domingo, agosto 05, 2007

La comunicación introspectiva


Sobre eso estoy leyendo ahora y quería reflexionar un poco.

Hace muchos años, quizá tendría yo como 5, apareció de repente, y como consecuencia de mis tareas en preescolar, m a, ma, m e, me, etc, una grandísima biblioteca de madera obscura con grandes puertas de vidrio, (que aún sobrevive en casa de mi mamá), y que en su interior guardaban una cantidad de libros muy distintos a los del colegio.


Un día la puerta quedó abierta, y por supuesto entré a investigar, (esa ha sido mi pasión toda la vida, investigar!!), encontrando un pequeño libro blanco, cuyo título no recuerdo entre mis imágenes actuales, pero sí las imágenes del libro. Para un niño de 5 años fué impactante ver figuras enmascaradas que rondan en la noche, y que no eran tan buenos como mis amigos del colegio.

Mi madre furiosa, me quitó el libro de las manos y me dijo "ese libro está prohibido para niños", lo guardó nuevamente y escondió la llave. (Yo me aseguré de ver donde estaba escondida la llave).

Muy pocos años más tarde, muy pocos, teniendo ya las herramientas de la lectura fluida, busqué la llave y leí mi libro prohibido. Ahora sé que se llamaba el "Fantasma de la Ópera". Y fué mi primer libro, mi primera comunicación distinta a la de personas.

Un autor escribió un libro lo codificó, y yo lo logré decodificar y entender. (admito que tuve miedo varios dias).

Pero ahora le agradezco a mi madre que eso haya sucedido, (la prohibición), porque despertó en mi, una de las más grandes pasiones que haya sentido: la lectura.

A partir de allí, todos los libros de la biblioteca, fueron revisados y leídos. primero, Finch, la Tia Tula, todos los de Hittcoch, todos los de Holmes y todas las aventuras de Verne.

Luego en la adolescencia, Hermann Hesse, por supuesto, Camus, San Agustin, Platón y Aristóteles.


Todo esto es, porque creo que en la comunicación con uno mismo, se debe rescatar el pasado, nuestros orígenes. Son parte constitutiva de uno y nos deja un cable a tierra, por cuando soñabamos con ser astronáutas o bomberos o presidentes. No solo como cuando maduramos, que pensamos en materialismo, en poseer cosas, en acumular riquezas, en tener mas.

Les recomiendo un ejercicio: Busquen en sus discos duros mentales, su primer libro, su primer beso, su primera pizza, su primera peleea, su primer amor, ...

No olviden que fuimos niños. A veces el reconciliarnos con nuestro "Yo niño", nos hace más humanos, solidarios, éticos y amables.

Feliz viaje de regreso...

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