jueves, diciembre 13, 2012

El arte de exponer en público

Después de veinte años en la docencia es ahora que me doy cuenta de que cada sesión, cada cátedra, tiene su auditorio cautivo. Cada vez, el expositor se “expone” a una audiencia que espera recibir algún tipo de información importante o resaltante. El docente se aprende un argumento, que va variando con el pasar del lapso, pero que de alguna manera lo vuelve a decir cada vez que es requerido.

Por veinte años he pensado que es mejor ser original y novedoso en cada oportunidad que se repite la materia, como si la audiencia fuese a ser la misma que la vez anterior. Siempre tienen la misma edad, siempre se visten más o menos igual y hasta hablan igual; pero no son los mismos. Y uno se esfuerza en hacer algo distinto para gente distinta, cuando el único que puede comparar, es solo el que está en el foro explicando verdades y tratando de “tocar almas”.

No quiero decir con esto que el expositor, ya sea docente, profesor o consultor, deba decir lo mismo por toda su vida y no cambie, sino lo que quiero decir es que teniendo la oportunidad de oro de tener una audiencia cautiva, deba preparar su charla y volverse un “comunicador”, en ella. Se trata de hacer “tablas”, (como lo llaman los actores). Una obra de teatro repite una y otra vez el mismo guión; la diferencia es que los actores se vuelven más “diestros” al hacerlo. Adquieren confianza, postura, dicción, y se aprende del maravilloso mundo de la comunicación asertiva. Mi visión del dictado de mis clases distintas cada vez, como ya lo dije, está bien para mí; sin embargo, no está del todo bien con mi audiencia, que espera lo mejor del expositor.

Es verdad también, que una presentación, obra, charla u otra forma de comunicarse, no sea igual una de otra en cada instancia, pues suele suceder el imprevisto, la comunicación con el auditorio, la adaptación al contexto, el conocimiento del otro, la forma de enviar el mensaje, la actitud y hasta la confianza.

La confianza quizá sea, de todo lo que he mencionado, el mejor valor agregado que se obtiene de tener un guión. La confianza te permite cada vez, comprender a la audiencia y conocer en qué momento se puede contar una historia jocosa que los haga reír, o contar aquello que los haga estremecer. El guión se vuelve parte de tu ser en algún momento, y ya no te preocupa saber o no saber; ya lo sabes. Tu preocupación es ahora, a quien miras, de ver quién te mira, si bosteza, si habla, si se entretiene, o por el contrario, si te observa, te disfruta, se entretiene, se ríe y hasta aprende.

La magia de saberse el guión, es sin dudas un doble “fluir”. Se fluye en la ocasión de contar la historia y disfrutar el momento tras perder la noción del tiempo; y se trata de hacer fluir a la audiencia, la cual, junto contigo, van a navegar en espacios creados, propios y compartidos, en los cuales solo se conectan, tú exponiendo, y cada uno de los pares de ojos que te observan. Fluir en la comunicación oral, es una experiencia de vida. Pararse frente a un auditorio, así sea de un grupo de alumnos en una clase, es una responsabilidad. Cuando un expositor se coloca frente a un auditorio, debe saber que debe despertar el interés, mantenerlo y saber cerrar, cuando llegado el momento, y ojalá así sea, se quiera obtener más de lo que tú das.

Ya no pienso más en cambiar siempre mi estrategia; ahora se trata de conectarme con el auditorio, de hacer inolvidable la experiencia… para ambos.

¿Qué voy a hacer?

1. Volverme experto en lo que voy a contar

2. Aprenderme de corazón el texto

3. Saber abrir y saber cerrar la exposición

4. Tener un repertorio de historias y chistes de acuerdo a la audiencia

5. Ver a cada uno de los asistentes como si fuera el único

6. Tratar de conectarme, de llegar a su interior. (Lo más difícil es que te dejen entrar)

7. Tratar de tener alguna o varias experiencias en “Fluir” (Flow)

8. Acompañar a tu audiencia en el viaje y en algún momento, volverte parte de él, y disfrutar poder desdoblarse.

9. Respetar el momento, la interacción y la actitud

10. Tratar de ser recordado aun así, por lo que dije y no solo por cómo lo dije.


Notas:
Lecturas asociadas. Sobre tener dinosaurios escondidos.
http://facilitymanager.blogspot.com/2011/05/siempre-que-pienso-en-2.html 

Sobre mas de "Fluir" la técnica para ser feliz hablando.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mih%C3%A1ly_Cs%C3%ADkszentmih%C3%A1lyi

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y todavía faltarìa agregar el uso de la tecnología como estrategia de comunicación, pero como serà luego,
Facility

Manel Muntada dijo...

Desde que he dejado de canalizar discursos de otros y los he integrado a mi experiencia generando discurso propio, mis exposiciones llegan mucho más, yo creo que se debe a que son más sinceras, creíbles e intensas por que emanan de uno mismo. Personalmente creo que ahí hay una clave, en metabolizar aquello que se ha de transmitir para exudarlo y no tan sólo dar una versión diferida.

Me ha gustado el post, Alberto. Se palpa mucha experiencia y las recomendaciones son prácticas y acertadas. Lo recomendaré a aquellas personas que busquen profundizar en el arte de exponer en público. Un abrazo

FacilityManager dijo...

Estimado Manel:
Gracias nuevamente por tus visitas. Ya hace una semana me puse al dia con tus lecturas; cuando lo hago, te dejo un mensaje en Facebook.

Te agradezco tu comentario. Pienso, como dices, que la mejor versión de uno mismo, es lo mejor que podemos hacer en un speech.
Habría que profundizar como es "metabolizar"el texto para poder "exudarlo" UFFFF amerita una explicación y necesaria. Quizà, si vuelves me explicas

Un abrazo,
Alberto
FacilityManager