Desde los antiguos, ya se hablaba de Baco y de Apolíneo,
que en mi forma de ver, no es más que el diálogo entre los dos lados del
cerebro. Cuando era joven solía asistir a charlas sobre el cerebro triuno, pero
era algo como oculto, donde no tenía cabida en la ciencia. Hoy en día está más
que demostrado que el hombre cuenta con su cerebro interno, el reptil, el
cerebro límbico, donde yacen las emociones y el amor, el neo cortical o más
avanzado que recubre los otros dos y además se compone de dos hemisferios
unidos por una parte callosa.
En los dos hemisferios residen todas las acciones,
pensamientos y sentimientos del hombre. Para resumir, el izquierdo posee la
parte matemática y lógica; el derecho la poesía y el arte. Cuando uno estudia
alguna carrera científica o artística, generalmente se desarrolla mas una parte
que otra, ya sea por el ejercicio o por la tendencia a la vocación del trabajo
mismo. Al igual que a la arquitectura, la medicina usa de la ciencia para descubrir
en cada cuerpo, distintos unos de otros, cual es el mal que los aqueja, y
conseguir la cura. Si la medicina solo fuera ciencia, el médico no tendría que
conocer al paciente, o el arquitecto conocer al cliente y sus necesidades.
Mucho se ha hablado en los últimos años, de la
inteligencia emocional, que si recordamos lo dicho, nos plantea justo la
interacción entre las dos partes del cerebro y su callo. Lo que pasa, a
diferencia de las tres profesiones mencionadas, es que nos acostumbran a usar
el lado racional más que el emocional. Es lógico entonces, que al llegar a ser líder
se trate de actuar más con el lado izquierdo que el derecho; es decir, mayor
inteligencia que emoción.
Un gerente que llegue a ser líder, tras haber culminado
una profesión científica o matemática y con postgrado del mismo corte, debe
reconocer que quizá no cuente con las competencias necesarias para balancear a la organización. La gente
está compuesta de inteligencia y pasión y como tal se debe gerenciar.
Un gerente artista por el contrario, necesitará balancear
su parte racional y deberá hacer que lo acompañe un científico en su gestión.
Ahora que la búsqueda de la felicidad ya no es una quimera, y la Psicología
positiva nos muestra que es factible ser feliz, se hace necesario que en las
empresas se instaure dependencias consagradas a la búsqueda del bienestar. No
es posible lograrlo si solo se gerencia con un hemisferio. Hacen falta los dos,
y si no lo tiene desarrollado deberá hacerse acompañar de alguien que lo
complemente en su gestión. Así funcionan las cosas.
Si el cerebro fuera la luna, seguro el lado derecho sería
su parte oculta.
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