jueves, junio 14, 2012

¿El trabajo como pasión o la pasión en el trabajo?



“La pasión (del verbo en latín, patior, que significa sufrir o sentir) es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, pues, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. El término también se aplica a menudo a un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, etc. Se dice que a una persona le apasiona algo cuando establece una fuerte afinidad, a diferencia del amor que está más bien relacionado con el afecto y el apego.” (Wikipedia, 2012)




Ya no hay dudas científicas acerca de que el comportamiento del hombre, está gobernado por esa masa orgánica de kilo y medio que llamamos cerebro. También es científico, que el hombre tengas tres cerebros, producto de la evolución y la diferenciación, el reptil, el límbico y el neo cortical, el cual siendo el más avanzado, está dividido básicamente en dos hemisferios; el derecho y el izquierdo.

El izquierdo, es el que está asociado al pensamiento racional, lineal, matemático, y el derecho está dedicado la parte musical, espacial, creativa e innovadora. Ambos hemisferios están unidos por un cuerpo calloso que tiene la responsabilidad de comunicarlos. De esta realidad es que se derivan teorías tan interesantes como, el Pensamiento Lateral de Edward De Bono, y la Inteligencia Emocional. Ya los antiguos pensadores cuando veían la Naturaleza, la relacionaban siempre con la visión doble, de la razón y la pasión, por ejemplo. Las pasiones, residen o moran en nuestro cerebro, y ocurren por un mecanismo increíble de miles de millones de neuronas interactuando en procesos químicos y eléctricos, mediante múltiples sinapsis. Hoy nos vamos a ocupar de una de esas expresiones cerebrales, denominada por la Psicología Positiva, como las Pasiones.

En un artículo reciente, el doctor Robert Vallerand, investigador en Psicología Positiva, define la pasión como “una fuerte inclinación hacia una actividad que nos autodefine y que es de carácter agradable, que se considera importante y en la que se invierten cantidades significativas de tiempo y energía”. (Britton,K,2011).

Ya no es solo la definición clásica, que hasta inclusive ha servido por ejemplo para definir a la “Pasión de Cristo”, sino que como término, puede ser utilizado para estructurar la serie de actividades que nos mueven, nos motivan e incorporar un elemento fundamental para ser feliz. El trabajo, o nuestra ocupación laboral, sin duda ocupan una gran cantidad de tiempo diaria. Tratemos de ver si el trabajo es o no es una pasión, o más aún, si debe llegar a ser. También podemos hacer una diferenciación clásica a objeto de este ensayo, ¿Es el trabajo una pasión o se puede sentir pasiones en el trabajo? (o quizá ambas?). Para tal efecto, debemos analizar primero los tipos de pasión:

“El doctor Vallerand (Vallerand citado por Britton, 2011), describe dos tipos de pasiones, que se diferencian por el impacto que supone para la gente que las posea.
§  Pasión armoniosa: La actividad se escoge de manera libre por el placer que supone realizarla, un concepto muy similar al de motivación intrínseca. La pasión armoniosa está caracterizada por la persistencia autónoma y flexible. La gente realiza las actividades porque quieren, no porque quieran agradar a alguien o quieran eclipsar a alguien o evitar ser eclipsados. Este tipo de pasión se ajusta, dejando tiempo para otras actividades diferentes dentro de la vida de cada persona.

§  Pasión obsesiva: Está conectada con motivaciones extrínsecas-querer agradar a otras personas o mantener cierto estatus que es importante para la autoestima. Como su nombre implica, la pasión obsesiva puede convertirse en algo inmanejable, que controla la vida de la persona, llegando a cubrirla por completo. Con la pasión obsesiva, cuando no eres capaz de terminar la actividad, quizás porque estás lesionado o tienes otras obligaciones, puede provocar ansiedad, sentimientos de culpabilidad y pérdida de autoestima.” (Tomado textual de Britton, 2011)

Está claro con estas definiciones, que si podemos llegar a convertir a nuestro trabajo en una pasión obsesiva donde no eres capaz de controlar las emociones ni el tiempo. Generalmente la actividad objeto de la pasión, no es un aporte de sentimientos asociados a la felicidad, sino por el contrario, generan situaciones de stress o de desencanto, que generalmente tienden a emociones negativas como la ansiedad u otras más difíciles de controlar..

Si las pasiones, (armoniosas),definidas como una “fuerte inclinación a una actividad que nos agrada”, todavía no es suficiente para diferenciarla de las obsesivas. La respuesta está en ambas definiciones; las pasiones armoniosas nos permiten decidir qué hacer con el resto del tiempo libre, ya sea en otras pasiones o en actividades recurrentes de la casa, por ejemplo. Las pasiones obsesivas en apariencia, copan todo el tiempo disponible, dejando solo aquel necesario para actividades obligatorias. Por eso vemos personas ensimismadas que no atienden las responsabilidades de la casa y en algunos casos incluyen la desatención de sus propios hijos.

