lunes, enero 05, 2009

Un 15 de Septiembre, como a las cinco de la tarde...

Cuando se forma un equipo de trabajo para un proyecto determinado, el gerente debe tener la visión de equipo y tratar de integrar a la mayor variedad de habilidades y competencias que le sea posible. Así, escoge al monitor métrico, al de visión financiera, al “stakeholder”, al líder, al “sponsor” o soporte gerencial, y al “story teller”, entre otros.


Este último tendría la función de observar los que sucede, recopilar, editar y validar, las mejores prácticas del proyecto y sus resultados, así como hacer referencia a soluciones exitosas anteriores. Ser un “Cuenta cuentos”, es sin duda alguna, la mayor expresión que involucra a la gestión del conocimiento, en la gestión de proyectos. Él debe cerrar el proyecto, mediante una recopilación de lo acontecido, así como los resultados, y la mejor forma de hacer las cosas, para que puedan, a través del conocimiento explícito, servir a nuevas experiencias de futuros proyectos. En sí, una rueda de aprendizaje positiva, que hace que el punto de partida, nunca más, vuelva a ser “cero”.

En este orden de ideas, me parece conveniente, tratar de contar historias relacionadas con mis 27 años de ejercicio profesional, en la construcción, primero, y en la consultoría gerencial, tiempo después. Me permito entonces, relatar algunas anécdotas simpáticas vividas por quién les narra, y por los protagonistas de los proyectos de desarrollo. Esta es la primera:

Dícese que dicen que dijeron, (yo lo viví), que cierto día de marzo por al año 1983, en plena remodelación masiva de la Torre Polar I, ícono de la Caracas moderna, y símbolo definitivo del modernismo internacional, al equipo diseñador liderado por el respetado y conocido arquitecto Martín Vegas, se les ocurrió cambiarle el color a la estructura de acero de la fachada, de azul a marrón. En la oficina se pensó que una remodelación tan grande, debía enviar señales que se había realizado un esfuerzo importante para adaptar y modernizar un edificio de 1954. Entre las personas que visitaban la oficina, (muchos arquitectos), había uno en especial, que trabajaba en la conservación del patrimonio artístico de la nación.

Aunque Vegas era el diseñador original, (Vegas y Galia arquitectos), se le consultaba a otros los pasos importantes que se pudiesen dar, y afectar al entorno. Este arquitecto, se lo comentó al cronista de Caracas publicando un artículo sobre la “memoria de la ciudad”, de los “hitos y los símbolos”. El edificio le pertenecía a Caracas y no podía pasar del azul al marrón, pues atentaba contra la memoria de la ciudad.

En pocos días las escuelas de arquitectura de la ciudad habían hecho foros al respecto, y se siguieron publicando artículos sobre el impacto en la imagen del edificio. En la oficina habíamos hecho croquis de edificios marrones, pero nunca era una decisión tomada, hasta que a las dos semanas, se recibió una carta solicitando, en nombre de los “cultores de Caracas”, se reconsiderase el diseño. Al día siguiente, nuestros croquis volvieron a ser azules. Pero había un problema: ¿Cuál azul?

Yo era entonces, el arquitecto residente de la obra, y me tocó buscar catálogos, pinturas, texturas, marcas y formas de aplicación. Desfilaron un gran número de expertos y contratistas que colocaron sus muestras en los perfiles en la fachada norte, que es la que ve hacia el cerro el Ávila, de Caracas, (Guaraira repano), un espectacular parque nacional, que nos separa del mar. No hubo acuerdo. El arquitecto Vegas, siguió solicitando colores para decidir en consecuencia. (El color original era azul, pero ya estaba desteñido desde 1954 a 1983, quedando un azul muy pálido y no pudiendo conocer su color original).

El 15 de Septiembre de 1983, ya casi a las cinco de la tarde (ya era hora de irnos a casa), llegó el arquitecto a ver las últimas muestras en la fachada. Subimos a lo alto de la torre, vio las muestras y exclamó: ¡Bravo, ese el color!!. ¿Cuál de las muestras?, le pregunté, “Ninguna. Es el color del Avila..!!”

