sábado, julio 26, 2008

"Sembrar un arbol, escribir un libro y tener un hijo"

Mi madre, ya con sus 83 años cumplidos, siempre nos ha dicho que en la vida hay que "sembrar un arbol, escribir un libro y tener un hijo". Quién sabe de cuanto tiempo atrás, data este pensamiento popular, pero sabio en su mensaje. Sembrar, escribir y parir, son como sinónimos de dejar legados, descendencia y conocimientos. Todos, al ser examinados, sinónimos de sustentabilidad o crecimiento. (Que buena es la sabiduría popular).
Al sembrar un arbol, desarrollamos la visión ecológica y holística del entorno, comprendiendo la importancia que tiene el efecto multiplicador de hacer un acto humano. Al escribir un libro compartimos el conocimiento acumulado por años, hacia esa maravillosa experiencia de convertirlo en conocimiento explícito, para que otros, tras su lectura, puedan aplicarlo tambien.

Al tener o criar un hijo, (propio o ajeno), ayudamos al crecimiento sustentable de la humanidad, a la continuación de la especie, de sus creencias, con visión sistémica con los valores adquiridos, y ayudar a la construcción de un mundo mejor.

Ya en mis superados 50´s y tras haber sembrado, escrito y criado, es propio hacer reflexiones y tener una visión retrospectiva. Hoy quiero hablar de los árboles.

(Una pequeña historia).
Para el año de 1998, nos encontrábamos construyendo tres edificios en Caracas y dos casas en una urbanización importante. La casa tenía un jardín enorme, protegido por dos grandes "Jabillos" de por lo menos dos metros de diámetro el tronco, y 30 metros de alto. Estos fueron protegidos, cuidados, atendidos durante toda la construcción. A su sombra crecieron mangos, palmas, bambues y otras especies menores.

Ya terminando la construcción se decidió construir una cancha de "fronton" que debía medir, 24 de largo, 6 de ancho y 6 de alto. Al replantear el largo, observamos que quedaba dentro del lindero, un arbolito. Pero las medidas eran estrictas y debía ser normativa para valer para campeonatos.

En mis obras nunca se han talado árboles, a menos que estén permisados por el Municipio y nos indique las contraprestaciones para sembrar otras especies en otros sitios.

Nos quedaba la opción del transplante, para lo cual llamamos a un botánico. Dijo: "Es una especie muy rara de "Cerecita", casi siempre es un arbusto pero acá se convirtió en arbórea, es muy raro. No va a soportar un transplante porque es muy vieja"

Acudimos a libros, expertos, maestros, libros de botánica y cuanto indicador en la biblioteca existiera (Para esa fecha no se usaba internet).

Hoy en 2008, la cancha tiene 22 metros de largo, y la cerecita sigue floreando todos los años, acompañando la mágica experiencia de las estaciones, (solo dos en Venezuela), con fragancias y cientos de pájaros que llegan de toda la ciudad a disfrutar de su jugoso fruto. Casi siempre, por esta fecha, visito a los dueños de la casa y disfruto con ellos de ese evento. Cancha y cerecita, unos de los sitios mas respetados por los jugadores de ese deporte.

Cuando me mudé a mi casa hace 20 años, lo primero que hice fué sembrar un árbol: un "Caobo". Solo medía 40 centímetros cuando se plantó. Hoy es un gran arbol, fuerte, y también florea multicolor en esta estación. La foto del comienzo de este post, es la vista desde mi ventana...

(Reflexión posterior: Que importante es tener una visión ecologista y sistémica de la construcción. No todo se transforma en ingresos y rendimiento.También existe, lo que hiciste, tu propio, indeleble y auténtico legado. A veces voy a ver a todos los árboles que he protegido durante estos 28 años de experiencia. No debemos ser los constructores, un poco Facility managers?)
Alberto

2 comentarios:

Facility manager dijo...

Se me olvidó agregar: Una vez construyendo una casa, decidí proteger a un arbol que estaba en el madio de la calzada y la calle. (En Caracas es comun ver árboles en el medio de las calles). Decidií hacer que el brocal de la acera saliera a la calle y abrazara el arbol. Lo hice con mucho temor y le comenté a un colega que a lo mejor me iban a multar. El dijo: "Será la primera vez que multen a alguien por proteger una árbol. Saldrás en los periódicos".. Entonces me quedé tranquilo.

GET dijo...

Los problemas que hoy día producen los proyectos en el ambiente deben evaluarse antes de aprobar definitivamente una idea. El análisis debe hacerse bajo la perspectiva de DESARROLLO SUSTENTABLE, de forma que la sumatoria global de beneficios sea positiva para toda la humanidad y no sólo para los promotores puntuales de un proyecto. Ello implica hacer un ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL y tomar las consideraciones antes de comenzar la construcción, ya sea para evitar o resarcir los daños causados en el entorno.

En la cultura latina, la consciencia ambiental es sumamente baja en comparación con lo que ocurre en la Comunidad Europea. Hasta ahora, se han desarrollado algunos mecanismos legales para regular la actividad de la industria de la construcción y para la realización de nuevos proyectos; sin embargo, esos mecanismos se han traducido, mayormente, en permisos que terminan siendo focos de corrupción que ocasionan problemas y retrasos de todo tipo en los proyectos. Para evaluar el impacto de estos elementos de permisología, se han conducido numerosos ensayos sobre reformas institucionales para disminuir los elevados costos de transacción en cada país. Ej: Conapri. Costo Venezuela. 2002.