Siendo entonces las pasiones, actividades armoniosas, que producen emociones positivas, dejando libertad para decidir y de disfrutar de otras cosas, nos volvemos a preguntar, ¿Es el trabajo una pasión o podemos tener pasiones en el trabajo? Hemos visto a numerosos gerentes terminar con sus vidas familiares por trabajos con gran apego pasional. Sin embargo y por la definición de Vallerand, todos aquellos trabajos que se apasionan y que conducen a pérdidas o separaciones, serán pasiones obsesivas. Aquellos que tienen una vida armoniosa en su trabajo y tienen libertad de realizar otras actividades de vida, deberán tender a trabajar con pasión armoniosa. Podemos observar en el trabajo a personas que lo hacen en armonía o lo hacen en forma obsesiva. Diferenciarlas y detectarlas sería un aspecto importante a considerar por la alta gerencia de las empresas. A los trabajadores obsesivos, se les debe exigir utilizar su tiempo libre, tomar vacaciones y ocuparse de su familia. La vida privada, cuando es parte del trabajo, no se puede ver en forma exclusiva, o lo que sería peor, que la gente de RRHH lo ignore y no se ocupe de ello.

Queda entonces decidir si se pueden tener pasiones en el trabajo. Queda claro que en el caso del gerente que trabaja por pasión obsesiva, generará pasiones asociadas a su gran pasión, y todas serán de la misma categoría. El que trabaja bajo la premisa de pasión armoniosa con su propia vida, quizá utilice su trabajo además, para ejercer, desarrollar o utilizar sus pasiones cotidianas para fluir y conseguir resultados positivos en todas las actividades que realice. Los seres humanos tenemos pasiones de vida; hacer un listado de ellos nos ayuda a entender quizá, porque actuamos de alguna forma determinada, cuando tomamos decisiones en el trabajo. Usamos nuestras fortalezas de carácter (son 24 según la Psicología Positiva), y creo que también usamos nuestras pasiones; es un poco también de lo que se ha llamado “Inteligencia emocional”.

Un buen ejercicio que les propongo, es que hagan un listado de las cosas que les apasiona, para luego valorarlas y lograr quedarse con solo cinco de ellas. Verán datos sorprendentes y obtendrán significados que antes no habían visto, en el sentido de que entenderán, por se hace lo que se hace.

Esta es mi lista de mis cinco pasiones principales.

1. Soy Blogger, soy libre. Definitivamente la llegada al conocimiento de los blogs y a su significado, representa para mí quizá, hoy en día, una de las más importantes pasiones. Me hace fluir, me enriquece, aprendo y comparto. Aunque se trata de un tema virtual, muchos de mis amigos y amigas son de España, catedráticos, profesores o escritores. He aprendido mucho y siento que he aportado a la comunidad de aprendizaje. Se ha creado una “Comunidad Virtual de Aprendizaje” donde ya se ha escrito libros e-books y hemos tenido video conferencias. De todos, ya he conocido personalmente a tres y los considero nuevos buenos amigos y amigas. Escribo una vez a la semana para mi blog. Pasar de ser un inmigrante digital a otro con experiencia, casi un nativo al menos conceptualmente, me ha permitido entrar en la vida con orgullo y sentido de utilidad.

2. Conocer gente nueva. Definitivamente me enriquece y me apasiona. Poder entrar en la vida de cada persona y asociarlo a su estructura física me produce emociones positivas. Lo malo es que se llega a conocer tal cantidad que se hace difícil el mantener las relaciones. La amistad, sin embargo, es importante para mí.

3. Apreciar la belleza de la naturaleza, y de la creación de Dios. Es verdad que es una fortaleza, pero en mi caso es mucho mas, es una pasión. El aprecio continuo de las proporciones, la naturaleza, el poder de Dios en crear cosas, en las miradas y en el “Buceo positivo”, (Bucear en mi país se asocia con ver. P.e “ver el escote de una mujer”), me mantienen atento y apasionado por la vida. Esta pasión va de la mano con la de conocer gente nueva, que en el fondo, genera el poder del descubrimiento y hasta el sobrecogimiento, que es una emoción positiva que me nutre.

4. Darle nuevos contenidos y significados a las cosas. Esta es una de mis mejores y mayores pasiones. Disfruto en la realización de la transferencia de los conceptos y las cosas. El conocimiento es un juego vital, donde se percibe que es posible crear nuevos conceptos a partir de otros que se pudieran pensar que son disímiles. Así mismo, me gusta proponer nuevas visiones del mundo, donde la creatividad como fortaleza, actúa como un agente o vector de cambio y un catalizador.  En esta pasión entra, el actuar sobre otros, ayudar, fortalecerlos, comprometerse con otros.

5. Enseñar. Sin dudas, aunque la he colocado de última. Lo he realizado por los últimos 20 años y he aprendido a fluir con ello. Aún no termino y deseo ahora, fluir en el humor, fortaleza que tengo  en el puesto 16. Me propongo a ser el mejor docente que pueda llegar a ser, comprometido y en el entendido que debo ayudar a la generación que viene. Esta pasión es indivisible de su pareja, el aprender; jamás se termina de hacer.

Estas son mis primeras pasiones; ninguna material. Muchas tienen que ver con otros…con ayudar a otros o aprender de ellos. A la larga, el ser materialista no nos deja nada, solo desencanto.

Bibliografía:
  • Vallerand, Philippe,, R. J., Houlfort, N., Lavigne, G. L. & Donahue, E. G. (2010). Passion for an activity and quality of interpersonal relationships: The mediating role of emotions. Journal of Personality and Social Psychology, 98(6), 917-932.

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