lunes, noviembre 06, 2017

Desarrollo de competencias del coach: el observador

El modelo del coaching ontológico se basa en la Ontología del Lenguaje (Echeverría, 2005), descrito por Rafael Echeverría. Lo ontológico desde la filosofía griega antigua, tiene que ver con el conocimiento del ser. La ontología del lenguaje tiene que ver con el ser y su relación con el lenguaje.  La ontología del lenguaje tiene tres postulados, que son:

1. Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos.
2. Interpretamos al lenguaje como generativo.
3. Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de
el. (Echeverría, 2005)

Entonces, somos seres humanos que utilizamos la comunicación oral, y que generamos ser de acuerdo a como actuamos y la acción genera ser. El mismo Echeverría un tiempo después para explicar los postulados, diseña el modelo OSAR, que nombra al ser como el “Observador”, que genera una acción y obtiene un resultado. Coloca dos re alimentaciones; la primera del resultado a la acción, y lo llama aprendizaje de primer grado y aquel resultado que genera ser,  lo llama aprendizaje de segundo orden o grado.

Sin embargo, si usamos este modelo y sus tres postulados en forma reducida y sencilla como en el gráfico anterior podemos observar que el ser de las personas es acción y esa acción se convierte en ser. Actuamos en función de lo que somos y somos de acuerdo a como actuamos: el lenguaje es generativo, sin dudas. Esto deriva en el “devenir”, donde podemos ser lo que queramos ser, o podemos actuar de una manera determinada para ser lo que queramos ser.

La ontología del lenguaje además de postulados tiene tres principios. El primer principio tiene que ver con lo que el autor ha llamado “El observador”, que no siendo una entidad como tal, sirve para identificar el proceso de generación del ser desde el lenguaje: ontología del lenguaje.  El primer principio, objeto de este ensayo, nos dice:

·         “No sabemos cómo las cosas son
·         Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos
·         Vivimos en mundos interpretativos” (Echeverría, 2005)

En un mundo acostumbrado a decir que cuentan con “verdades”, este principio nos resulta un poco extraño y controversial. Pero ya el Talmud, el libro del judaísmo,  nos decía desde la antigüedad, que “no vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos”. Reconociendo este principio entendemos que las personas cuando conversan, lo hacen desde cada particular estado del observador. Desde el lenguaje, las personas deben tener el compromiso de entenderse y saber lo que se quiere decir.

En mis clases de coaching de fortalezas propongo una conversación entre un físico nuclear y un músico clásico conversando de arquitectura. Quizá tengan que ponerse de acuerdo en las palabras y además tratar de entender como llaman a las cosas. Imaginen ahora que no tienen el mismo idioma y necesitan un intérprete.

No sabemos cómo son las cosas; de alguna forma podemos saber cómo somos o quizá como “vamos siendo” en el devenir de la vida, y desde allí podemos observar el mundo y hacer nuestras propias interpretaciones. Muchos gerentes en las organizaciones tienen una mirada única y no aceptan o no saben cómo aceptar, que otros tengan miradas distintas o hagan interpretaciones distintas de las cosas. Estos gerentes son propositivos, no indagativos. La nueva gerencia requiere de personas que sepan escuchar y que puedan reconocer en el acto de hablar, que todos somos distintos y por lo tanto, que tenemos una distinta manera de percibir el mundo.

El modelo del observador, OSAR, de Echevería plantea que vemos el mundo de una manera particular desde lo que somos; desde allí actuamos y obtenemos resultados. En la gerencia moderna como hemos dicho y en el acompañamiento que hace un coach al observador que cada quién es, debe estar atento a todos los elementos del entorno, de las palabras en su estructura de coherencia y desde lo dicho, la emoción y el acompañamiento corporal, para poder entonces, poder realizar una interpretación de lo que está observando.
En este proceso como coach para mejorar y desarrollar las competencias tanto para el escucha como para el observador, he decidido hacer talleres de fotografía digital. Es un hombre y su cámara, atento al entorno, interpretando lo que acontece, y capturando una imagen para que otros que la observan, puedan hacer las mismas interpretaciones que el autor de la toma.

La hipótesis que me he planteado es,

¿Puedo mejorar mi capacidad de observación de las cosas que me permitan ser más asertivo en mis interpretaciones, a través del estudio de la fotografía digital?