Era el color del cerro mágico que cambia de colores según la hora y el mes del año, lo que lo impactó. Al día siguiente, fui con mis contratistas a observar el cerro, a la misma hora, para tratar de simular el color. A la semana, estaban todas la muestras y texturas y regresó Vegas a comparar, ya a las cinco de la tarde y con tan mágico fondo dijo: : “!Ahora si!
Es por eso, que si alguna vez pasan por Caracas, en algún día de Septiembre, como a las cinco de la tarde, verán que edificio y la montaña, se comunican en un diálogo mágico de colores y texturas. (El cerro el Ávila se torna azul hacia el atardecer). Otro aspecto mágico, fue que el equipo que remodeló la torre, fue el mismo que lo construyó en 1954.

Cuando me preguntan el nombre del catálogo de la pintura del edificio les digo: “Azul del Ávila, un 15 de Septiembre a las cinco de la tarde”. (Años después se conocería en catálogo, como azul Polar).

Alberto

Arquitecto: Arq. Martín Vegas y Asociados. (Vegas y Galia, en 1954)
Gerente: Enrique Pardo (Técnica Constructora, en 1954)
Calculistas: Ingenieros El “Chino” Fuentes y el Dr. Gañango. (Fuentes y Gañango, en 1954)
Propietarios: Familia Mendoza. (Idem 1954)
Fotos tomadas de: http://es.wikipedia.org/wiki/Torre_Polar_2

3 comentarios:

GET dijo...

Una organización comprometida con su futuro entiende que su misión debe proyectarse en un plazo razonable en el tiempo, y que para lograr cumplirla, se requiere un esfuerzo continuado, bajo un esquema de mejoramiento permanente.

Aunque cada proyecto es una actividad puntual y limitada en el tiempo, la realización de proyectos como la herramienta que hace realidad la planificación estratégica, no lo es. Ello significa que requieren entrar en un proceso de mejoramiento donde el éxito o fracaso de un proyecto previo, debe considerarse para el futuro.

En el mundo de la gerencia, a esta actividad se le conoce como LECCIONES APRENDIDAS y es básico para una buena gestión profesional. Forma parte dos proceso que contemplan el ciclo de la metodología del PMI, ellos son el cierre administrativo, en el que se realiza el POST-PROJECT REVIEW y en el proceso de iniciación, en el que se debe hacer el PRE-PROJECT REVIEW. Esto significa que una gerencia profesional de proyectos efectua esta labor al menos dos veces en el ciclo de vida, sin importar si fue un éxito o un fracaso.

Una empresa que logre sistematizar este aprendizaje puede, por ejemplo, duplicar su eficiencia en la gestión de proyectos en menos de un quinquenio. Esto se logra con apenas un mínimo beneficio del 1% en cada proyecto, si conduce 5 en este período.

Para garantizar que realmente son incorporados los aprendizajes pasados en el proyecto en curso, los especialistas recomiendan una revisión mandatoria antes de la aprobación del plan, de forma que el gerente del proyecto tiene que convencer a un pequeño comité de que lecciones aprendidas del pasado han sido aplicadas en el proyecto.

Las aplicaciones pueden ser muy variadas, por ejemplo podrían incorporar nuevas actividades que no se habían visualizado, reconsiderar estimados en la duración o en el costo de una actiidad, identificar riesgos previamente no considerados, incormporar nuevas clausulas o quitar trabas legales para potenciar una contratación más transparente, determinar mejores especificaciones de calidad, introducir novedosos incentivos al personal, concientizar la necesidad de subcontratar algunas actividades en las que no se tiene un know-how de primer nivel.

Facility manager dijo...

Si GET, es por eso que Carla O Dell del instituto para el mejoramiento de la productividad dice en su libro "Si solo supiera lo que sé", que en otros términos, es lo que dice ISO 9000: "Escribe lo que haces, luego haz lo que escribiste". Es transferencia pura del "Know How" o tácito a conocimiento explícito. Cda día mas me doy cuenta de la importancia que tiene la gestión del conocimiento en la gestión de proyectos.
NOTA: Por cierto, un "fe de erratas". El artículo hace referencia a 1983 cuando la hora era distinta a la que inventaron ahora. Habría que hacer la salvedad que en mi país se retraso media hora, por lo que el título debería ser: "Un 15 de septiembre, como a las 4 y 30....
Cosas, no?
Alberto

GET dijo...

El país no se retrasó media hora, ya van 10 años de retraso...