LA CONFIRMACION

Dicen que uno le pide a Dios, hasta que le concede el favor, y luego "a otra cosa". Este año me tocó el honor de ser nuevamente Padrino de promoción de los Ingenieros Civiles de la Universidad Metropolitana, en Caracas. En la misa de acción de gracias y bendición de anillos, nuestro Párroco, el Padre Zancajo, contó una breve historia que les narro a continuación, tal y como la recuerdo:

"Un día cualquiera, un hombre le toca ir al cielo y a las puertas de San pedro, vió tres secciones u oficinas de "atención al creyente".

La primera decía: "Peticiones" llena de ángeles atareados y con mucho trabajo. El Hombre preguntó a San pedro, -"que es esta oficina?". Contestó: -acá es donde llegan todas las peticiones, milagros y favores, que hacen los hombres.-

La oficina de al lado decía: "Envíos" y había tambien un monton de ángeles, empaquetando, envolviendo y sellando cajas. El Hombre preguntó: - "y acá que hacen tantos ángeles?". -"Desde acá se empaquetan y envían las peticiones aprobadas en orden de urgencia, contestó el santo". La tercera y última oficina, con muchos menos ángeles y mucho menos atareados, se encontraban relajados en una oficina que se llamaba "confirmación".

Por último el Hombre preguntó: -"y que hacen en esta oficina con pocos ángeles?" San Pedro contestó: "-Acá se reciben las confirmaciones de las gracias o favores recibidos, pero los hombres son un poco olvidadizos y casi ninguno se acuerda en confirmar la recepción del envío"....Fin

Así somos. Nos ocupamos mientras lo necesitamos, pero luego nos olvidamos de agradecer por el favor o la gracia.

Cuento esta historia, para agradecer al grupo de blogger que tan prontamente se ocuparon de resolver el problema de todos los blog venezolanos que desaparecieron de Internet, aparentemente producto de otro invento criollo, el de cambiar media hora nuestro horario. Ahora amanece con mas luz. El problema es que a los gallos no les dieron relojes y siguen cantando al amanecer... (Cosas de nuestro realismo mágico)

Gracias amigos de Blogger, por devolverme mi memoria y mi log.,

Alberto Lindner