengua, normalmente la suya propia.
2. Ordenar cosas (documentos, libros,
fichas, etc.) siguiendo el orden de las letras en el alfabeto.
Emociones
Las emociones son reacciones
psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del
individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo
importante. Wikipedia
La “emoalfabetización” es una reflexión que viene tras analizar la
cantidad de emociones que enfrenta una persona en vida cotidiana. La película
“Inside Out” de Pixar nos mostró de forma magistral, las cinco emociones
básicas que son, la alegría, la tristeza, el desagrado, la rabia y el miedo.
Las emociones básicas derivan en una gran cantidad de emociones asociadas que
en algunos autores han llegado a describir a mas de 300. Con tal cantidad de
emociones, ¿será verdad que podemos reconocer a todas ellas, se requiere un
proceso de comprensión o simplemente poder establecer distinciones entre ellas?
En el caso de que no podamos distinguirlas, ¿no deberíamos hacernos
cargo de adquirir información sobre el
abanico emocional?
Pues si es si, quizá queramos
establecernos un proceso de alfabetización emocional (Emoalfabetización).
Se trata de re-conocer las emociones propias que sentimos y de más aun, poder
reconocer en otros, las mismas u otras emociones para que se pueda establecer
una conversación sin que medie la disparidad de conceptos o interpretaciones. (Vivimos
en mundos interpretativos)
Pablo Fernández de la Universidad de Málaga plantea en un estudio
titulado “La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el
Modelo de Mayer y Salovey”, que el gran reto de las instituciones educativas
sea formar de igual manera, en el área académica y en el área emocional. Lo
plantea desde un trabajo de investigación de Mayer y Salovey. Fernández, además
distingue, basado en Mayer (1995), cuatro habilidades básicas a desarrollar en
la educación tradicional y que son:
·
“la habilidad
para percibir, valorar y expresar
emociones con exactitud, (reconocer en si y en otros tal o cual emoción)
·
la habilidad
para acceder y/o generar
sentimientos que faciliten el pensamiento; (Las emociones son reacciones con lo
externo, mientras que los sentimientos se forma a través de hacernos cargo de
las emociones)
·
la habilidad
para comprender emociones y el
conocimiento emocional, (esto es vital l hacernos preguntas acerca de lo que
sentimos), y
·
la habilidad
para regular las emociones
promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” (MAYER & SALOVEY, 1997)
(Un poco de inteligencia emocional)
Estas habilidades aplican no solo en el ámbito
educativo sino que debería ser parte de una “escuela de padres”, donde padre e
hijos aprenden a utilizar y comprender del mismo modo, todo el “universo
emocional”, y en todos los matices que tiene el ser humano. Las habilidades,
por definición, son parte de las competencias que junto a los valores y las
actitudes, desarrollamos para el
trabajo, el estudio y la vida. Delors en el año 1996, en Francia y para la
Unesco, desarrolló un estudio llamado, “La educación encierra un tesoro” y
planteaba que las competencias para la vida eran cuatro, aprender a ser,
(Dominio y maestría personal junto a la gestión emocional), aprender a conocer,(lo
intelectual). aprender a hacer, (las
habilidades para lograr cosas en la acción) y aprender a convivir, (nada más y
nada menos que encontrar además, el sentido de vida que generalmente tiene que
ver con otros). El desarrollo del conocimiento en inteligencia emocional ha
permitido distinguir que esta sea por las características del cerebro humano,
en una profunda relación entre lo interpersonal y lo intrapersonal. Desde allí
y en el conocimiento de que “podemos hacernos cargo de los que sentimos” es que
plantea la necesidad de generar una educación fundada en valores, por una parte,
y en un conocimiento y gestión de las emociones, por la otra.
Rafael Bisquerra, (2011), plantea que el
contenido emocional sea visto como una galaxia, donde sus partes constitutivas
sean las cinco emociones primarias. De ellas y con todos sus matices se derivan
307 emociones distintas. Las clasifica de acuerdo a la percepción de lo que nos
produce y las denota como la “bipolaridad emocional” de lo negativo y lo
positivo, haciendo la salvedad, de aquellas que son neutras y que pueden ser
duales, mencionando a la sorpresa que
puede ser desencadenante de algo positivo o algo negativo, según sea el caso.
Explica que las emociones en valor no son ni positivas ni negativas, sino que
todas son necesarias; se catalogan según nos produce: placenteras o
displacenteras o negativas y positivas).
Aclara Bisquerra, que “hay
que dejar claro que todas las emociones son buenas. El problema está en lo que
hacemos con las emociones. Cómo las gestionamos determina los efectos que van a
tener sobre nuestro bienestar y el de los demás.”
La
enseñanza de las distinciones emocionales como parte de una posterior gestión,
pudiera empezar como indica Bisquerra, por los mapas de las galaxias: (Algunas
de ellas)
·
Miedo, (Con
temor, horror, pánico, terror, pavor, desasosiego, susto, fobia, etc. )
·
Ira, (Con rabia, cólera, rencor, odio, furia,
indignación, resentimiento, aversión, exasperación, tensión, excitación, agitación,
acritud, animadversión, animosidad, irritabilidad, hostilidad, violencia,
enojo, celos, envidia, impotencia, desprecio, acritud, animosidad, antipatía,
resentimiento, rechazo, recelo, etc.)
·
Tristeza, (Con depresión, frustración,
decepción, aflicción, pena, dolor, pesar, desconsuelo, pesimismo, melancolía,
autocompasión, soledad, desaliento, desgana, morriña, abatimiento, disgusto,
preocupación.)
·
Asco, (Con aversión, repugnancia, rechazo,
desprecio.)
·
Alegría, (Con entusiasmo, euforia, excitación,
contento, deleite, diversión, placer, estremecimiento, gratificación,
satisfacción, capricho, éxtasis, alivio, regocijo, humor. Agregando al amor y a
la felicidad como emociones)
Navegar
en un universo emocional de varias galaxias y con más de trescientas emociones
haría la diferencia, que navegar en el vacío oscuro, que representa la sorpresa
de lo desconocido. Promovamos la
alfabetización emocional, ya sino en las escuelas, como plantea la Universidad
de Málaga, pero si en nuestros hogares y trabajos.
Referencias
estudiadas:
·
Fernández Berrocal, Pablo (2015). La
Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer
y Salovey. España: Universidad de Málaga
·
Bisquerra, Rafael (S/F). Viajar al universo de
las emociones. Ponencia. Disponible en: www.universodeemociones.com/
·
Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educación
emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.
1 comentario:
Publicar un comentario