Con la conclusión de un primer taller podría decir que el adquirir técnicas de fotografía digital si favorece al coach en la adquisición de mejores competencias como observador. Y resulta que en estas técnicas todo se convierte en metáforas. Se trata del manejo de dos variables, principalmente: la abertura del objeto que observa y el tiempo de exposición en la observación hasta capturar la imagen. Y ciertamente en el escucha a otro, desde el observador que somos o vamos siendo, es que podemos ayudar a otros a solventar las trabas y poder avanzar. En los procesos de coaching o a través de la gerencia del líder coach, es que se requieran más y mejores herramientas de observación, basadas ciertamente en el manejo de los actos lingüísticos y ciertamente en la capacidad que tengamos de escuchar. En el acto de escuchar y observar, retomando las metáforas, debemos tener la habilidad de captar imágenes que involucran lo que dicen, con lo que sienten y con lo que dice el cuerpo.

La observación, en la fotografía digital, se desarrolla a través de la búsqueda de significados, luces y sombras, movimientos, captura de hechos, descubrimientos, adaptaciones, reconfiguraciones, re encuadres, vacios y silencios; todos, elementos del coaching ontológico.

Creo sin lugar a dudas, que todo coach o gerente coach, debería estudiar fotografía digital

Referencia bibliográfica:
  • ·         Echeverría, R, (2005). La Ontología del Lenguaje. Chile: JC Saez Editor
  • ·         Mata, R. (2017). Taller de fotografía Digital 1. TFRM: Material de apoyo. Hacienda La Trinidad, Caracas


Gráfico: slideplayer.es

2 comentarios:

GET dijo...

Por la cantidad del tiempo que un líder de proyectos emplea comunicándose con otros, es importante que comprenda filosofías de trabajo como la Ontología del Lenguaje desarrollada por Rafael Echeverría, y su aplicabilidad al entorno de proyectos. Esta filosofía se basa en la interpretación de los seres humanos como SERES LINGÜÍSTICOS que se expresan mediante un lenguaje generativo, el cual no sólo tiene un papel pasivo descriptivo sino un rol modelador del futuro cerrando o abriendo posibilidades en la realidad propia y de los demás.
La Ontología del lenguaje evalúa el proceso comunicacional completo, de forma que no sólo se estudia lo que se entrega, sino lo que pasa con el que recibe. Para ello se pueden distinguir una serie de tipos de CONVERSACIONES: REPORTES, ESPECULACIONES, NEGOCIACIONES, CONTRATACIÓN, COORDINACIÓN, ALERTAS.
-Son unidades básicas y componentes efectivos del lenguaje.
-Cuando el hablar y el escuchar están interactuando juntos en presencia de una CONVERSACIÓN.
-ACTIVAN, ARTICULAN y CONSOLIDAN la red de compromisos que le dan vida a la organización.
-Toda conversación tiene un componente emocional.
-Son base permanente en la coordinación de acciones de TRABAJO.
-El trabajo no manual tiene un alto COMPONENTE CONVERSACIONAL.
-Las empresas son redes dinámicas de conversaciones.
-Las conversaciones son una herramienta de trabajo.
En todo este proceso es fundamental evaluar el dominio de las emociones de forma que se haga constancia de la FACTICIDAD y la POSIBILIDAD. La primera se refiere a todo aquello que no se puede cambiar y que al presentar oposición se puede caer en el resentimiento o que al aceptarlo, genera un estado de paz. Lo segundo se refiere a todo aquello que se puede cambiar, que al oponerse se presenta la resignación y al aceptarlo surge el emprendimiento.
En muchas Empresas Constructoras e Inmobiliarias encontramos el caso específico de la combinación en campo de maestros de obra, con amplia experiencia pero muy poca educación formal y poco conocimiento de nuevas técnicas y normas constructivas, que deben trabajar junto a ingenieros, que en muchos casos, poseen menor experiencia o prácticamente ninguna, pero con gran cantidad de información actualizada que desean poner en práctica; éstos a su vez deben dirigir y supervisar a los primeros, creándose muchas veces un ambiente conflictivo y poco productivo, donde es muy difícil lograr la correcta TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO.
Como gerente se debe lograr que en determinados momentos el ingeniero residente asista como coach del maestro de obra, pero en otros será éste el que deba ayudar con su experiencia a ejercer el coaching sobre el ingeniero. Una cualidad necesaria en todo el proceso es la FELXIBILIDAD, para reconsiderar objetivos, ver claramente el punto de partida, ser consciente de los recursos disponibles y no disponibles, para cambiar lo que sea necesario al comprobar que nos alejamos del objetivo. Durante todo el proceso el coach ayuda a la persona implicada a buscar sus propias soluciones, las más eficaces para esa persona en concreto. O sea, literalmente, COACHING ONTOLÓGICO significa entrenamiento en el ser.

Alberto Enrique Lindner dijo...

Gracias GET. No sabía que habías estudiado coaching. Gracias por tus comentarios,

Alberto